Evitar a toda costa cualquier interferencia de Cataluña en las elecciones autonómicas vascas. Esa es la principal obsesión de un Iñigo Urkullu que podría anunciar la disolución del Parlamento Vasco entre hoy jueves y el lunes de la semana que viene o esperar a que el PNV proclame sus candidatos electorales, pasado el 7 de marzo.

Si la Cámara vasca se disolviera antes del martes, las elecciones autonómicas podrían celebrarse de forma anticipada el próximo 5 de abril, la fecha más temprana posible y también la más conveniente a los intereses del PNV

La fecha alternativa a ese 5 de abril sería el 26 de abril. Cualquier fecha intermedia, como la de los domingos 12 o 19 de abril, queda descartada para evitar que los comicios no coincidan con las vacaciones de Semana Santa

Convocar las elecciones en mayo implicaría, por su lado, arriesgarse a coincidir con la campaña electoral catalana, con el riesgo de contaminación ideológica cruzada que eso implica. Convocarlos en junio los haría coincidir con la Eurocopa.

Pero si Urkullu espera, como anunció ayer jueves, a la proclamación de los candidatos electorales del PNV el 7 de marzo, la fecha más temprana posible sería la de la primera o segunda semana de mayo. Hay que tener presente que han de mediar 54 días entre la publicación de la fecha electoral en el Boletín Oficial del País Vasco y los comicios.  

Si Urkullu decidiera no convocar elecciones anticipadas y agotar la legislatura, la fecha más tardía posible para los nuevos comicios sería la del 25 de octubre

1. Cataluña  

Aunque fuentes del Partido Nacionalista Vasco niegan que Cataluña sea una preocupación nuclear del lehendakari, lo cierto es que la noticia del posible adelanto de las elecciones vascas llega pocos días después de que el presidente de la Generalidad Quim Torra anunciara el adelanto de las elecciones catalanas para una fecha inmediatamente posterior a la aprobación de los Presupuestos de la comunidad.

El anuncio llega también después de que el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, se reuniera con Oriol Junqueras en la prisión de Lledoners el pasado 29 de enero. Una reunión en la que Junqueras y Ortuzar, en palabras de este último, "acompasaron y conjuntaron las posiciones políticas" de ambos partidos "para que las cosas vayan bien".

"Es muy difícil que el panorama de Cataluña y el Estado se clarifique hasta que se celebren las elecciones catalanas", dijo también un Ortuzar muy consciente de que cualquier interferencia del conflicto catalán en las elecciones vascas podría resultar letal para un partido cuyo electorado no se siente mayoritariamente atraído por la vía catalana de enfrentamiento frontal con el Estado.

2. Transferencias 

Un segundo motivo para el adelanto de las elecciones vascas -este sí citado con asiduidad por altos cargos del PNV- es la negociación relativa a las más de treinta transferencias a las que se comprometió el PSOE a cambio de la investidura de Pedro Sánchez y que el consejero del Gobierno vasco Josu Erkoreka y la ministra de Política Territorial y Función Pública Carolina Darias negociaron ayer en Madrid. 

Según fuentes nacionalistas vascas, un posible retraso del traspaso de esas competencias pendientes sería un acicate para el adelanto de las elecciones.

El objetivo del PNV es evitar que la fase final de la negociación coincida con las elecciones y que las competencias se conviertan en moneda de cambio entre PSOE/PSE y el nacionalismo vasco. Algo que sería difícil de evitar si el traspaso se retrasa y los comicios se celebraran en su fecha reglamentaria, en septiembre u octubre de este año.

3. Crisis económica

Un tercer motivo para el adelanto de las elecciones es el empeoramiento acelerado de todos los indicadores económicos nacionales. Indicadores que es muy probable que se agraven durante los próximos meses.

El hecho de que sólo en el mes de enero se haya destruido la mitad del empleo ganado en todo 2019 ha hecho temer al PNV que la situación pueda convertirse en insostenible mucho antes de lo previsto. Su tesis es que los datos serán malos en abril, pero peores en mayo y mucho peores en junio.

El PNV pretende evitar con el adelanto de las elecciones asumir el coste de su parte proporcional de la culpa en el empeoramiento de esos indicadores económicos. Porque el PNV sostiene al PSOE de Pedro Sánchez en Madrid, gobierna con el PSE en el País Vasco y ha pactado sus presupuestos autonómicos con Podemos. Algo que le convierte en responsable, como mínimo indirecto, de las consecuencias negativas de las políticas económicas defendidas y aplicadas por la izquierda.

4. España en Bilbao

El cuarto motivo es bastante más prosaico y pretende evitar la coincidencia de los comicios vascos con los partidos de la Eurocopa que la Selección española de fútbol jugará los días 15, 20 y 24 de junio en Bilbao.

El tirón de la Selección en el País Vasco, mucho mayor de lo que se suele suponer, hace temer al PNV un brote de euforia españolista que haga crecer a los partidos constitucionalistas en detrimento de los nacionalistas. Tirón que aún sería mayor si la Selección jugara bien, pasara a la siguiente ronda y fuera percibida como aspirante al título

5. Semana Santa

El quinto de los motivos ya ha sido avanzado en los primeros párrafos de este texto. El PNV pretende evitar que los comicios coincidan con la Semana Santa, unas fechas en las que muchos vascos se encuentran fuera de sus ciudades y pueblos o desconectados de la actualidad política.

En el País Vasco, como también sucede en Cataluña, una baja participación electoral suele favorecer a los partidos constitucionalistas y perjudicar a los nacionalistas.

La convocatoria de elecciones anticipadas se da por hecha en el País Vasco. Urkullu ya ha activado de hecho el procedimiento legal establecido por la Ley de Gobierno sondeando a los miembros de su Ejecutivo, un requisito imprescindible sin el que resulta imposible disolver luego el Parlamento y convocar elecciones anticipadas. Cumplido ese trámite, sólo resta esperar a la comunicación oficial de la fecha definitiva decidida por el lehendakari