Dijo Pablo Iglesias que había cometido un error de comunicación con "un cartel vergonzoso", cuando hace un tres semanas su partido, Podemos, promocionó su regreso de la baja de paternidad como una cosa épica y en tono macho. Lo dijo este sábado, en el mitin del "vuELve", arropado por autobuses fletados por toda España, agasajado por sus candidatos y con teloneros de todas las confluencias -Equo, Esquerda Unida, En Comú Podem e IU-. Y lo dijo como una de las "verdades" que nos quiso contar a los españoles, "porque este discurso tiene que ser distinto".

Esas "verdades" comprendían otros mensajes, y es que "hay 20 familias en España que mandan más que cualquier diputado o diputada" y que, además, tuercen la mano de la prensa, porque también "los medios de comunicación privados tienen más poder que el Parlamento"... y "esas verdades cuando se dicen se pagan, así que a lo mejor algunas no nos las sacan en televisión".

Iglesias ha vuelto "cambiando el algoritmo de arriba abajo", tal como explican fuentes de la dirección del partido. Después de preparar el discurso en las últimas dos semanas, a medio camino entre el cambio de pañales y recuperar el pulso a la actualidad, el líder de Podemos ha reseteado los mensajes del partido. "Pero son los de siempre", explican las citadas fuentes, "el ataque a la prensa es lo mismo que lo que decíamos de la trama, esas 20 familias que mandan más que nadie y deciden qué sí y qué no".

El caso es que, después de señalar a los grandes bancos como "malos para la democracia" si financian campañas electorales y tienen acciones en medios de comunicación, Iglesias está de tournée por los medios. En Podemos llevan meses quejándose de "boicot" hasta incluso de la televisión pública. Y tras lo del sábado, están entendiendo que lo que pasaba es que la formación morada es muy personalista y que ninguno de sus otros líderes tiene la cuota de pantalla de Iglesias.

Ahora, una vez filtrado el accionariado de los grandes medios y lanzada esta brutal campaña contra los medios de comunicación -acompañada por sus bots de las redes con el hashtag #DefenderLaDemocracia-, el líder iniciaba una maratón por los principales programas de los dos grandes grupos televisivos: el mismo sábado en laSexta Noche, este lunes en el informativo de Tele 5 y el martes en El Horniguero de Antena 3. Y todo a pesar de que, según el propio secretario general, "decir estas cosas nos lo van a hacer pagar en las entrevistas durante la campaña".

Este mismo lunes, Pablo Echenique y Noelia Vera admitían que el discurso del sábado "ha sido un punto de inflexión para todos". Y es que en él se marcaban las líneas de por dónde va a ir la campaña electoral de Iglesias ante el 28-A: ¿la clave? "Llevo cinco años en la moqueta y eso me ha alejado de la calle, pero sé perfectamente lo que hay que hacer para arreglarlo".

"Las técnicas de Vox"

¿Y qué es lo que hay que arreglar? La imagen de un partido que "se deshace" y que "está desesperado por aplicar las mismas técnicas de Vox para pedir un poco de cuota de audiencia", explica un antiguo colaborador de Iglesias. pero el caso es que "equivocan la estrategia, porque ya no tienen de su lado a los medios que tenían".

Como explica un portavoz de la dirección de Podemos, el departamento de comunicación del partido se puso las pilas hace un par de semanas para terminar de armar un discurso "elaborado por el propio Iglesias". Porque era necesaria cierta disrupción, cambiando el foco de la campaña y colocando mensajes que se salieran de los ejes sobre los que está pivotando: Cataluña, unidad de España, la posibilidad de un pacto de PSOE y Ciudadanos...

Podemos trata de defender la "patria de los derechos sociales" frente a "la patria de banderas", dijo Iglesias el sábado. Y a fe que así era en la plaza del Museo Reina Sofía, no había una sola bandera de España, al menos constitucional. Republicanas, asturianas, del partido, ikurriñas... Pero eso también formaba parte de la estrategia: tenía que volver el Pablo Iglesias "de hace cinco años", el que venía a romperlo todo y a poner en solfa "el régimen del 78".

Y para que esto fuera creíble, a la vez que Iglesias pedía la vez para "entrar en un gobierno", esta vez tenía que añadirle un desafío, como aquél de "Rajoy se te acaba el tiempo, tic-tac, tic-tac". En esta ocasión fue "hemos querido jugar con sus reglas del juego del adversario y no hemos sido capaces de cambiarlas".

Por eso, el secretario general prepara poner caro su precio para apoyar otra vez a Pedro Sánchez, que le ha comido el discurso capitalizando todos los acuerdos sociales: "Ya dijo Pedro J. que estos serían los Presupuestos más de izquierdas de la historia", gritó a sus huestes, "pero no salieron, ahora con ministros de Podemos en el gobierno las cosas van a cambiar".

Para empezar, y según este viejo colaborador de la dirección del partido, "Iglesias y su partido redoblan el discurso más radical de izquierdas", con un tono agresivo, pero equivocado en su opinión, porque ahora eso está fuera de foco y "la sociedad ha cambiado en estos cinco años". Ésa es la razón, insiste, por la que tiran contra la banca y los medios: "Si ponen en duda la credibilidad de los medios, podrán jugar el papel de víctimas".