El ministro de Universidades, Manuel Castells, ya tiene llena su agenda para los próximos tres meses. Tras desembarcar en Madrid, el respresentante de En Comú Podem en el nuevo Gobierno de coalición ha anunciado a las 48 horas de tomar posesión del cargo que desaparecerá de su despacho y no regresará hasta bien entrada la primavera tras completar una gira por toda España para conocer a los rectores, profesores y alumnos de las universidades españolas y con el objetivo de reunirse con todos los estamentos universitarios.

Pretende así darse a conocer en un estamento que le es en gran parte ajeno. A pesar de ser profesor invitado en varios centros internacionales -ha ejercido durante 40 años en California (EEUU)-, este miembro de la Real Academia Española de Ciencias Económicas, de la Academia Británica, de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales de Estados Unidos, de la Academia Mexicana de Ciencias y de la Academia Europea, en España sólo ejercía en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), una especie de UNED regional catalana, es decir, no presencial.

Mientras termina el desembarco en la capital, y aun sin haber terminado de formar su equipo, el objetivo es atender "las demandas de la comunidad universitaria, que "no ha sido suficientemente escuchada en los últimos años". Así lo explicaba este miércoles antes de la junta de portavoces del Congreso, Gerardo Pisarello, secretario primero de la Mesa del Congreso y diputado de los Comunes de Ada Colau.

Contradicciones

En sus reuniones, Castells seguramente escuche de los rectores que una de sus quejas principales es la propia creación del nuevo Ministerio. Cuando se estaba negociando el acuerdo de coalición entre PSOE y Unidas Podemos, la Comunidad de Rectores (CRUE) ya advirtió de que era "un error la separación de Ciencia y Universidades, entre otras cosas porque es en nuestros centros donde se hace el 70% de la investigación en España".

Y es que la asignación a Castells de la cartera, que recibió este lunes de manos de Pedro Duque, ha significado la separación del departamento, en dos partes. El antiguo astronauta ahora será sólo titular de Ciencia e Innovación y el propio Castells admitió en su discurso de asunción del cargo que él mismo estaba "en contra" de esta división, "pero es lo que hay", admitió.

El desembarco de los representantes de Unidas Podemos en el Gobierno tras el pacto de la coalición ha generado una inflación de departamentos que -parece evidente- tenía simplemente como objetivo hacer hueco a los de Pablo Iglesias. Y es que en el programa electoral de Podemos para el 10-N se defendía expresamente "mantener y reforzar el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, para que el impulso de la actividad científica por parte de los poderes públicos sea más eficaz".

Pero hay otra contradicción aún más grave respecto de lo prometido por los morados en la campaña y los objetivos ahora marcados. Castells irá de gira con el compromiso de "bajar los precios de las matrículas universitarias".

Sin embargo, Podemos defendía una Universidad pública gratuita, dado que "la mayor parte de la financiación de las Universidades públicas ya procede del dinero público y no de su pago directo" para garantizar que cualquier joven que quiera y pueda estudiar lo haga con igualdad de oportunidades. Una propuesta que se extendía a "los másteres cuando sean habilitantes de manera oficial para ejercer una profesión". Hora, la promesa se queda en "hacer todo lo posible" para bajar las tasas "de la manera más rápida que esté a nuestro alcance".

Sus polémicas

Castells es probablemente, el ministro más outsider de todos los nombrados por Pedro Sánchez. No sólo recibió su cartera rechazándola, sino que ha defendido en los últimos años a los políticos condenados y huidos por el golpe independentista del 1-O en Cataluña y aseguró, como sociólogo, que los episodios de violencia vividos el pasado octubre tras la sentencia había que "entenderlos y no reprimirlos".

Como este martes hizo Pablo Iglesias en una entrevista televisiva, ha arremetido contra los jueces del procés, acusándolos de estar politizados por "los partidos nacionalistas españoles", entre los que incluyó al PSOE, al que acusó de "no querer ni saber negociar para resolver el conflicto catalán", dijo.

Además, este mismo sábado, a 48 horas de tomar posesión, vulneró el protocolo de funcionamiento de la coalición firmado entre los socialistas y Unidas Podemos al inmiscuirse en las competencias de Exteriores. En un artículo publicado en La Vanguardia, Castells defendía a Irán en su conflicto con EEUU, acusando al Gobierno de Donald Trump de "cínico y repugnante" por el "asesinato" del general Soleimani, líder de la Guardia Revolucionaria de Teherán, en suelo iraquí.

Por ahora, el nuevo ministro de Universidades sólo ha sido recibido con parabienes por el presidente de la escuela de negocios privada IE University, Santiago Íñiguez de Onzoño"Creo que va a traer una bocanada de aire fresco al sector universitario español", dijo a Efe, destacando su experiencia internacional.

Lo cierto es que tras casi cuatro décadas ejerciendo en Norteamérica, Castells llegó a decir en 2015 que "los centros funcionan tan bien en EEUU porque no hay ministro de Universidades, ya que sólo se puede innovar desde la libertad". Ahora, tratará de explicarle a la comunidad universitaria como quiere convertirla en "un instrumento que permita la modernización social y que favorezca la igualdad social"... con "lo que hay", una cartera que quizá no debería existir y, mucho menos, separada de la de Ciencia.