Ana I. Gracia Daniel Ramírez

El Partido Popular exhibe su fuerza territorial ante Ciudadanos: no irán de la mano en Galicia y Alfonso Alonso será el candidato de una coalición en la que Ciudadanos se asegura dos puestos de salida. Desde que Inés Arrimadas propuso que el bloque constitucionalista unido a las urnas en las autonomías donde el nacionalismo está más vivo, en Galicia, País Vasco y Cataluña, los conservadores han ido venciendo partida a partida a los naranjas y, de momento, ganan por goleada. 

La oferta que lanzó Arrimadas era, en un principio, cerrada: PP y Cs debían ir en coalición en las tres autonomías y el partido hegemónico en cada región era el que debía encabezar la lista. El tándem electoral se daba cerrado por parte de Ciudadanos: o en las tres autonomías iban en coalición o cada uno se presenta por separado. 

Los populares rebajaron sus expectativas casi al mismo momento que escucharon la oferta, pero decidieron deshojar la margarita pétalo a pétalo. "Teodoro (García Egea) es especialista en cerrar acuerdos in extremis", recuerdan desde Génova.

Los dos partidos han cuidado las formas y, de cara a la galería, han hablado de "sintonía", "avances" y "entendimiento".

Respaldo de Génova a Feijóo

La realidad, sin embargo, es bien distinta. Pablo Casado apoyó desde el principio a Feijóo, que se negó en rotundo a ir mano a mano con un partido que no tiene ni un solo representante en el Parlamento autonómico. Este martes era el propio Feijóo el que cerraba la puerta definitivamente a Arrimadas cuando la líder de Cs le telefoneó como último intento a cerrar ese pacto en coalición.

Ciudadanos amagó con romper el pacto en País Vasco si no superaban el "escollo" gallego, pero los naranjas no rompieron la baraja tras el no definitivo de Feijóo. Los dos equipos negociadores cerraron un principio de acuerdo en el País Vasco este miércoles por la tarde que se dará a conocer el jueves. El candidato será el popular Alfonso Alonso. Cs nunca ha cuestionado la hegemonía de los conservadores en el territorio -el PP tiene nueve escaños frente a los cero del partido de Arrimadas-. La última diferencia entre ellos estaba en el nombre con el que deben presentarse en el cartel electoral. Se descarta que se llamen Euskadi Suma o Mejor Unidos. 

Cataluña, a destiempo

"Nos ha venido mal que las de Cataluña no sean al mismo tiempo. Podríamos haber negociado mejor", reconocen fuentes de Ciudadanos a este diario. Allí, donde tienen la posición preponderante, sí liderarán ellos. El parte de situación es complicado para los liberales. Al no haber convocado comicios la Generalitat, tendrán que argumentar dos cesiones y ningún triunfo, más allá de algún detalle que hayan podido arrancar en el País Vasco.

Sin embargo, Arrimadas concibe que el proyecto no se ve mermado. Es cierto que en Euskadi sacarán algún diputado y que en Galicia, si las encuestas se cumplen, se quedarán igual que hasta ahora: en cero. Igual que sucedió en las autonómicas, Casado y García Egea han sabido rentabilizar su mayor músculo aritmético. Los naranjas no consiguieron arrancar al PP ningún gobierno autonómico tras las citas de mayo. Tampoco capitales importantes, más allá de Granada.

Además, en Cataluña, aunque no encabecen una lista, los populares también obtendrán más diputados -salvo debacle- de los cuatro que vienen ostentando en solitario. Las elecciones vascas y gallegas serán los dos primeros procesos electorales que afronte Inés Arrimadas como presidenta de Ciudadanos.