A nadie en el Gobierno se le escapa que la reunión entre Pedro Sánchez y Quim Torra de este jueves no tiene otro objetivo para el presidente de la Generalidad que dinamitar cualquier posible pacto entre PSOE y ERC, y justificar la idea de que no cabe negociación posible con el Estado español.

Pedro Sánchez pretende acudir a la reunión acompañado de la ministra de Política Territorial y Función Pública Carolina Darias para evitar la imagen de una cumbre entre Gobiernos. Es decir, de una reunión entre iguales. Es previsible que cualquier intento de diluir la importancia del encuentro sea rechazado por Quim Torra. 

Las bombas que Torra puede haber fabricado para esta cita-trampa a fin de lograr sus propósitos son tantas –el formato, el contenido, la escenografía, el comunicado, la rueda de prensa, las filtraciones– que parece difícil que el presidente del Gobierno pueda desactivarlas todas.

Estas son las principales. 

Primera

La primera de las bombas es la reunión misma, un arma propagandística muy deseada por JxCAT y en la que Pedro Sánchez, al contrario que Quim Torra, tiene mucho a perder y poco a ganar.

Cualquier desliz del presidente del Gobierno será exprimido con saña por la oposición, mientras que sus posibles ganancias serán sólo cosméticas y limitadas a la idea de que el PSOE dialoga incluso con aquellos partidos con los que no tiene nada en común.

El mejor resultado posible para el Gobierno es, de hecho, que de la reunión se hable lo menos posible en los medios.  

Segunda

Torra presentará un programa de máximos. Su objetivo será demostrar que ERC cedió la investidura de Pedro Sánchez a cambio de una reunión vacía de contenido. Es decir, de una escenificación con un Gobierno de PSOE y Podemos que no está dispuesto a negociar ninguna de las tres principales reclamaciones del separatismo: un referéndum de independencia, la amnistía de los presos del procés y la figura de un relator internacional que medie entre el Estado y el Gobierno de la Generalidad. 

Habrá una cuarta reclamación de alto impacto emocional para el separatismo. La de que el presidente pida perdón por su apoyo al 155 y por las consecuencias que se derivaron de él. Es decir, por el juicio del procés

Tercera

Es incluso posible, como han avanzado algunos medios, que Torra escenifique una espantada a media reunión que le sirva para justificar frente a la ANC, Òmnium Cultural, la CUP y los sectores más irredentos del separatismo que el Gobierno español no tiene la más mínima intención de negociar ninguna de las reclamaciones del separatismo.

 Si eso ocurre, la expresión más citada en los telediarios de hoy jueves será "humillación de Torra a Sánchez"

Si el presidente de la Generalidad logra transmitir de forma eficaz entre el separatismo la idea de que no existe diálogo posible con el Gobierno, cualquier negociación posterior del PSOE con ERC quedará sentenciada de muerte. 

Cuarta

La escenografía de la reunión, a cuenta de unas sencillas flores amarillas y rojas, ya provocó tiranteces entre Sánchez y Torra durante su anterior reunión, la que tuvo lugar en el Palacio de Pedralbes el 20 de diciembre de 2018

La reunión de hoy tendrá lugar en el Palacio de la Generalidad. Se desconoce todo acerca de la escenografía o de la sala concreta donde se celebrará la reunión. Sólo se sabe la hora: las 12:00.

El Gobierno español ha exigido que la bandera española ondee junto a la catalana, y en el puesto preferente de acuerdo a las convenciones del protocolo.  Ahí podría haber alguna sorpresa. Torra que ya sabe que su carrera política está cerca de su fin y que no tiene nada que perder mañana. 

Está claro que existen decenas de detalles que escapan al control del Gobierno y que podrían transmitir el mensaje de que Sánchez es el presidente del Gobierno de una nación extranjera en visita oficial al presidente de la nación catalana en la sede del Gobierno de esa nación.

Quinta

Puigdemont pidió ayer a Torra que no renunciara "a nada" durante su reunión con Sánchez. El guion de su rueda de prensa posterior está escrito desde hace días porque, como es obvio, Sánchez no concederá nada de lo que exija Torra en los términos deseados por este.

Se desconoce si habrá un comunicado posterior a la reunión. Sí habrá, en principio, una rueda de prensa de ambos presidentes. Los 21 puntos que Torra exigió en la reunión del 20 de diciembre de 2018, titulados de forma genérica Un pacto de Estado para solucionar el conflicto entre España y Cataluña, provocaron un roto sin precedentes en el Gobierno de Pedro Sánchez por su alusión a un "relator internacional" que mediara entre el Estado y la Generalidad como si estos se trataran de dos gobiernos equivalentes.

Sexta

La trampa, de nuevo, no estará tanto en un hipotético comunicado posterior como en las filtraciones que JxCAT haga de las exigencias de Torra. 

El principal error de Pedro Sánchez ha sido acceder a una reunión con un elemento libre del escenario político sin interés alguno en la gobernabilidad de España y ningún incentivo racional o irracional para comportarse como un competidor leal. Si la reunión era necesaria, existían más opciones a su alcance que la de comparecer en campo enemigo y con las reglas del contrario.  

Dicho lo cual, un posible fracaso estrepitoso de la reunión y una escenificación exageradamente histriónica de Torra podría también redundar en un beneficio para Sánchez, en tanto en cuanto legitimaría sus pactos con ERC, "el independentismo posibilista", en contraste con JxCAT, "el independentismo cerril".