Tánger

Las dos ciudades autónomas españolas, Ceuta y Melilla, sufren el hostigamiento de Marruecos en sus fronteras desde el cierre comercial de la aduana en Melilla en verano de 2018 y del candado al porteo en Ceuta en octubre de 2019. Además, la situación se ha agravado esta semana pasada con los cortes de mercancías de porteadoras en Melilla y el cierre al pescado en Ceuta.

La aduana marroquí cerró el paso al pescado que normalmente los comerciantes ceutíes compran en la lonja de Tetuán. El producto se fue terminando y las pescaderías sin género se vieron obligadas a cerrar. Bares y restaurantes quedaron también desabastecidos.

Ceuta dio de plazo a Marruecos 48 horas para restablecer la situación en la frontera del Tarajal I con el pescado, pero pasan los días y todo sigue igual. La delegada de Ceuta, Salvadora Mateos (PSOE), le ha visto las orejas al lobo y “ha viajado el fin de semana a Madrid para tratar el asunto del pescado”, según desvelan fuentes a EL ESPAÑOL. Mientras, crece el descontento entre la población ceutí, descontenta con una “gestión basada en el continuismo”.

También en Madrid, la secretaria General del PSOE en Melilla, Gloria Rojas, aprovechó su participación en el Comité Federal de su partido, el sábado, para mantener una reunión de trabajo con el presidente Pedro Sánchez y “exponerle temas de la ciudad que tenemos que seguir trabajando”. Entre esos asuntos están los referentes a la frontera con Marruecos, según ha confirmado Rojas a EL ESPAÑOL.

Reunión de Vivas y Castro

Ante la situación que viven de asfixia económica, los presidentes autonómicos de Ceuta, Juan José Vivas (PP), y Melilla, Eduardo de Castro (Cs), que mantuvieron su primera reunión en septiembre y que coincidieron recientemente en su visita a Fitur, se reúnen hoy lunes en Málaga para preparar expresamente la estrategia de diálogo con  Sánchez, que hasta el momento no se ha manifestado sobre las medidas fronterizas unilaterales tomadas por Marruecos.

“Es necesario dar un toque de atención, reclamar lo que consideramos que es nuestro, luchar por los derechos y el bienestar de los ciudadanos”, sentenció De Castro el viernes.

El propósito es diseñar una medidas “contundentes” para que ambas ciudades no tengan que depender de Marruecos ante la situación actual de las fronteras. “El objetivo es trabajar juntos y sumar esfuerzos para reclamar para Ceuta y Melilla lo que corresponda, donde y a quien corresponda”, trasmitió el gabinete de Castro a EL ESPAÑOL.

El encuentro es una continuidad a la carta que Vivas había enviado el 23 de enero a Pedro Sánchez para que “se active una estrategia que, en defensa de nuestra integridad y soberanía, tenga por finalidad evitar que ni la subsistencia económica de nuestra ciudad, ni el control de la inmigración irregular, ni la tranquilidad y bienestar de los ceutíes dependan de decisiones que puedan tomarse al otro lado de la frontera”.

Sin embargo, al mismo tiempo, unos días más tarde sacaba adelante los presupuestos de la ciudad con los votos de Vox, algo que enfadó a Marruecos, que sigue de cerca la política local.

Vox mira a la Península

Ante la restricción impuesta por Marruecos para que el pescado no pase la frontera, Teresa López Álvarez, diputada de Vox, trasladó varias preguntas al Gobierno en referencia a “qué medidas piensa tomar para solucionar ese bloqueo impuesto y si va a dejar indefinidamente en manos de Marruecos la fluidez de la frontera”. Y Vox Ceuta instó al Gobierno local a que con “carácter urgente” pusiera en marcha un plan alternativo a la entrada de pescado por la frontera”.

En todo caso, la formación verde sigue echando un pulso a Marruecos aludiendo a la sanidad y las condiciones higiénico-sanitarias, laborales y de conservación del pescado de la lonja de Tetuán, que durante años pasó los controles sanitarios de la aduana y se distribuyó en Ceuta. Lo considera “competencia desleal consentida durante años a nuestra pesca local y a la lonja de Ceuta”.

“Yo no quiero más ese pescado. La dignidad de Ceuta tiene que estar por encima de todo. Frontera cerrada y pescado de la flota española a partir de ahora”, sentenciaba en la redes sociales Juan Sergio Redondo, presidente de la Gestora de Vox-Ceuta.

El portavoz, Carlos Verdejo, también lo dejaba claro en su cuenta de Twitter: “Nunca me ha gustado tener que depender de un país que no reconoce nuestra españolidad, para poder comprar pescado o para cualquier otra cosa. Es el momento de comenzar la reactivación de la lonja [de Ceuta] y de la llegada de pescado andaluz a nuestras pescaderías”.

Pactar con Marruecos

Los partidos locales de mayoría musulmana, Coalición por Melilla (CpM) y Caballas en Ceuta, optan sin embargo por agarrarse al Tratado de Buena Vecindad y Cooperación que se firmó entre España (Felipe González) y Marruecos (Azeddine Laraki) en 1991 y entró en vigor dos años más tarde.

“Los pasos fronterizos con Marruecos carecen de cualquier protocolo en el que se pacten unas normas o pautas tanto en el paso de personas, vehículos o mercancía. No hay absolutamente nada regulado”, explica a El ESPAÑOL, Mohamed Ali, líder de Caballas.

Por ello, en el pleno de propuestas del mes de enero planteó “dotar de seguridad jurídica al espacio fronterizo y que se respeten ambos lados en el marco de las buenas relaciones, sin tabúes ni complejos”. La iniciativa la tumbó la presidencia de la ciudad tumbó con el apoyo de Vox.



La preocupación de los ciudadanos es grande y, en ese sentido, las organizaciones y asociaciones de comerciantes y vecinos acuerdan distintas medidas. Por ejemplo, la Asociación de Residentes Ceuta informó a EL ESPAÑOL de que se reunirá el día 19 de este mes en Rabat con el director general de Aduanas Marroquíes, Nabyl Lakhdar, tras enviarle una petición por escrito, para hablar de “los controles que desde hace semanas vienen realizándose en la frontera de Bab Sebta”. También le solicitarán que al menos dejen pasar “las compras de bajo importe”, haciendo alusión a las “quejas de los particulares” y a “la sensación de preocupación y miedo” en la frontera ceutí.

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