Desde el pasado 28 de abril habrán pasado casi tres meses hasta la segunda votación del pleno de investidura, el jueves 25 de julio, a la que habrá que llegar casi con toda seguridad tal y como están las cosas. Porque, atendiendo a las fuentes de la dirección de Podemos, "la negociación aún no ha empezado". Y si "un Gobierno es una cosa muy seria" -tal como coinciden la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, y el propio Pablo Iglesias-, parece complicado que en poco más de una semana se sienten los equipos y sellen un pacto. Ya sea éste "integral", como exige la formación morada, o "de colaboración institucional y parlamentaria", como plantea el PSOE.

Podemos ha llamado a sus bases para que elijan cuál de ambas opciones prefieren. Y aunque la convocatoria de esta consulta ha soliviantado al presidente, lo cierto es que según fuentes conocedoras de lo acontecido en el último encuentro de ambos líderes, aquel día Pedro Sánchez admitió que "es posible" que no le quede más remedio que "ceder" a las exigencias de Iglesias de un Gobierno de coalición. "Pero yo no puedo perder un pulso contigo, así que a ver cómo lo hacemos", añadió Sánchez, siempre según estas fuentes.

Y es que el duelo dialéctico mantenido en los medios de comunicación lo parece estar ganando el secretario general de la formación morada. En esa clave se interpreta la reunión con periodistas de distintos medios que Sánchez convocó en Moncloa el viernes con la idea de contratacar, tratar de tomar la iniciativa y convencer a la prensa de que  que, sea cual sea el desenlace de la negociación con Podemos, él sale vencedor.

Por la prensa

En el entorno de Iglesias entienden que los mensajes "confusos" que llegan desde Moncloa revelan la desorientación de Sánchez: del "no es no" a que haya ministros de Podemos se pasó a que podría atenderse la sugerencia de "técnicos de reconocido prestigio" para acabar, el pasado jueves, asegurando que "podrán integrarse en el Ejecutivo perfiles técnicos, no políticos" del partido de los círculos... porque el presidente, ahora sí"contempla todos los escenarios".

En Podemos aclaran que en realidad todo está ocurriendo fuera de las reuniones. Y que es después de estrecharse la mano y quedar en volver a verse cuando Iglesias entiende a qué ha ido a verse con Sánchez... cuando llega la nota informativa de los socialistas.

De hecho, si Sánchez se queja de que Iglesias no le advirtió expresamente de que iba a convocar la consulta, el entorno del secretario general de Podemos lamenta que tampoco ellos supieron lo de los ministros de "perfiles técnicos" hasta que lo vieron publicado. "Lo mismo que pasó con el supuesto documento base para negociar... lo vimos en los periódicos antes de que nos lo enviara el PSOE", señalan. Un texto que, además, se toman como una mala broma "mucho menos ambiciosa que el acuerdo de Presupuestos que firmamos el 11 de octubre en Moncloa".

En todo caso, la estrategia de presión "para que Podemos entregue gratis los votos y el PSOE pueda gobernar pactando pensiones y políticas de empleo con la derecha" se ha vuelto en contra de Sánchez, a tenor de su confesión a Iglesias en el último encuentro entre ambos. El presidente inicia esta semana una ofensiva mediática, según ha podido saber este periódico, para volver a tomar las riendas del relato.

Este domingo la vicepresidenta Calvo comenzó a prepararle el terreno: "Los socialistas somos gente de acreditada responsabilidad y nosotros hemos dicho que nos queremos sentar a hablar de contenidos" con Unidas Podemos "y que seremos capaces de encontrarnos". Sólo falta saber si el presidente ya sabe cómo hacerlo. De hecho, el jueves hay Ejecutiva del PSOE.

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