Los católicos españoles no las tienen todas consigo. La reunión de Pedro Sánchez con el Papa Francisco este sábado en el Vaticano, a las 9:30, podría no ser tan inocente como el Gobierno pretende.

Oficialmente, la visita del presidente tiene como objetivo "dialogar sobre las relaciones bilaterales entre España y el Vaticano y analizar la situación provocada por la pandemia de la COVID-19 y sus efectos sociales y económicos, desde una perspectiva de progreso de los derechos humanos, en sintonía con la última encíclica Fratelli Tutti".

Pero el hecho de que esa última encíclica del Santo Padre, en la que este reclama una hermandad mundial para hacer frente a los grandes problemas de la humanidad, haya sido interpretada por el Ejecutivo como un alegato contra el liberalismo, sumado al hecho de que la reunión se haya anunciado con sólo una semana de antelación, han despertado muchos recelos. 

Oficialmente, el Gobierno de España dice compartir con el Papa "el llamamiento a construir un mundo más justo y solidario, que defienda a los más vulnerables de los efectos de la enfermedad, el neoliberalismo y el populismo".

Leyes divisivas

Según anunciaba ayer viernes el diario ABC, 130 personalidades y asociaciones de la sociedad civil han escrito una carta al Papa en la que expresan su "preocupación" por las leyes "profundamente divisivas" que el Gobierno tiene en cartera y que suponen un desafío a los valores y las creencias de los católicos españoles.

En la carta, los firmantes muestran su preocupación por el control casi absoluto que el Gobierno ejerce sobre sus medios de comunicación afines y expresan sus sospechas de que el relato que estos ofrezcan de la visita de Sánchez al Papa pueda no ser del todo fiel a la realidad de lo hablado durante la reunión.

En base a esas sospechas, la carta pide al Vaticano que "no deje solo en manos de la comunicación gubernamental la difusión del tratamiento dado a aquellos temas medulares, y su situación y perspectivas en España: eutanasia, aborto, derechos de los padres, condiciones de la enseñanza e ideología de género". 

Un Papa de izquierdas

Los temas que separan a un Gobierno tan ideológico como el de Pedro Sánchez del Vaticano no son menores, más allá de la sintonía que el presidente e Iglesias puedan sentir por un Papa Francisco aparentemente más cercano a la izquierda que sus predecesores. Escuela concertada, eutanasia y aborto son los principales escollos que Sánchez, con total seguridad, intentará esquivar durante su reunión con el Papa. 

El primero de los temas en el que Sánchez y el Papa podrían chocar es el del proyecto de modificación de la Ley Orgánica de Educación (LOE). Un proyecto que la Plataforma de la Educación Concertada, que reúne a la patronal, los sindicatos y los padres de alumnos, ha interpretado como un intento de acabar con la escuela concertada en beneficio de la escuela pública. 

El sector de la concertada ve en las 117 enmiendas de PSOE y Podemos al proyecto de modificación de la LOE la voluntad de acabar con la libertad de elección, de distribuir a los alumnos sin atender al criterio o las preferencias de los padres, y de erradicar los colegios de Educación Especial y, a medio plazo, los concertados.

También preocupa la evidente carga ideológica de una reforma que impone valores ajenos a los de los centros concertados y que desnaturaliza por completo su programa educativo. Y de ahí que la Plataforma de la Educación Concertada haya anunciado movilizaciones si el proyecto del Gobierno sigue adelante. 

Ley de eutanasia

El segundo de esos temas polémicos es el relativo al proyecto de ley de eutanasia que PSOE y podemos han recuperado en el Congreso de los Diputados y que cuenta con la opinión desfavorable del Comité de Bioética de España. El PSOE defiende que la eutanasia "es un nuevo derecho demandado por la sociedad" y de ahí su intención de que esta sea ofrecida como una prestación más de la Seguridad Social.

Contra esta ley de la eutanasia han firmado una segunda carta cien personalidades españolas. Entre ellas, el exministro del Interior José Luis Corcuera, el escritor Juan Manuel de Prada, el exdirigente de CiU Josep Antoni Duran i Lleida, el exministro del Interior Jaime Mayor Oreja, el exalcalde de Madrid Alberto Ruiz-Gallardón o el escritor y columnista Enrique García-Máiquez.

En lugar de una ley de la eutanasia, los firmantes piden "con urgencia un plan de cuidados paliativos que alcance a toda la población, con leyes que protejan la vida". "Lo realmente necesario para detener el sufrimiento no es la muerte", dice la carta, "sino leyes que protejan la vida, en especial, la de las personas mayores, que les provean de un trato digno y justo, que asegure la asistencia médica y hospitalaria adecuada".

Ley del aborto 

El tercero de esos puntos polémicos es la intención de Irene Montero, la ministra de Igualdad, de derogar la reforma de la ley del aborto de 2015 con el objetivo de permitir que las menores de entre 16 y 18 años puedan abortar sin el conocimiento de sus padres.

Montero anunció su voluntad de modificar la Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo en pleno repunte de los escándalos que implican a Pablo Iglesias y a su propio partido, Podemos, en posibles delitos de financión ilegal, falsedad, delito electoral y denuncia falsa. 

En la práctica, la reforma que pretende Montero reviviría la conocida como Ley Aído –en referencia al nombre de su impulsora, la ministra socialista del Gobierno de Zapatero Bibiana Aído–, que permitía abortar sin permiso paterno a las menores de 15 años o más. El Gobierno de Mariano Rajoy derogó este punto de la ley en 2015.

Exención del IBI 

Sí está previsto, en cambio, que Pedro Sánchez aborde durante su reunión con el Papa su intención de retirar a la Iglesia su condición de exenta del Impuesto sobre Bienes Inmuebles. Una medida que la Iglesia considera discriminatoria si sólo le es aplicada a ella y no también a otras asociaciones y entidades de interés social que disfrutan del mismo privilegio en base a lo dispuesto por la Ley de Mecenazgo. 

Desde el punto de vista ideológico, y a un nivel mucho más general, Sánchez e Iglesias comparten con el Papa Francisco sus opiniones sobre la lucha contra la pobreza, el cambio climático, la inmigración o los supuestos efectos dañinos del capitalismo.

Sánchez utilizó de hecho esa sintonía el pasado miércoles, durante la primera sesión de la moción de censura presentada por Vox, para arremeter contra Santiago Abascal. "Ustedes invocan los valores cristianos y a la Iglesia católica y eso les honra, porque la fe es imprescindible y como presidente voy a proteger a todas las religiones, pero al mismo tiempo desprecian la figura y el mandato de su máximo representante, que es el Papa Francisco". 

Abascal respondió con ironía al presidente del Gobierno después de que este le acusara de no haberse leído la encíclica Fratelli Tutti: "Solo nos faltaba que un abortista y un promotor de la eutanasia se pusiera en plan monaguillo a citar encíclicas papales". "Cuando se reúna con él, dígale lo que piensa del aborto y la eutanasia, porque para Bergoglio eso es un crimen" añadió luego Abascal. 

El presidente acudirá al Vaticano en compañía de Begoña Gómez, su esposa. Tras la reunión con el Papa, está previsto que Sánchez se entreviste con el Secretario de Relaciones con los Estados, el arzobispo Richard Gallagher.

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