Cuando se acercan unas elecciones, los candidatos hablan de la victoria como si pudieran rozarla con los dedos de las manos. Incluso aquellos que pelean por conseguir un par de concejales. En Alcalá 253, los dirigentes de Ciudadanos reconocen que, en 2015, su objetivo real fue conseguir representación y, como mucho, condicionar algún que otro gobierno. Cuatro años después, el proyecto incluye la palabra “gobernar”

Los resultados de las últimas generales sitúan a Ciudadanos por encima del PP en diez capitales de provincia y cinco Comunidades autónomas. Entre ellas, Madrid. “No nos escondemos, tenemos opciones. Vamos a por todas”, confiesa uno de los directores de campaña de Rivera. El Ayuntamiento y la Asamblea alojarán las batallas que decidirán la guerra entre liberales y conservadores.

Aunque Casado dispone de nueve escaños más en el Congreso, Rivera ha trasladado a los suyos que la influencia de Ciudadanos crecería sobremanera en caso de presidir, por primera vez, un gobierno de calado. Arrebatar la alcaldía a Carmena o robarle la Comunidad a Génova también obligaría a Pedro Sánchez a respetar más a la formación nacida en Cataluña.

“De verdad, esto no tiene nada que ver con las últimas autonómicas y municipales. En casi todos los lugares, nos presentábamos por primera vez. Peleábamos por la visibilidad. Nuestras candidaturas municipales han crecido un 150%, han pasado de 860 a 2.148”, explica uno de los asesores más cercanos de Rivera.

Ignacio Aguado y Begoña Villacís, que repiten como cabezas de cartel, reclaman “prudencia”, pero no esconden sus opciones de victoria. “Tengo muchas ganas de llevar a cabo nuestro programa, podemos conseguirlo”, confiesan tanto uno como otro en conversación con este diario. “El Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid son nuestras mejores previsiones”, apostilla el equipo de campaña.

Los mandatarios de Ciudadanos no esconden que Madrid les seduce sobremanera. En cada corrillo confiesan que harán “toda la campaña que puedan con Begoña e Ignacio”. El propio Rivera participará en varios actos que se celebrarán en la capital y en municipios cercanos.

Vuelco de resultados

En 2015, Ciudadanos fue el partido con menos escaños de la Asamblea madrileña. Obtuvo 17 frente a los 48 del PP, los 37 del PSOE y los 27 de Podemos. No obstante, Aguado jugó un papel reseñable: gracias a sus parlamentarios, Cristina Cifuentes logró la investidura.

Los resultados de las generales, extrapolados a la Comunidad, colocan a los liberales por encima de los conservadores. El equipo de Ciudadanos trabaja confiado en que ese vuelco cristalice el próximo 26 de mayo. Por eso, lanzan continuamente esta pregunta a Casado: “Si le toca, ¿apoyará nuestros gobiernos?”. No han obtenido respuesta.

En la capital, Rivera cuenta con una candidata más mediática. Begoña Villacís aúna un mayor grado de reconocimiento entre los madrileños, pero la expectativa electoral es más delicada. Ciudadanos no adelantó al PP, aunque le recortó mucha distancia. Su adversario entre los conservadores, José Luis Martínez-Almeida, es más respetado que Isabel Díaz Ayuso. “Ella se está pegando unos resbalones en campaña que nos convienen”, confiesa un miembro de la Ejecutiva.

La sala de máquinas de la calle Alcalá desprende optimismo; todo lo contrario -insisten ellos- que Génova. Como prueba del algodón, un par de pesos pesados de Ciudadanos se remiten a los “ataques”: “Se confunden de adversario. Prefieren culpar a su competidor que hacer autocrítica. Casado habla todos los días de Rivera. Nosotros nos referimos a Sánchez”.

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