El silencio aún impera en la sede nacional del PP: veinticuatro horas después de la debacle y con el shock aun por asimilar, los populares todavía no aciertan a comprender qué ha fallado. Prefieren aparcar los análisis cuando el golpe continúa caliente y, por eso, esperan a este martes, a la reunión del Comité Ejecutivo Nacional en el que están presentes los barones territoriales, para que nadie diga algo inconveniente.

En las primeras horas tras el recuento electoral y la pérdida de 3,7 millones de votos y 71 diputados, tan sólo el secretario general, Teodoro García Egea, salió a dar la cara a nivel nacional. Lo hacía respaldado por la vicesecretaria de Estudios y Programas, Andrea Levy. Cierre de filas, en público. Pero en privado, históricos populares deslizan sus teorías: “Los barones que no son de la cuerda intentarán hacer bloque si ganan el 26-M o si consiguen gobernar”. Sólo se abren dos escenarios ahora en el PP: o un congreso extraordinario o apuesta por la unidad. 

Que el fantasma de la dimisión del presidente, Pablo Casado, ronda por Génova no es novedad. Fue de las primeras cosas que acertó a descartar la dirección del partido en cuanto se supo el resultado y García Egea insistió en esa idea este lunes. El liderazgo de Casado, defendió su número dos, es incuestionable. Y pidió tiempo para él: ni más ni menos que "el que todo el mundo ha tenido".

La sombra de Feijóo en Galicia

Así, Egea aludía a lo sucedido tanto con Rajoy como con Aznar, que llegaron a Moncloa en sus terceras elecciones generales. Fuentes del partido reconocen a este periódico que, precisamente, la presencia constante del expresidente que llevó a cabo la refundación “no nos ha venido nada bien”. “Tampoco Adolfo Suárez: era intentar ilusionar con la imagen de un fantasma”.

Las miradas apuntan, principalmente, al presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, que será la única ausencia en el Comité Ejecutivo, dado que tiene una comparecencia en el parlamento regional a esa misma hora: una cita ineludible. Lo cierto es que el gallego ya se autodescartó de la sucesión de Rajoy en su momento y, desde su entorno, niegan rotundamente que exista ahora la posibilidad de ningún golpe. 

Pero a nadie se le escapa que el PP gallego presume de ser el territorio que mejor ha resistido el envite este 28-A: de los escaños que le ha sacado el PP a Ciudadanos, siete son en Galicia. Aunque no todo es color de rosa. El PP gallego pierde la primera posición en escaños -pasa de 12 a 9- y le supera el PSOE con 10. Ciudadanos logra dos diputados (no tenía ninguno, y Vox no consigue nada. Eso, al final y visto cómo está el patio, es un éxito para Feijóo.

"Nos hemos quedado sin centro y sin derecha"

Dirigentes populares, en conversación con este periódico, lamentan una posible rebelión interna. “Sería una pena porque Pablo es el mejor de los que podíamos tener, de todos los secretarios, de los vices… El mejor”.

“Aquí no se va a mover nada hasta las municipales y autonómicas, primero, y hasta la formación de gobierno, después. Y más nos vale, porque si no, nos cargamos lo poco que nos queda”, suspiran.

Y al final, lo que puede librar a Casado de la rebelión puede ser lo mismo que lo entierre. Porque “a ver quién es el guapo que se pone a liderar esto”. “Nos hemos quedado sin centro y sin derecha, estamos sin saber quiénes somos”.