Cambio radical en la estrategia de Génova. El auge de Vox en las encuestas inquieta a los cuadros del PP, que han pasado de convivir pacíficamente junto al partido de Santiago Abascal a atacar frontalmente a su líder. Este martes, el propio Pablo Casado arremetía con dureza contra el dirigente de Vox y le acusaba de “no tener ningún proyecto que ofrecer a los españoles”.

En un acto en Logroño, donde Casado presentaba las candidaturas de su partido a los municipios de cabeceras de comarca de La Rioja, el dirigente popular pedía “no experimentar con el voto”. “No he vuelto a ver al líder de Vox. No sale. Dicen que está con la táctica de Trump”, embestía Casado, dejando atrás los tiempos en los que llamaba cariñosamente "Santi" al político vasco.

Casado ponía en valor la gestión de su partido frente a Vox, una organización sin experiencia en la Administración, porque el PP “ha gobernado dos etapas magníficas de la democracia”, en referencia a los Ejecutivos de José María Aznar y Mariano Rajoy. Abascal, según el líder del PP, no se prodiga en los medios de comunicación y se esconde tras las redes sociales porque a la hora de debatir “no sabe de sanidad, educación, economía, política internacional, seguridad, política territorial, inmigración y política presupuestaria”.

Pablo Casado contra Vox en Logroño

Es la ofensiva más férrea de Casado contra su antiguo amigo Abascal hasta la fecha, si bien el lunes ya dejaba entrever en una entrevista en 13TV un nuevo discurso de oposición a Vox. “Cuando ha aparecido y le preguntan cuatro cosas y no sabe contestarlas, dice que es que tiene a España en el corazón y no en la cabeza”.

La derecha, dividida en los sondeos

La razón de este giro en la retórica de Casado estriba en un estado de nervios derivado de los sondeos. La irrupción de Vox ha fragmentado la derecha española y ahora PP, Ciudadanos y el partido de derecha radical no sumarían para desbancar a Pedro Sánchez. El despegue de Vox perjudica al PP.

Según la encuesta de marzo publicada por EL ESPAÑOL y elaborada por SocioMétrica, el PSOE seguiría creciendo gracias a la división del bloque de derecha, y la mayoría que sumaban en febrero Casado, Rivera y Abascal se habría disipado. 

Por eso en el PP van a apelar al "voto útil" dejando claro que "votar a Vox en provincias pequeñas es votar PSOE", según afirman a este periódico fuentes cercanas a la dirección del partido.

El discurso del PP desde la irrupción de Vox

En un primer momento, tras la sorpresa de Vox en las elecciones andaluzas del 2 de diciembre, los dirigentes del PP evitaban etiquetar al partido de Abascal como de extrema derecha porque eran conscientes de que necesitarían su apoyo para formar gobierno. Pero la progresión de Vox en las encuestas provocó un endurecimiento en el discurso de Casado, con el fin de atraer a potenciales votantes del partido de Abascal desencantados con el proyecto del PP.

Desde su pacto con Vox en la Junta de Andalucía, que puso fin a casi cuatro décadas de socialismo, el PP fue asumiendo parte de la agenda del partido de Abascal, sobre todo en temas de inmigración, eso sí, sin atacarles dialécticamente. “Somos españoles y estamos orgullosos de nuestras tradiciones, celebramos la Navidad, ponemos el Belén y el árbol”, decía en diciembre el secretario general del PP, Teodoro García Egea, para evitar una mayor sangría en el voto de centro derecha. “Y al que no le guste, que se aguante”.

Díaz Ayuso para atraer a los cercanos a Vox

Esos gestos se percibieron sobre todo en la Comunidad de Madrid, donde el ascenso de Vox es imparable según la demoscopia. De hecho, los últimos estudios sitúan a Vox por delante de PP y Cs en la Comunidad de Madrid, y eso que el partido de derecha radical todavía no ha oficializado sus candidaturas, aunque Rocío Monasterio gana enteros para encabezar la lista.

En un intento de calmar las aguas, Casado nombró como candidata de la Comunidad de Madrid a Isabel Díaz Ayuso, que representa el ala más conservadora dentro del PP. “Vox no propone nada que yo no haya visto antes dentro del PP”, manifestaba en una entrevista el nuevo fichaje de Casado. 

Ayuso no ha dejado de tener guiños para frenar la fuga de votos: designó como su número dos al polémico alcalde de Alcorcón, David Pérez, conocido por sus declaraciones contra las feministas, a quienes tildó de “mujeres frustradas y amargadas”. También defiende modificar ciertos aspectos de la Ley de Violencia de Género, en línea con los postulados de Vox. 

Vox no cambia de estrategia

Frente a la variación en la táctica del PP para garantizar la hegemonía del centro derecha, Vox se ha mantenido inmutable con los de Casado. Abascal y los suyos siempre han calificado al PP de “derechita cobarde”, a pesar de que Génova ha preferido obviar esa acometida.

Hasta esta semana. Los populares han dicho basta y han decidido arremeter directamente contra Abascal. Este martes se ha llegado a un punto de no retorno. El objetivo del PP, en cualquier caso, sigue siendo el mismo, según cuentan a este periódico fuentes cercanas a Génova. Es decir, volver a enamorar a los que se han refugiado en Vox porque consideran que el Partido Popular se ha vaciado ideológicamente desde la etapa de Rajoy.