El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, está dispuesto a reunirse "cuanto antes mejor" con Quim Torra. Así lo han confirmado fuentes del Govern de la Generalitat tras mantener ambos una conversación telefónica de 15 minutos en el marco de las negociaciones de cara a la investidura. 

Moncloa ha matizado que el encuentro entre ambos será "cuando haya Gobierno y arranque la legislatura" como hará con el resto de los presidentes autonómicos y que la voluntad de Pedro Sánchez es encontrar "una respuesta a esta crisis política", que la legislatura "se inicie" cuanto antes y tenga como propósito "reducir la tensión territorial y reanudar el diálogo".

Para reforzar esta senda, el presidente del Gobierno activará la Conferencia anual de presidentes de comunidades autónomas si es investido presidente y así se lo ha comunicado a todos ellos. Ante esto, Torra se ha quejado que él lo desconocía y que no han hablado de ello durante los 15 minutos de conversación. "Sánchez no me ha comunicado nada. Puede ser porque ya no me considera un presidente autonómico. Todo en orden", ha escrito en Twitter.

 En la conversación, que comenzó a las 9:19 horas, el Govern asegura que Sánchez ha reconocido "la naturaleza política del conflicto como ya hizo en la primera reunión en La Moncloa". En este sentido, el president catalán le ha emplazado a reunirse, a lo que Sánchez se ha mostrado dispuesto a hacerlo "cuanto antes" y le ha transmitido a Sánchez su malestar por la "falta de cortesía institucional" por no atender sus llamadas tras la sentencia del procés y las elecciones generales del 10 de noviembre. 

Autodeterminación, represión y libertad de presos

Torra ha expuesto a Sánchez que la "solución del conflicto" pasa por el ejercicio del derecho de autodeterminación y el fin de la represión así como la "libertad de los presos políticos". También le ha recordado "la dureza" de su campaña contra el independentismo, a lo que Sánchez ha reconocido "que hay que avanzar". Ante esto, Sánchez le ha dejado claro que "estamos en un Estado Social y Democrático de Derecho y que defiende plenamente la independencia de la Justicia".

Desde Moncloa, afirman que la conversación ha discurrido "normalidad institucional" y que Sánchez le ha mostrado su deseo de que la legislatura que se inicie, si obtiene la confianza de la Cámara, sea "la legislatura del diálogo" para reducir la tensión territorial y reanudar el diálogo para dar estabilidad y encarar políticamente la situación en Cataluña.

El presidente del Gobierno en funciones ha reconocido que "se necesitará tiempo" para dar una solución a Cataluña pero que "diálogo" y unos "presupuestos" harán posible desencallar la relación entre el Govern y el Ejecutivo abordando cuestiones como la educación, las infraestructuras, los transportes y la dependencia. 

Urkullu plantea una mesa de diálogo

Antes de llamar a Torra, Pedro Sánchez ha conversado durante 15 minutos con el lehendakari, Iñigo Urkullu, sobre la gobernabilidad en España y el modelo de Estado, que le ha planteado una mesa de diálogo.

Desde Moncloa apuntan que Sánchez le ha transmitido a Urkullu que esta sea la legislatura del diálogo territorial. El propósito de Sanchez tras recibir el encargo del Rey es que "no haya unas terceras elecciones" y para ello está trabajando en conseguir la investidura y un Gobierno estable para resolver los asuntos pendientes y dar curso a la agenda territorial.

Sánchez le ha trasladado a Urkullu su disposición a completar el calendario de transferencias pendientes en el Estatuto vasco.

La CUP ve la llamada "bastante pobre"

La diputada de la CUP en el Congreso Mireia Vehí ha avisado de que "una llamada de un cuarto de hora es bastante pobre para resolver el conflicto".

Vehí ha sostenido que el problema no es de una llamada, sino que es un asunto profundo y debe resolverse con más soberanía y urnas: "Una llamada poco soluciona si no resuelve el conflicto de la soberanía y no se puede hablar de autodeterminación y el fin de la represión", ha aseverado en rueda de prensa en el Parlament.

Cree que la llamada es un gesto de reconocimiento del presidente del Govern pero que se enmarca en la intención de "cerrar por arriba con una gobernabilidad vacía algo que la gente ha abierto por debajo", con un acuerdo entre cúpulas de partidos que vincula también a los Presupuestos catalanes de 2020.

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