Pedro Sánchez activó la videoconferencia con los presidentes autonómicos a eso de las diez y media de la mañana. Una vez decretado el estado de alarma, el Gobierno buscó la colaboración de los líderes regionales para garantizar el funcionamiento del "mando único". Iñigo Urkullu y Quim Torra habían manifestado sus discrepancias un día antes. Una postura que se topó con un rechazo unánime y contundente.

El funcionamiento de la cumbre, según las fuentes consultadas por este diario, fue el siguiente: Sánchez intervino durante cerca de una hora -"un discurso muy parecido al que dio en público"-, luego lo hicieron los presidentes autonómicos, después otra vez Sánchez y, para acabar, un último turno de réplica.

"Las sensaciones fueron extraordinariamente positivas. A excepción de Torra y Urkullu, el respaldo al Gobierno fue total", relata a este periódico uno de los presentes. Las intervenciones turnos se establecieron en relación a la fecha de los Estatutos de Autonomía.

El lehendakari dedicó "diez segundos" a "criticar" la "invasión de competencias", pero luego se mostró colaborativo. El presidente de la Generalitat fue más beligerante y, "durante unos diez minutos", insistió en el "cierre de Cataluña" y en ese 155 encubierto del que habla el separatismo. "Torra enfatizó mucho en que si no cerraban sus fronteras iban a acabar como en Madrid", asegura otra fuente.

Sánchez no contestó de manera personalizada, pero empleó la misma expresión que el sábado: "El virus no entiende de territorios". Mucho más contundente fue el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla: "Dijo que cuando él hizo la mili, era de obligación responder 'a sus órdenes, mi sargento'. También calificó la situación como una guerra y aseguró que en la guerra no pueden mandar cinco".

"Este tipo de cumbres, en otras ocasiones, suelen acabar como el rosario de la aurora porque cada uno rema en una dirección. No fue el caso. Salvando lo de Torra y Urkullu, la entrega fue extraordinaria", sintetiza un líder regional.

Cumbre todos los domingos

Debido a esa "buena disposición", y tras tres horas de cónclave, Pedro Sánchez agradeció encarecidamente la actitud a sus interlocutores. La conferencia telemática ya ha adquirido carácter semanal. Se celebrará todos los domingos hasta que acabe la crisis.

"Hablamos mucho de economía. El crack va a ser tremendo. Tenemos que ponernos en marcha para proteger a las empresas, los autónomos, los hosteleros, la cultura... ¡Todos los sectores! Hacen falta dinero y coordinación", resume en charla con EL ESPAÑOL un presidente autonómico.

Isabel Díaz Ayuso, por ejemplo, solicitó cientos de millones de euros para los hospitales de la Comunidad de Madrid, la región más colapsada y con más infectados. En relación a la capital, los presidentes de Cantabria, Asturias y Galicia se quejaron de la "irresponsable movilidad de los ciudadanos".

"Contaron que se les llenaron las costas de turistas. Se les presentaba un montón de gente de Madrid en los ayuntamientos de los pueblos preguntando por servicios de guardería y actividades de ocio. Es tremendo. Pero, bueno, según lo que expresaron, parece que eso ya está prácticamente controlado".

También tuvieron su espacio las peluquerías. Hubo quien preguntó por qué se mantienen abiertas. "A mí no me quedó demasiado claro. Parece que se debe a la importancia de la estética en la psicología de alguien que está aislado", desgranan estas mismas fuentes. Fueron tres horas de cumbre.

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