En medio de las negociaciones de Sánchez para sumar apoyos a los Presupuestos, Unidas Podemos estrecha el cerco sobre Pablo Casado. El partido morado no solo ha propuesto al PSOE la comparecencia del líder del PP en la comisión de investigación sobre el caso Kitchen sino que quieren alejarlo de la centralidad en el resto de medidas y reformas que deberán aprobarse en los próximos meses. 



El partido de Pablo Iglesias ve en los casos de corrupción del PP una nueva oportunidad para que la “mayoría de investidura” se reafirme después de que durante los meses más críticos de la pandemia el Gobierno haya acercado posturas con Cs (con su apoyo a los sucesivos estados de alarma) y con el PP (con la petición de que “arrime el hombre” por el "momento de excepcionalidad").



Esta oportunidad pasa, por un lado, por hurgar en posibles vínculos de Casado con la “anterior cúpula del PP”. “Si Casado u otros actuales dirigentes conocían o tenían indicios del entramado deberían colaborar en esta comisión de investigación”, añaden las fuentes consultadas. 

Y, por el otro, pasa por que ERC vuelva a ser el socio prioritario del Gobierno ahora que la probabilidad de elecciones en Cataluña se pospone hasta febrero. “ERC estaba más en el ‘no’ y ahora nos pide que aguantemos”, resumen.



El hecho de que el PDECat haya roto con Puigdemont y se abra a hablar con Sánchez de Presupuestos es una garantía para que ERC no quiera renunciar a representar la fuerza moderada y abierta al diálogo.

En este sentido, están satisfechos con el último giro de los republicanos. No se olvidan de que la anterior legislatura cayó por su rechazo a apoyar las cuentas públicas. “Si cuidas a los grupos de investidura, la viabilidad de que la legislatura dure 4 años es más elevada”, apostillan.

Reformas estructurales

Y es que Podemos no quiere perder su peso específico en el Gobierno. Son conscientes de que, además de los Presupuestos, el PSOE buscará apoyos transversales con PP y Ciudadanos para las reformas estructurales que quiere Europa.



Aunque consideran que serán los propios conservadores quienes votarán en contra de los Presupuestos, no excluyen que acaben ofreciendo su apoyo para el resto de reformas. Esa posibilidad les alejaría del “eje de la centralidad” en que basaron toda su campaña electoral.



Los casos de corrupción del PP, en cambio, pueden jugar a favor de sus intereses, puesto que serviría para recuperar la política de bloques que dominaba el debate político antes de la irrupción del Covid-19.

Al mismo tiempo, saben que los de Casado no podrán asumir una modificación del delito de sedición en el Código Penal. Este “compromiso de investidura” con los nacionalistas se incorporará en el programa legislativo para lo que queda de curso, según informó el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo.

Podemos aspira a que esta revisión del delito para contentar a ERC contribuya a que no se difumine más la “mayoría de investidura” y volver a situar al PP al lado de la “ultraderecha” de Vox. 

La ley de memoria democrática que prepara la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, será otro escenario para señalar al PP. Todo esto puede servir como pretexto para dinamitar los puentes entre el líder popular y el presidente del Gobierno en los encuentros sobre Presupuestos.

Historia distinta es Ciudadanos. Las fuentes consultadas ya se resignan a incorporarlo en los Presupuestos o en “acuerdos puntuales” si están dispuestos a “aceptar que se caracterizarán por el gasto social”.



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