Pedro Sánchez ha clausurado en Toledo un acto sobre política municipal del PSOE en una suerte de arranque de la precampaña electoral coincidente con el inicio del curso político. En previsión de que no haya acuerdo con Unidas Podemos y de que ésta sea una segunda legislatura fallida, como aquélla de 2016 en la que él mismo ya fracasó en su investidura, el líder socialista ha llamado a Unida Podemos a "ponernos ya a trabajar", porque los españoles no deberían ir a las urnas el 10 de noviembre, sino ver al Gobierno "trabajar por derogar la reforma laboral".

Sánchez ha presumido de la "enorme implantación del PSOE en toda España tras las elecciones del 26 de mayo", en contraposición, ha dicho, con "ésos que se llaman constitucionalistas y no tienen un solo concejal en el País Vasco, como Ciudadanos o un solo diputado votado en Cataluña, como el PP". Para el presidente en funciones, eso demuestra que los socialistas "sí que garantizan la unidad de España, porque gobernamos en todas las regiones del país, nosotros sí que somos la cohesión social de España".

El líder del PSOE ha tirado de argumentario de sus mítines de la campaña de abril, recuperando los párrafos de sus discursos referentes a por qué se hizo la moción de censura "contra la corrupción del PP". Ése fue el inicio de su mandato, del que presumió como "fructífero" y se preguntó por qué ahora Podemos quiere entrar en el Gobierno alegando que no se fía, diciendo que poco menos que no hemos cumplido con los acuerdos".

Pedro Sánchez agradece a Unidas Podemos el apoyo a las políticas sociales durante su Gobierno

Según Sánchez, la prueba de que "esa colaboración sí funcionó", que es justo lo contrario que argumenta Iglesias, es "la aprobación del nuevo Salario Mínimo Interprofesional, el fin de los recortes educativos, y las medidas contra la violencia de género y a favor de la igualdad de hombres y mujeres".

Porque, y aquí vino el cambio de tercio, pasando el líder socialista a arremeter contra el PP, Ciudadanos -a Vox ni lo mentó esta vez, cuando sí que aireó aquel fantasma en abril-, como culpables de todos los males. "Las elecciones no se precipitaron el 28-A por falta de entendimiento con Unidas Podemos, sino por el independentismo y la derecha, que bloquearnos los Presupuestos en el Congreso". Ha vuelto a pedir "un gobierno que no dependa de los independentistas", para lo que le hace falta el apoyo de Unidas Podemos y, además, la abstención de PP o Cs.

Quién manda aquí

El presidente en funciones, triunfal entre José Luis Ábalos, Emiliano García-Page, Abel Caballero y otros dirigentes socialistas, presumió de nuevo de que "el PSOE dobla en escaños al segundo partido en el Congreso, el PP, y de que "antes de las elecciones le llevábamos 13 escaños a Unidas Podemos, y ahora les superamos por 81", como un intento de demostrar quién es el fuerte, quién debe mandar de manera indiscutible. 

"Nosotros sí que asumimos nuestros compromisos, porque sabemos que, aun así, sólos no podemos", dijo, "y por eso ofrecemos pactar un programa progresista para España". Sánchez blandía, así, las 370 medidas presentadas esta semana por él mismo como un resumen de lo que el PSOE y Podemos deben hacer juntos. Confirmaba, así, las acusaciones de Ione Belarra, portavoz parlamentaria del Grupo Confederal, en la noche del jueves tras la reunión fracasada con la delegación socialista: "Sólo nos han citado para presentarnos su programa".

El presidente en funciones, en Toledo. E.E.

Pero, siguiendo con una nueva versión de los mítines de abril, Sánchez ha cambiado esta vez parte de la letra. Porque si entonces decía que "si con 85 escaños hicimos todo esto, ¿qué no podremos hacer con una mayoría mayor del PSOE que apoye al Gobierno?", este sábado ha incluido a los de Pablo Iglesias en la ecuación: "Si antes sumábamos 155 escaños, ahora somos 165 con Unidas Podemos, así que podemos hacer mucho más por España... nada justifica el bloqueo en el que estamos".

Los aplausos que arrancaba de sus seguidores y comilitantes municipales lo enardecían para seguir en el tono grandioso y enérgico. "No es verdad que le pidamos el apoyo a la derecha, como dicen en Unidas Podemos, sólo pedimos una abstención técnica por compromiso institucional". Pero inmediatamente admitió que no espera "nada la derecha", porque siempre han demostrado "falta de lealtad institucional cuando hemos gobernado". Es más ha llegado a acusar a PP y Cs de "optar siempre por los intereses de los independentistas antes que por los de España, ya lo decía Montoro, que caiga España y nosotros la levantamos".

La negociación

A continuación, Sánchez ha descrito las cuatro versiones de sus ofertas a los de Iglesias. Ésas que se resumen siempre, según la formación morada, en que "el PSOE quiere gobernar solo y quedarse todos los sillones". El apoyo externo, el "gobierno de cooperación", la integración de "independientes de reconocido prestigio del ámbito de Podemos" al Ejecutivo, y un gobierno de coalición, "que ellos rechazaron en el mes de julio".

Su discurso concluía, pues, con una supuesta demostración de que los culpables del bloqueo son sus "socios preferentes". Porque, ha dicho, "tenemos los votos, tenemos los escaños y un programa común para un gobierno progresista, sólo fata que Unidas Podemos desbloquee la investidura".

Todo partía, claro, de que los de Iglesias acepten esas 370 medidas como propias, porque el PSOE ya vende como un mérito que algunas de las medidas estén calcadas del ideario de Podemos. Y es más, Sánchez ha reclamado que "el 10 de noviembre los españoles no vayan a las urnas, sino que nos vean trabajando por derogar la reforma laboral", un asunto que la ministra en funciones Calviño ha rechazado hasta la saciedad cuando el PSOE no está en campaña, "y aprobar un nuevo Estatuto de los Trabajadores".

Ése era el primer anzuelo ideológico. Para después enumerar más iniciativas, como derogar la LOMCE, asignar más recursos a la lucha contra la violencia de género y a la igualdad entre hombres y mujeres, el derecho a la eutanasia... "Le digo a Unidas Podemos que nos pongamos a trabajar ya".

Finalmente, Sánchez ha aprovechado este Consejo de Política Municipal del PSOE para anunciar que Abel Caballero, alcalde socialista de Vigo, volverá a ser el presidente de la Federación de Municipios y Provincias en el próximo mandato.

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