Si hay algo que recordará Beatriz Fanjul de esta última semana es el estrés y nerviosismo con el que se ha conocido que, finalmente y tras el recuento del voto exterior, será la única diputada del PP en el Congreso de los Diputados por el País Vasco. En su caso, por su provincia, Vizcaya. No para, enlazando entrevistas, preparando el desembarco en Madrid. "No he tenido tiempo de descansar", sonríe en conversación con EL ESPAÑOL.

Beatriz Isabel Álvarez Fanjul (Bilbao, 1991), secretaria general de Nuevas Generaciones en la comunidad autónoma, afiliada desde que cumplió la mayoría de edad, fue una apuesta personal de Pablo Casado para las pasadas elecciones de abril. Entonces no consiguió el escaño, pero en esta ocasión, la bajada de votos al PNV y el ligero repunte del apoyo al PP, han obrado el milagro: los populares parecen recuperar terreno vasco, tras un tiempo sin conseguir representación.

Pese a su juventud —tiene 28 años—, no será la benjamina del grupo parlamentario. Quizás su formación como ajedrecista sea lo que la haga reflexionar antes de contestar y no rehuir, así, ninguna pregunta. Desde luego, Fanjul no se esconde en el burladero. Para empezar, habla de los políticos en tercera persona. Tendrá que acostumbrarse.

¿Cómo decidió entrar en política? ¿Tiene tradición familiar?

No. Sí que se verdad que mi padres e traga todos los programas y le encanta seguir la política, pero yo entré en política por un amigo del colegio, que estaba afiliado a NNGG. Fui a un acto y me marcó mucho una cosa: había más gente fuera que dentro. Estaba lleno de escolta. Dentro había la mitad de gente. Me pregunté que cómo era posible que personas que sólo estaban haciendo política, que es algo precioso y algo que se hace de manera generosa por los demás, tuviesen que jugarse la vida. Fue hace diez años. Tenía dieciocho años.

Todos lo que están ahora, que tendrán unos cincuenta, cuarenta años, en su día eran gente joven que estaba estudiando o que acababa de terminar la carrera y que con ciertos asesinatos, ya podría ser el de Miguel Ángel [Blanco] o el de Goyo [Gregorio Ordóñez], dieron un paso al frente. Dejaron de lado su futuro profesional o una vida normal por meterse en eso. Fue una camada de gente muy joven. Los jóvenes o son valientes o son inconscientes. Por eso siempre hemos sido el faro moral del partido nacional. El PP vasco es el corazón del PP. Y lo tienen presente desde Galicia hasta Andalucía.

Con su escaño, el PP vasco ha vuelto a tener representación parlamentaria tras un tiempo sin ella.

Es signo de un futuro esperanzador para el País Vasco, ya no sólo para nosotros, sino para el País Vasco. Porque la tendencia ahora es creciente, nos da un respiro, pero no estamos eufóricos. Yo, personalmente, puedo estar feliz de haber conseguido el escaño con todo el trabajo que hemos hecho entre todos, pero evidentemente tengo a los compañeros que se han quedado a las puertas, Marimar Blanco e Íñigo Arcáuz, dos personas que llevan mucho tiempo en política, una de ellas ha pasado por mucho y desde luego eso te duele. 

¿Sorprendió que el PP vasco lograra el diputado por su provincia, Vizcaya, que por Álava, donde tradicionalmente había mayor arraigo?

Es lo malo de las encuestas. Te dan una confianza o te marcan un camino que crees que es así, pero lo cierto es que en Álava arrebatarle un escaño a Bildu, sabiendo lo que es Bildu... en el momento que lo conquistaron el 28-A iba a ser muy difícil levantárselo. Son conscientes de su triunfo y las circunstancias de cada provincia son distintas. Eso no significa que unos lo hayan hecho mejor y otros peor. El PNV es hegemónico en Vizcaya, nosotros jugamos la Champions aquí contra ellos, y conlleva un entramado ya no sólo social, sino cultural, económico… Es como una religión, es como ir todos los domingos a misa, la gente ya ni se lo cuestiona. Tuvo sorpresa, para qué nos vamos a engañar, pero fue grata.

Este viernes, el partido ha presentado un informe de radicalidad en la UE en el que alerta de se está fomentando “el mantenimiento de una cultura del odio como caldo de cultivo y expresión más patente que se proyecta hacia España y hacia las instituciones del estado”.

No creo que ETA haya desaparecido, sino que ETA se ha transformado. ETA no sólo era plomo y sangre. Había un entramado social cultural económico que sigue latente. Lo vemos todo el rato con su eufemismo del derecho a decidir, de autodeterminación, que no es ningún derecho, porque el único derecho que tenemos los españoles es a tomar por nosotros mismos nuestras propias decisiones siempre y cuando no afecte al resto. En el País Vasco tenemos mucho que hacer y, por eso mismo, el arrebatar el escaño al PNV nos permite coger aire y darle esperanza a aquellos que nos sentimos vascos y españoles y queremos un País Vasco más abierto.

El hartazgo de los españoles se ha antojado clave en los resultados electorales del 10-N. ¿Es un sentimiento compartido o está la política más desapegada de la juventud?

Yo diferenciaría: llevamos cuatro años con cuatro elecciones. Es algo bochornoso porque los políticos deberían ser lo suficientemente responsables como para dar soluciones y como mínimo conformar un gobierno que sea bueno para todos los españoles. Pero me vas a permitir diferenciar con los jóvenes: la política, tal y como está ahora, no tiene el foco puesto en los jóvenes, no es atractiva. Está muy distanciada de todos ellos. La forma de hablar, la forma de conectar, para los jóvenes es otro mundo. Es muy raro encontrar que incluso sientan interés y lo veo entre mis amigas, entre la gente de mi trabajo… No tratan siquiera de informarse o siquiera les llama la atención. Para mí eso es un reto.

¿Ha conseguido el PP deshacer parte de la imagen de que el PNV era el único partido de centroderecha en el País Vasco que podía defender los intereses de los ciudadanos, además de los intereses nacionales?

Es que [esa premisa] es rotundamente falso, es algo contra lo que llevamos mucho tiempo trabajando. El PNV sólo mira por el PNV. El PNV es excluyente, es que no existe un nacionalismo moderado. El PNV, a día de hoy, es un partido totalmente radical. No es lo mismo el PNV que se vende cuando hay elecciones que el PNV del día a día. El PNV, en el Parlamento vasco, con su socio prioritario, que es Bildu, y no voy a entrar en valoraciones de lo que es Bildu, está ya preparando el camino soberanista con la reforma del Estatuto.

¿Es la derecha atractiva para los jóvenes? ¿Se puede hacer ‘sexy’? Tradicionalmente, la izquierda ha resultado más atractiva para los veinteañeros.

Hay una diferencia entre la izquierda y la derecha, o el centroderecha. El centroderecha siempre ha apostado por las personas y la izquierda se ha cogido banderas que atienden más a razones sentimentales, como el feminismo o el medioambiente. Son causas muy generales que nos involucran a todos. Los jóvenes podrían conectar muy bien con el centroderecha y también con la izquierda, pero ya no sólo ellos, sino que si a todos los ciudadanos que crean en la libertad personal y en la decisión propia, verán su opción en el centroderecha.

¿Pero hace falta hacer más atractiva la derecha?

Quizás la imagen. La imagen del centroderecha, tradicionalmente, ha sonado más a gente más mayor. Evidentemente, con Pablo Casado, entramos cuatro personas de Nuevas Generaciones de toda España ahora al Congreso. Y él, además, tiene 38 años y ya ha sido candidato a presidente del Gobierno. Pablo lo tiene muy claro: quiere conectar con esta generación. En general, la política, porque si vemos a la mayoría de los líderes, hemos bajado bastante la media. 

¿Por qué Vox recibe tantos apoyos entre los jóvenes?

Por la manera de hablar que tiene Vox y por cómo lleva sus redes sociales, cómo se ha introducido. Es de los partidos más fuertes que hay en Instagram, e Instagram es donde están los jóvenes. Han sabido canalizar esa atención y el PP puede hacerlo. 

La mejor clave para tratar de conectar con la gente es ser sincero. Usar las redes de una manera personal, después, y trasladar tus mensajes tal y como los piensas. Hay veces en los que piensas cómo poner lo que quieres decir, voy a ser formal, voy a decirlo con palabras para parecer más culto, más inteligente. No. Vamos a hacerlo en un idioma que entiendan todos, vamos a decir cosas que interesen y, sobre todo, vamos a la normalidad. Los políticos parece que viven en un mundo paralelo a la realidad.

Actualmente, en Génova manda una generación de dirigentes criados en las Nuevas Generaciones. Como actual secretaria general de la formación en el País Vasco, ¿en qué beneficia a un joven militar en un partido político?

Es una escuela. De la vida en general. Aprendes muchas cosas, haces muchos amigos, conoces a muchas personas y eso te da mucha perspectiva y te permite codearte con gente que en circunstancias normales no tendrías la oportunidad. También te da herramientas para poderte formar, en términos de oratoria, análisis electoral, discurso, política en general. Se lo recomiendo a todo el mundo que tenga el gusanillo, que no lo dude.

Pero sacrificar parte de la vida laboral para formarse como político es un condicionante a la hora de poder aportar a los ciudadanos, más tarde, como representante parlamentario.

No, porque Nuevas Generaciones no te implica que dejes de estudiar o trabajar. Yo soy secretaria de NNGG en el País Vasco y lo compatibilizaba con un trabajo en una multinacional. En esta vida tienes que saber repartirte y sacar tiempo para todo. Lo que aconsejo a todos es que trabajen, que trabajen en la empresa privada que eso te da mucho recorrido, mucho aval, mucha perspectiva y mucha seguridad. Para entrar en política hay tiempo, hay mucho tiempo.

Es paradigmático que lo diga usted.

(Risas) Mira lo que me ha pasado a mí, pero bueno. Son circunstancias muy excepcionales, que te puede pasar. Pero por militar en NNGG lo único a lo que tienes que estar dispuesto es a tener claro que vas a tener menos tiempo, a que te va a costar dinero, porque viajas mucho y eso te lo pagas tú. Pero merece la pena.

En las últimas horas ha sido centro de una gran polémica: un portal decidió publicar una foto suya en bikini y, después, despedir a la trabajadora cuando solicitó que se retirara esa foto, que continúa en las redes sociales de la página, aunque no en la web. ¿Es más fácil atacar a las mujeres por su físico?

No sé porque la publicaron, desconozco las intenciones. Yo sólo pedí que retirasen la foto, agradecí la rectificación y me solidaricé con lo que podría ser un error sin necesidad de llegar a echar a nadie. Leí que Marta [la redactora del portal] había publicado que estaba buscando trabajo, así que decidí poner mi granito de arena para ayudarla a través de Twitter. Es más fácil atacar a las personas de manera personal, en todos los ámbitos. Y es algo que no debemos consentir.

Beatriz Fanjul, única diputada del PP en el Congreso por el País Vasco.

¿De qué temas le gustaría encargarse en el Congreso? 

Todavía no lo he mirado.

Si pudiera elegir.

No lo he mirado. Diría que hay tres que me gustan: Empleo, por la que se avecina; Educación, particularmente por la situación que tenemos en el País Vasco de adoctrinamiento y asfixia del nacionalismo; y, evidentemente, Interior.

¿Tiene algún icono del PP nacional?

Me fijo mucho en las mujeres, y me fijo mucho en las mujeres líderes. Me gustaba mucho Esperanza Aguirre.

¿Y actual?

A nivel nacional, me gusta mucho el tándem de Alejandro Fernández y Cayetana, porque me fijo mucho en Cataluña. Es un tándem muy positivo porque van remando juntos, porque tienen las ideas claras, porque no tienen ningún tipo de complejos, que son coherentes y, sobre todo, muy creíbles. Y luego también me gusta mucho Almeida, que está haciendo a nivel municipal una labor magnífica. Es una persona muy trabajadora, nadie daba un duro por él ni siquiera para que fuera candidato. Es el ejemplo del trabajo, sacrificio y esfuerzo, por cómo lo ha conseguido.

¿Tiene algún referente político que no sea del partido?

Me gusta mucho Inés Arrimadas, Girauta. Tengo mucho cariño a Santiago Abascal. Hace unos meses, tomé un café con él. Creo que es una persona muy honesta, creo que es buena gente y que tiene vocación política.

¿Qué opina de Aitor Esteban? Goza de una gran reputación por su labor parlamentaria.

Personalmente, me parece muy educado, con saber estar. Me parece un buen parlamentario.

¿Cómo espera que sea su primer día en el Congreso?

Todavía no lo he pensado, ni me lo he imaginado. Tengo muchas ganas, va a ser un día muy especial, seguramente uno de los más bonitos de mi vida porque me ha costado mucho. Ha sido difícil llegar.

¿Son los jóvenes más feministas?

Creo que sí. No quiero hacer una comparativa sobre si están más concienciados sobre la igualdad: espero que sí, porque eso significa que estamos haciendo las cosas mejor. El feminismo, al final, nos concierne a todos. Es la igualdad de la mujer y el hombre. Es un pilar de la sociedad, el respeto hacia las personas, independientemente de su género, de su religión, de su orientación sexual, de su educación, de su raza. Yo sí que soy feminista, pero a mí lo que me molesta es que la izquierda coja ese término y lo utilice y manosee a su manera, porque al final ellos hablan de la superioridad de la mujer frente al hombre. Sí, soy feminista, pero de las buenas.

Uno de los temas candentes entre los más jóvenes es su postura respecto a la prostitución. El Partido Popular no suele pronunciarse en estos temas. ¿Por qué?

Imagino que los debates de índole moral son complicados. 

¿Es usted abolicionista o regulacionista?

Desde luego me preocupa que haya mujeres que tengan que trabajar vendiendo su cuerpo de manera no voluntaria, pero también puedo llegar a entender que pueda haber mujeres que quieran dedicarse a eso. Es un asunto muy complicado y no sólo hay una visión en la que nos tengamos que poner todos de acuerdo, porque estamos hablando de personas. Pero al lado de este debate están los mismos sobre el aborto o la eutanasia: tienen una carga moral tan importante que no creo que debiese haber enfrentamientos respecto a este tipo de cosas, sino pactos nacionales o puntos de acuerdo entre todos.

Otro tema que se puede considerar moral es la pornografía. En 2018 y 2019 ha habido grandes debates, por el efecto que, según defienden expertos, puede causar sobre niños que cada vez comienzan a consumirlo antes sin discernir que se trata de ficción y que hay quien considera que está íntimamente relacionado con casos como el de La Manada. ¿Regularía el porno?

Yo ahí discrepo. Creo que lo primero es que te den una buena educación en casa. A mí en casa me han enseñado valores como el no robarás, no matarás, los diez mandamientos básicos… En definitiva, ser buena persona, portarte bien con los demás. Si eso es extrapolable ese tipo de personas, que los podemos llamar perfectamente animales… No sé si eso está ligado, porque no soy experta en este tipo de temas, con el porno o con el no porno, pero desde luego sí que está ligado a la educación y los valores. 

Entre las medidas del programa electoral del PP para mejorar en las cuestiones relativas a la igualdad de género está la aprobación de un Plan Estratégico de Igualdad de Oportunidades, que fijaría medidas en materia de igualdad entre mujeres y hombres. ¿Hay riesgo de retroceso en materia de igualdad en España?

Vamos a ser justos, al César lo que es del César: el PP siempre ha dado la batalla con este tipo de cosas. Lo puedes ver en que el PP es un partido en el que las mujeres forman parte de la primera línea. No creo que España como tal esté retrocediendo. Todos estamos trabajando en la misma dirección, todavía hay muchísimas cosas que mejorar en todos los ambientes, en todos los espacios, pero hay que trabajar mucho más.

También, en esta línea, el partido se ha comprometido a promover un Pacto Nacional para la Conciliación Laboral y la Racionalización de Horarios. ¿Cree que las generaciones más jóvenes han perdido calidad de vida respecto a sus padres? ¿Es más complicado ahora separar el trabajo de la vida personal en la actualidad?

Sí, es evidente. Es otra generación: ya sólo con el teléfono no desconectas de tu trabajo, con tu ordenador tienes la posibilidad de trabajar en casa. No sé mis padres cuántas horas le metían, pero sí las horas que hemos metido el resto de esta generación y han sido muchas. Es un reto lo que tenemos y tenemos que trabajar en ello.