Íñigo Errejón tiene decidido no ser cabeza de cartel en las elecciones del 10 de noviembre. Piensa que no es su momento, que la repetición electoral ha precipitado la necesidad de dirimir una decisión que él tenía prevista para mucho más adelante. Y que el mero hecho de haber sido elegido diputado en la Asamblea de Madrid le compromete con sus electores. Es cierto que en Más Madrid saben que esencialmente todos los que le votaron asumían que su paso por la política autonómica era eso, una estación hacia otro destino. De ahí que el debate sea éste: concurrir o no con otro candidato. Según las fuentes consultadas por este diario, la propuesta sigue encima de la mesa.

Los colaboradores más cercanos de Errejón jamás han dicho que el salto a la política nacional no esté en sus planes. Pero de inmediato añaden que "en este momento, estamos centrados en la legislatura autonómica". Del mismo modo, los portavoces oficiales de Más Madrid tampoco niegan los rumores de que Íñigo ha sondeado a Compromís en Valencia o a Ada Colau en Cataluña. Y sí, admiten que "hay conversaciones informales con otras fuerzas del espacio de la izquierda", pero no entran en detalles cuando la conversación profundiza en el contenido o los objetivos concretos de esos contactos.

Lo cierto es que fuentes de la dirección de Compromís han confirmado a este periódico que sin bajar a ningún aspecto concreto, Errejon y Mónica Oltra han hablado en más de una ocasión sobre las opciones de colaboración entre ambas formaciones. De hecho, en la coalición nacionalista valenciana también andan deshojando la margarita para saber con quién se quedan para el 10-N: pueden volver a confluir con Podemos, quedarse en solitario, como el pasado 28-A, o esperar a ver si Errejon lanza a los suyos.

El líder de Más Madrid no cree legítimo irse ahora de la Asamblea, no sería serio para alguien que quiere dar una imagen de político fiable y comprometido. En su candidatura, muchos de sus dirigentes quieren dar el salto, y lo presionan para que ultime un proyecto para las generales, aunque no sea él quien lo lidere.

Este mismo viernes, Marta Higueras, muy cercana a Carmena hablaba del asunto sin trabas públicamente. Ese es el mayor síntoma de que algo se está moviendo en el interior de una formación que aún no tiene ni órganos de dirección articulados, solo las agrupaciones locales y los grupos formados en cada ayuntamiento en los que obtuvo representación el pasado 26 de mayo, y el de la Asamblea.

Este viernes, su examigo Pablo Iglesias daba por seguro el salto de Errejón a la política nacional. "Lo conozco bien, lo hará antes o después, la política autonómica nunca le interesó", decía el líder de Podemos, el mismo que lo colocó como cabeza de la lista madrileña para el 26-M y quiso venderlo como un destino magnífico para "quien quizá debería haber incluso dejado el partido, al haber sido derrotado en Vistalegre II".

Lo cierto es que Íñigo luego se vengó, con la "traición" del 17 de enero, el día del quinto cumpleaños de Podemos. Ese día dio el salto, se largó y decidió llevarse todo su bagaje político y tirón electoral a su proyecto personal con Manuela Carmena.

Eso demuestra que el líder de Más Madrid es audaz y arrojado. No sería falta de valentía la que lo frenaría ahora su salto a la política nacional. Pero mientras deja que los rumores tomen vuelo, aprovecha para alimentar su buena imagen: "Lo único que no queremos es hacer daño a un posible gobierno progresista". O lo que es lo mismo: la opción sigue sobre la mesa.

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