Pedro Sánchez ha pasado de fase: en su ya tradicional rueda de prensa de los sábados a mediodía, el presidente quiso dejar atrás las polémicas de las últimas semanas para ver si podía relanzar "los acuerdos para la reconstrucción". Es decir, esos nuevos Pactos de la Moncloa contra el coronavirus que impulsó hace más de un mes y que, por ahora, no han arrancado. 

Para desescalar la bronca, el presidente elogió "a todos los gobiernos autonómicos" -incluyendo expresamente a Madrid y Cataluña- y marcó el guión a la comisión los pactos: éste será -al menos, eso quiere el jefe del Ejecutivo- el de su programa electoral.

Así, el presidente planteó las prioridades en cinco pilares: una reforma fiscal "más justa"; otra laboral "porque el mercado de trabajo aún debe ser mejorado"; la digitalización y la transición ecológica "para reconstruir nuestra economía"; y mayores inversiones en educación e innovación "que se han revelado esenciales en esta emergencia".

Sánchez apuesta por la unidad y la recuperación con los pactos de reconstrucción social y económica

A este guión predeterminado ante el micrófono de la televisión, Sánchez añadió, además, el "fortalecimiento de los servicios públicos" y que los trabajos incluyan una "perspectiva de género que, sin duda, se percibe en esta emergencia" y que será clave para esa reconstrucción que invoca.

Los acuerdos

Y aunque todo vaya a pivotar sobre el programa de su Gobierno de coalición, Sánchez pidió -una vez más- "unidad a la oposición" para cumplir esos objetivos, los pactos que se llevarán a cabo en la comisión parlamentaria a tal efecto, recién constituida este jueves. Una fórmula que se debe llevar también, dijo, "a las CCAA, los cabildos, los Consells y los Ayuntamientos, gobierne quien gobierne".

A ellos se añadirá "el gran acuerdo para el empleo" que signará con los agentes sociales. Según el presidente, "en el mismo tono que se cerró este viernes el acuerdo para la extensión de los ERTE" con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

PedroSánchez, presidente del Gobierno, ante las preguntas de la prensa. Moncloa

En ese sentido, el jefe del Ejecutivo movió ficha para sacar adelante la próxima prórroga al estado de alarma que, sin duda, llegará en 10 días, "porque no hay otra opción que esta figura jurídica para controlar la movilidad" de los españoles.

Para guiñar un ojo a los partidos nacionalistas, Sánchez dijo que avanzará en la "cogobernanza" con las comunidades autónomas y que la que viene será una desescalada con medidas de excepcionalidad ante "diferentes estados de alarma". 

Afirmó que esa colaboración con los territorios "ha llegado para quedarse" y que la unidad política es lo que "demanda una abrumadora mayoría de la sociedad" en un momento "tan crítico" de España. "El estado de alarma no es un proyecto político, es una necesidad", ha afirmado. 

El MEDE "no es rescate"

La tercera pata -tras los acuerdos y la "cogobernanza"- ha de ser Europa, remarcó el jefe del Ejecutivo: "No estamos de paso en la UE, estamos allí con todas las consecuencias". Dijo Sánchez que hay que canalizar "toda la energía" en esa unidad con los 27, aunque sus participaciones en los Consejos extraordinarios hasta la fecha se saldan con sonoros fracasos.

"Si lo hacemos así, estoy convencido de que saldremos antes y más fuertes" de la crisis. En todo caso, se vio forzado a admitir que mira hacia la asistencia de la UE porque el PIB español caerá "más de un 9% este año".

Y es que a la caída del PIB se añadirán unas cifras de déficit y deuda pública abrumadoras, al mismo tiempo que habrá que "auxiliar" a autónomos, empresas y trabajadores, además de fortalecer los servicios públicos. Por esa razón, Sánchez seguirá pidiendo fondos de las instituciones europeas.

A los mecanismos ya habilitados, como el reaseguro de desempleo y la línea de 1,5 billones de euros entre la Comisión, el BID y el BCE se van a añadir, según se ha confirmado este sábado, créditos del MEDE. Es decir, el temido "rescate" del Mecanismo Europeo de Estabilidad.

Eso sí, aunque la UE ha dejado claro que impondrá condicionalidades "para que se invierta adecuadamente ese dinero en la emergencia sanitaria del coronavirus", el presidente se negó a bautizarlo así: "No es ningún rescate, son créditos a bajo coste como respuesta europea a la crisis". 

Protegidos y desprotegidos

"Esta gigantesca conmoción de la pandemia nos ha recordado que somos todos muy frágiles", dijo Sánchez en un intento de apelar -otra vez- a la unidad en Europa y con la oposición.

Pero hay una nueva distinción tras el Covid-19, señaló: "Entre rentas altas y bajas". Es decir, los que están angustiados por la enfermedad "pero tienen un futuro económico asegurado", a los que bautizó como "la España protegida". Y los otros, los que "no duermen tranquilos" porque tienen su vida en vilo, "la España desprotegida", en la que Sánchez introdujo ese matiz "evidente de la perspectiva de género".

El presidente trató de centrar todo su discurso en la mirada a este jueves, cuando comiencen los trabajos de los pactos de reconstrucción, olvidados durante las últimas semanas, por la polémica política de la cuarta renovación del estado de alarma. Así, aprovechó el día en que se celebra el Día de Europa para apelar a los valores de la UE: la solidaridad, la unión. "Salgamos a por nuestro futuro, pero manteniendo la prudencia y la unidad para seguir avanzando".

No revela nombres

Pero "el virus sigue al acecho", había lamentado al inicio de su comparecencia, la décimo tercera del presidente desde el inicio del confinamiento. Rebajando el tono crispado de otras intervenciones, algo nervioso e impreciso, y tratando de acelerar las respuestas, Sánchez apuntó que "debemos seguir vigilantes".

Y esto significa, detalló, "preparar nuestras UCI y en general el sistema sanitario" para que la transición a la "nueva normalidad" se pueda hacer "con la debida prudencia". Pero mostró satisfacción afirmando que los resultados "ya son visibles" y apuntándose que el 51% de la población estará este lunes en la Fase 1 de la desescalada, "recuperando una mayor parte de sus vida".

El presidente, Pedro Sánchez, en Moncloa. Moncloa

A los ciudadanos les pidió el presidente "toda la cautela y la prudencia". La transición "se gobernará por unos principios de asesoramiento y control científico", dijo, "como nos recomienda la OMS". Pero una vez más se negó a dar los nombres de los 12 miembros de ese comité de expertos, en contra de lo que marca la Ley General de Sanidad y lo que le exigen al Gobierno los principales partidos de la oposición.

"Lo importante son los marcadores, que son públicos", dijo para evitar por tres veces la respuesta expresa a preguntas de la prensa, "y que estos expertos son funcionarios del Ministerio de Sanidad profesionales y dedicados". Para Sánchez, el aplauso de las 20.00 horas ha de ser para ellos "y para la despolitización de esta crisis desde prudencia". Es decir, un poco para él, que recordó en al menos tres ocasiones su supuesto empeño en "no polemizar" durante la emergencia.

Luto nacional

Sanchez celebró en que "en estos dos meses de adversidad", España ha demostrado una "enorme fortaleza: "Seis de cada 10 enfermos, ya están curados; las telecomunicaciones se han mantenido en orden; las redes de distribución de alimentos y medicinas han trabajado a pleno rendimiento"... Para el presidente, hemos doblado la curva "en un tiempo récord" gracias a que somos el país que "con mayor disciplina" ha cumplido el confinamiento.

También insistió en que los cinco países más afectados son los que mayor tránsito de personas, de turistas, tienen en el mundo: EEUU, España, Reino Unido, Italia y Francia. En todo caso, quiso "agradecer" a los ciudadanos el esfuerzo del conjunto de la sociedad "para salvar vidas en semanas críticas", en las que se han perdido "muchas vidas", hasta 26.478 según las cifras oficiales, que reconocía "con dolor y pesar".

Así, confirmó que decretará el luto oficial en España "cuando la práctica totalidad del país esté en la Fase 1". Y que esta medida se aprobará en Consejo de Ministros, donde además se diseñará "un gran acto de homenaje" a los caídos por el Covid-19 que será presidido por el Rey de España "cuando, en unas semanas, estemos todos ya fuera de la desescalada".

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