"Ese intento de intercambiar el Gobierno de Navarra por el Gobierno de España no nos gusta. Si se concreta, habría consecuencias". El mensaje es claro. El PNV ha anunciado este martes represalias en caso de que el PSOE ceda la presidencia a José Javier Esparza en Navarra a cambio de los votos favorables de Navarra Suma en la investidura de Pedro Sánchez. Desde Geroa Bai, la marca del PNV en el territorio navarro, critican que la Comunidad Foral se utilice "como moneda de cambio".

La entrega de la presidencia del Gobierno navarro a la confluencia de UPN, PP y Ciudadanos por parte de Sánchez tendría como recompensa los votos favorables de la coalición navarra en segunda ronda, el 25 de julio, cuando al líder socialista le bastaría con obtener el apoyo de la mayoría simple o más votos a favor que en contra. Fuentes parlamentarias del PNV en el Congreso han confesado que este truque "dificultaría las relaciones en Madrid" y han avisado de que "tomarían nota" de cara a la investidura.

Las matemáticas, sin embargo, avalan esta posibilidad. PSOE (123), Podemos (42), PNV (6), Navarra Suma (2) y PRC (1) sumarían 175 síes, necesarios en una segunda votación para investir presidente a Pedro Sánchez. Sería la última inventiva del partido socialista en aras de alzarse con la presidencia del Gobierno sin la necesidad de contar con la implicación de partidos separatistas. Además, con esta fórmula, esquivarían las duras críticas, internas y externas, por gobernar en Navarra gracias a la acción u omisión de Bildu.

Relaciones en horas bajas

El 12 de junio fue el último día en el que se produjeron conversaciones entre PNV y PSOE. En aquella jornada, Aitor Esteban y José Luis Ábalos se reunieron en el Congreso en el marco de la ronda de contactos que abrió el Partido Socialista con otras fuerzas políticas con motivo de la sesión de investidura. "Hace veinte días que no tenemos contacto", lamentan desde Sabin Etxea, sede mítica del PNV en Bilbao. Además, advierten de que "aún no hay una decisión firme" con respecto a qué postura tomarán el próximo 23 de julio en la investidura. 

En este marco, el PNV puede ser clave para permitir o bloquear la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno y, en última instancia, decidir si se tendrá que recurrir a una nueva celebración de comicios. "Si nos llaman, hablaremos", se limitan a decir desde Bilbao. 

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