La Comisión Unidad en la Diversidad y buen Gobierno del 14º Congreso del PSC ha acordado este sábado recuperar el concepto de "inmersión lingüística" en el documento político del partido que aborda el pacto por la lengua. Esta idea no estaba recogida en el texto original y ahora, el PSC propone renovarlo tras 40 años para flexibilizarlo en base a las necesidades de cada centro.

Fuentes socialistas han explicado que tras una votación de las enmiendas presentadas en dos comisiones en las que se abordaba este asunto, se ha acordado incluir el catalán como legua vehicular, pero también proponen "vehicular otros conocimientos" con otras lenguas y subrayan la inclusión del inglés y el reconocimiento del Aranès.

La propuesta lingüística del PSC de Miquel Iceta, que también insiste en que la ley estatal de lenguas debe reconocer el plurilingüismo del Estado, se ha aprobado en la comisiones sin votos en contra, explican las mismas fuentes que añaden que ahora se están recogiendo firmas para crear una resolución concreta sobre lengua que se lleve al plenario del domingo y se vote.

En plenas negociaciones con ERC para lograr la investidura de Pedro Sánchez, el PSC rebaja así parte de su postura con respecto a la lengua.  "Es uno de los temas que más expectación han levantado en los medios y en la sociedad", han expresado las mismas fuentes como motivo por el que han decidido redactar esta resolución y llevarla la plenario.

El 'procés' responsable

En el documento marco inicial propuesto por la dirección, los socialistas apoyaban ya la flexibilización de la inmersión lingüística --aunque el concepto no aparecía-- y lamentaban que el proceso independentista había "roto el pacto fundacional de la Catalunya democrática", por lo que se comprometían a contribuir a la cohesión de la unidad civil de la sociedad catalana a partir de la renovación de los consensos rotos en los últimos años.

Algunas de las enmiendas presentadas, hacían hincapié en que no se hacía referencia a la instrumentalización de la lengua por parte de "sectores del españolismo beligerante que han convertido la lengua en la escuela en elemento fundamental de confrontación política", como rezaba por ejemplo la enmienda presentada por la agrupación de Castellar del Vallès (Barcelona).

Ahora, tras el debate de las enmiendas en el Congreso socialista, las mismas fuentes señalan que se hace referencia a las dos instrumentalizaciones y se llama a la "no confrontación entre monolingüismo --como pedía por ejemplo el manifiesto Koiné sobre el catalán-- y negación del plurilingüismo".