"¡Asquerosos! ¡Hijos de puta!". Con los insultos y una cacerolada como banda sonora, Albert Rivera ha desvelado una reforma electoral que tratará de impulsar tras las próximas elecciones generales. El candidato liberal quiere que los "200.000" exiliados "por culpa de ETA" puedan votar en el País Vasco y Navarra a pesar de residir fuera de la Comunidad autónoma.

"Se fueron amenazados. Son vascos y tienen derecho a ejercer como tal", ha justificado Rivera en la Plaza de los Fueros de Rentería. El presidente de Ciudadanos ha clausurado un acto en el que también han participado Fernando Savater, Maite Pagazaurtundua y Joan Mesquida. Han alcanzado el escenario escoltados por un grueso dispositivo policial, una escena similar a la ocurrida en Alsasua el pasado noviembre.

Según explica un portavoz autorizado de Ciudadanos a este diario, la medida ya ha cristalizado en su programa: "Elaboraríamos un censo riguroso y actualizado. Funcionaría en las convocatorias municipales, autonómicas y generales". Como es lógico, "los miembros de la diáspora que eligieran votar en sus lugares de origen no podrían hacerlo después donde están empadronados". Los liberales, relata esta fuente, también trabajarán para dar categoría oficial de "víctima del terrorismo" a esos exiliados.

Insultos y cacerolada a Rivera en Rentería

Se trata, por tanto, de la segunda variación de la norma electoral que buscarán los de Rivera. Hace tiempo que también proponen establecer un suelo del 3% -del voto total- como requisito indispensable para entrar en el Congreso. Si esta medida se aplicara, las formaciones nacionalistas perderían todos sus escaños. En las últimas generales, Esquerra Republicana cosechó un 2,63%.

Esclarecer los crímenes de ETA sin resolver

Rivera, en una plaza adornada con varios lazos amarillos, ha anunciado otro contenido de su programa electoral desconocido hasta ahora. "Si soy presidente, pondré medios judiciales y policiales para esclarecer los 379 asesinatos de ETA que permanecen sin resolver. Me comprometo a luchar para que todas las víctimas sepan quiénes fueron sus asesinos". "Porque -ha insistido el líder de Ciudadanos- pensáis que son gudaris, pero son asesinos". Entonces, ha recibido otra pitada.

El candidato naranja, una vez más en la línea de Mitterrand, ha definido el nacionalismo como "cáncer de España y Europa". "¿Cuando ETA mataba también sacabais las cacerolas?", ha preguntado Rivera a algunos de los que han intentado silenciarle.

"La libertad para expresarnos en cualquier pueblo es la misma que algunos quieren pisotear", ha seguido. "No me molesta el ruido, vengo de Cataluña y estoy acostumbrado. Seguid, que le da ambientillo", ha aseverado un irónico Rivera.

Mesquida, Pagaza y Savater

Joan Mesquida, candidato al Congreso por Baleares y primero en intervenir, ha arrancado los primeros abucheos. Exdirector de la Policía y la Guardia Civil, ha comenzado su discurso con un homenaje a todas las víctimas de ETA: "No las hemos olvidado. No nos echaron de aquí ni nos echarán de Cataluña".

Le ha seguido Maite Pagaza, a quien ETA le arrebató un hermano. "Os lo tengo que decir porque se lo debo a Joseba. La libertad es reconocer que hay gente que no piensa como vosotros", ha lanzado la dirigente de UPyD integrada en las listas europeas de Ciudadanos.

"Aquí, en Rentería, sólo te hacen grandes recibimientos si eres etarra", ha comentado poco después de subir al escenario. "Sí le hicisteis un Ongi Etorri, en cambio, a quien intentó asesinar a José Baeza, funcionario de prisiones. Esto es acoso puro y duro. Nos estigmatizáis para que quien piensa como nosotros no se atreva a salir de casa. No sois antifascistas, sois matones abertzales". Con esas palabras ha dejado paso a Fernando Savater.

El filósofo guipuzcoano ha ironizado a modo de prólogo: "Ya estamos acostumbrados a escuchar un coro de rebuznos y cencerros. Falta que ellos se acostumbren a escucharnos a nosotros". El autor de Ética para Amador ha lamentado las divisiones entre izquierdas y derechas abonada por los medios de comunicación: "Sólo hay tres tipos de partidos. Los constitucionalistas, los mediopensionistas -que sólo lo son cuando les conviene- y los anticonstitucionalistas. No dejemos que el país se pudra por el apoyo de estos últimos".

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