Yago Mahúgo y la tierra virgen. Uno de los mejores clavecinistas del país, a punto de cambiar la prensa especializada por la generalista. Es su primera entrevista política. Albert Rivera tiene la culpa. Este señor que saluda a las puertas de su casa y ofrece té helado es uno de los músicos barrocos españoles más conocidos en Europa y uno de los miembros de Ciudadanos... más desconocidos. Consejero general del partido y coordinador de las agrupaciones naranjas en el noroeste de Madrid.

Yago Mahúgo, el ‘pianista’ de Ciudadanos Silvia P. Cabeza

Apodado "el rey sol del clave", ha tocado en el Carnegie Hall de Nueva York y ha enseñado en las universidades de Cambridge o Río de Janeiro. Sólo un par de compases de un currículum repleto de galardones y discos que se amontonan en Spotify. "¿Cómo se puede ser cruel después de haber escuchado a Beethoven?", se preguntó Fernández Flórez en plena Guerra Civil.

- Pero, señor Mahúgo, ¿cómo se mete usted en política pudiendo vivir de Haydn o Bach?

-Mi carrera ya va bien encaminada. En su día recibí un montón de becas. ¡La Humboldt! En Alemania eso es la repera. Quiero devolver lo que me dieron.

-¿Y cómo pretende hacerlo?

-Conozco las debilidades de la educación cultural, las dificultades que sufren los jóvenes que se dedican a la música... Si puedo servir para explicárselo a mi partido, habrá merecido la pena.

Yago Mahúgo (Madrid, 1976) vive en el campo porque no puede tener vecinos. "Así no molesto y toco cuando quiero". El sótano de su casa está cercado por tres instrumentos: un clave y dos pianofortes. Tres pianos a ojos del profano y tres instrumentos radicalmente distintos, cada uno con sus matices, bajo el prisma del experto.

-Decía usted que el clave era un...

-Instrumento de cuerda pulsada. Cuando se toca, es como si alguien rasgara las cuerdas de una guitarra gigante con una púa.

Acepta de buen grado lanzarse al cenagal de la política. Sentado a su instrumento, se dispone a lanzar una melodía distinta para cada partido.

Yago Mahúgo, al clave, en su casa después de la entrevista. Silvia P. Cabeza

Los himnos de PP, PSOE, Podemos, Cs y Vox

-¿La que yo quiera?

-Sí. Empecemos con un himno para Ciudadanos.

Mahúgo elige el "capricho español", de Rimsky Korsakov: "Era liberal, peleó mucho por la libertad de los estudiantes. Sí, esta obra nos iría bien. Suena jovial, alegre, esperanzadora".

-Vayamos con el PP.

-El PP es esto. Sí, lo tengo claro. "El lamento de Arianna", de Claudio Monteverdi. Me imagino a Casado diciendo: "Hemos perdido el Gobierno, ojalá pudiéramos recuperar La Moncloa". La letra también es perfecta. "Déjame morir, déjame morir, ¿por qué quieres consolarme? Es un destino tan amargo la muerte, un tormento tan grande... Déjame morir". El PP me suena antiguo, cansado.

-¿PSOE? ¿Pedro Sánchez?

Mahúgo interpreta un pedazo de la marcha de los Capuletos y Montescos, de Romeo y Julieta, musicalizada por Prokofiev: "Están todo el día a la gresca, con sus intrigas. No me gusta nada. Sánchez siempre suena en tonalidad menor, es algo oscuro".

-¿Y Podemos?

El concertino alumbra ahora una melodía ciertamente desagradable. "Se llama 'Continuum', es de un compositor llamado Ligeti. ¿Ves? Suena todo el rato igual, de manera estridente. Es perfecta porque empieza siendo muy poca cosa, aumenta el volumen, alcanza una potencia grandiosa, después empieza a bajar y se queda en nada. Se detiene bruscamente. Creo que es lo que va a pasar con Podemos en las elecciones".

-¿Vox?

-Les gustaría ser "La cabalgata de las valkirias", de Wagner, pero se van a quedar en una opereta. Como mucho, una opera italiana: "El barbero de Sevilla", de Rossini. Me dan miedo por lo que piensan, pero no por lo que puedan hacer, les veo poca cosa, se les va a poder manejar.

-Por cierto, ¿qué opina de permitir la posesión de armas en los hogares?

-¡Menos armas, que cojan un instrumento! Les cambio las pistolas por flautas.

Música y nacionalismo

Terminado el concierto, la entrevista tiene lugar en el piso de arriba. Dos sofás, una bandeja, una jarra de agua, el té... Mahúgo se dice cautivado por el ideario de Ciudadanos: "Yo siempre he sido liberal. Hasta que nació este partido no encontraba ninguna organización que me representara".

-¿Rivera sabe que cuenta con un músico profesional en sus filas? ¿Le conoce?

-Lo he saludado en alguna ocasión. También a Inés Arrimadas. No sé si saben específicamente a qué me dedico, pero creo que alguna vez han retuiteado alguno de mis contenidos.

Yago Mahúgo con Albert Rivera. Cedida

Mahúgo coordina la acción institucional de las siete agrupaciones municipales de su zona. Indica la postura de voto que se corresponde con el ideario y, cuando tiene dudas, llama a Madrid.

Se afilió a Ciudadanos por su "carácter centrista" y porque encontró entre sus líderes a "gente que muestra sensibilidad por la música clásica". Una vez dio un concierto en el Café Comercial y allí se plantó la presidenta de la comisión de Cultura del Congreso y miembro de la Ejecutiva, Marta Rivera de la Cruz.

-No se suele ver a Albert Rivera, Pablo Casado, Pedro Sánchez o Pablo Iglesias en recitales de ese estilo.

-Soy liberal, que cada uno haga lo que quiera. Dicho esto, sí es importante que, aunque no lo hagan a título privado, vayan de vez en cuando por su deber de representación.

-¿Cómo les convencería?

-La música, la poesía, las novelas... No surten un efecto inmediato. No son como el puente que construye un ingeniero, que inmediatamente lo cruzan los coches. La  música enriquece el espíritu y eso redunda en la sociedad. ¡La antigua Grecia creció gracias a su gran escuela filosófica! Aristóteles dedicó muchas páginas a la música.

-Por cierto, ¿ha visto cómo toca el piano Puigdemont?

-Sí, sí, amateur, pero me parece fantástico. Lo que me parece falso y vil es la utilización política que los nacionalistas hacen de la música.

-Los "constitucionalistas" no hacen utilización buena ni mala...

-Sabemos que está ahí, pero no la aprovechamos, es cierto. Ellos invierten dinero, nosotros no... Es una desgracia, no lo contrarrestamos. ¿Ves? Otro motivo para entrar en política. Por cierto, una vez vi a Juan Carlos Girauta tocar el piano, creo que cantaba Serrat. Lo hacía bien.

Mahúgo también es doctor en Artes. Silvia P. Cabeza

Tribunales y oposiciones

Una vivencia concreta empujó a Mahúgo a la militancia. Cuando descubrió que su caso era similar al de cientos de artistas, se lanzó. Como ha quedado reseñado, este señor es uno de los mejores clavecinistas españoles, pero la Administración Pública no lo considera apto para enseñar clave. "Sólo me reconocen como profesor de piano", introduce.

El primer instrumento que aprendió Mahúgo fue el piano. Cuando obtuvo la titulación superior, se convirtió en clavecinista. Alcanzado el éxito, quiso opositar. Lo ha hecho... ¡seis veces! Todas con su correspondiente suspenso.

-¿Cómo es posible?

-Sinceramente, no lo sé, pero a la tercera empecé a pensar mal. ¿Por qué no crear un órgano garante de la igualdad, el mérito y la capacidad que pueda supervisar a los tribunales?

Mahúgo apuesta por "desterrar la mediocridad" de la educación. Quiere reformar el sistema camino de la "competencia". "No buscamos la excelencia, los mejores no crecen por las zancadillas de quienes les tienen miedo", incide. También cuenta que a Antonio Escohotado un tribunal le puso... "¡un cero!".

El músico, o el político, tanto monta, se ha preparado la entrevista concienzudamente. Del tirón, arroja una serie de medidas sugerentes a aplicar: "Los profesores de los conservatorios no deben tener problemas de compatibilidad. Cuantos más conciertos den, mejor enseñarán (...) ¿Por qué el título superior no se considera exactamente universitario? Es equivalente, pero si no se integra llegan las dificultades para convalidar (...) ¿Por qué hay tan pocos músicos doctores? ¿Por qué un pianista no puede presentar su tesis con un recital o un actor con una representación? España, a diferencia de otros lugares, no cuenta con doctorados performativos". Así concluye el debut político-mediático de Mahúgo.

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