Mesquida es uno de los rostros de la “transversalidad” prometida por Albert Rivera. “Joan, soy el rey”, le llamaba Juan Carlos de Borbón cuando este balear de argumento afilado y loco por el tenis estaba al frente de la Policía y la Guardia Civil. Hace trece años, Rubalcaba unificó la dirección de los dos cuerpos y el ahora fichaje de Ciudadanos se convirtió en el político mejor informado del país.

Rompió su carné de socialista hace apenas un año. Asegura que lo hizo por ideología, “sin condicionamientos u ofertas del exterior”. Exento de militancia pero convencido, ha aceptado ser el número uno de los naranjas en las Islas para el Congreso de los Diputados. Con cierto grafismo, asegura que los “pactos” de Sánchez con el independentismo le “revuelven las tripas”. Tanto es así que no celebró la Nochevieja de 2006, ahogada por la sangre del atentado en la T4. “¡Es un Gobierno aupado por Bildu! ¿Cómo iba a mirar a la cara a las víctimas de ETA?”. Con esa frase ilustra esta conclusión: Pedro Sánchez ha destruido su vínculo con el partido que defendía desde los 17 años.

¿Recuerda el día en que rompió su carné de socialista?

Fue el 26 de marzo de 2018. Escribí una breve carta dirigida a la secretaría general. Después de una larga y meditada reflexión llegué a la conclusión de que debía abandonar el partido. Así puse fin a 32 años de militancia. Agradecí la oportunidad a quienes me la dieron. Pude representar y servir a los españoles. Me fui sin dar un portazo, sin lecciones y, evidentemente, sin insultos. Armengol -actual presidenta de Baleares- me mandó un Whatsapp para que lo repensara, me dijo que le entristecía. Era una decisión tomada, tenía que ver con mis convicciones ideológicas.

¿Algún miembro del actual PSOE intentó retenerle?

No le puedo decir el nombre, fue una conversación privada. Un socialista histórico me escribió esto: “Te entiendo muy bien, es más, muy bien. Yo tengo muy pocos motivos por los que votar al PSOE, pero razones de tradición me impiden dar el paso que tú has dado”.

¿Cómo le ha convencido Rivera para fichar por Ciudadanos?

Coincido con muchos de sus postulados ideológicos. Rivera es un líder sólido y de fuertes convicciones. Protege el marco constitucional, los derechos y las libertades. No entiendo por qué hay gente que llama a Ciudadanos de derechas. Es un partido centrado y sensato, con aspectos socialdemócratas. Hace varios años, fui portavoz de la plataforma "Formas parte de la solución". Pusimos sobre la mesa propuestas como la eliminación del Senado, supresión de aforamientos, eliminación de diputaciones, que también están en el programa de Ciudadanos. Como decía Savater, en España hay dos partidos de derechas y uno de centro.

¿Sabe de otros socialistas dispuestos a recorrer el mismo sendero que usted?

Recuerde la gente que apoyó a Susana Díaz en las primarias: Felipe, Rubalcaba, Bono, Zapatero, los presidentes de Castilla-La Mancha, Aragón, Asturias… Todos vieron adónde quería llevar Sánchez al PSOE. En diciembre de 2015, el Comité Federal socialista aprobó un texto que decía: "La autodeterminación, el separatismo y las consultas buscan el enfrentamiento y sólo traerán mayor fractura social. La renuncia a estos planteamientos es una condición innegociable para que el PSOE inicie un diálogo con otra fuerza política". Le digo más, 2016, otra resolución del Comité: "No nos apoyaremos en partidos separatistas para gobernar España". Me di de baja porque este hombre, con sus pactos antinatura, ha desdibujado a una formación con vocación mayoritaria.

¿Antinatura?

Quien ha pactado con golpistas o con amigos de ETA está inhabilitado a ojos del constitucionalismo. Esta semana, Sánchez recordó en el Congreso: "Tenemos muchos militantes muertos a manos de ETA". ¡Se habrán revuelto en su tumba! El separatismo catalán quiere lo mismo que el independentismo vasco, que sí empleó las armas. Pero los fines eran iguales. Cuando estuve al frente de la Guardia Civil -nombrado por el PSOE-, marcamos unas líneas rojas en el diálogo con el terrorismo.

¿Cuáles?

Me daba rabia que Rajoy nos acusara de negociación política. Yo conocía todos los entresijos y eso era mentira. Quisimos hablar de presos. Cuando vimos que los etarras querían concesiones políticas, nos dedicamos a enredar porque durante la tregua no mataban. Y eso no significó un paso atrás: en aquel tiempo detuvimos a 92 miembros y colaboradores. Repito: Sánchez ha llegado al Gobierno de la mano del independentismo catalán y de Bildu.

Eso le ha dolido especialmente.

Estuve en Capbreton cuando mataron a los dos guardias civiles. Eso hay que vivirlo. ¿Cómo podría mirar a la cara a sus familiares? ¡Murieron por defender la unidad de España! Sánchez ha pactado con quienes apoyaron políticamente a ETA. Se me revuelve todo. Está muy bien depositar flores en la tumba de Azaña, no lo critico, todo lo contrario; pero estaría bien que fuera a las quinientas tumbas de policías y guardias civiles asesinados por ETA. Están repartidas por todo el país, suficiente recorrido como para coger el Falcon que tanto le gusta.

Decía usted que muchos vieron adónde quería llegar Sánchez. No lo consideraron perjudicial los afiliados. Ganó dos veces.

Se habían repetido las elecciones, el PP había crecido y el PSOE había bajado. Nos arriesgábamos a una tercera convocatoria electoral. El coste para el país era tremendo. Él hizo algo muy hábil: acuñó el "no es no". Para expandir una idea no hay nada mejor que simplificarla al máximo. Su mensaje fue demoledor. Para convencer a alguien de la abstención en favor de Rajoy necesitábamos, como mínimo, cinco minutos. Era muy difícil.

Para cerrar capítulo: ¿cómo evalúa el apoyo del Gobierno a las fuerzas de seguridad en momentos delicados?

Todo tiene la misma raíz: Sánchez necesita a los independentistas para presidir el Gobierno. No ha hecho nada que pudiera soliviantarles. No ha cerrado las embajadas catalanas, se reconvirtió del delito de rebelión al de sedición en tres días, escondió el informe de la Alta Inspección que hablaba del adoctrinamiento en Cataluña…

Mesquida, junto a Rivera y Roldán en un acto de Cs en Baleares. Cs

Rivera acusa a los dirigentes de su expartido de “tener alergia a la bandera de España” y de “llamar fachas” a todos los que la defienden. ¿Le parece justa la crítica?

Fíjate, me afilié a un partido que llevaba la "E" de España en sus siglas. Había personas que tenían el Estado y sus símbolos en la cabeza. González, Guerra… Los actuales dirigentes no han entendido que la España constitucional es la de las libertades. Un español debe tener los mismos derechos y obligaciones viva donde viva. Yo no me escondo. Soy patriota. El nacionalismo es excluyente.

El mercado de fichajes sigue abierto. ¿A quién le haría una oferta para ingresar en Ciudadanos?

Haría una oferta a todas las personas que consideran que lo que está en juego es la defensa del marco constitucional, nuestros derechos y libertades, el orgullo de ser españoles. En el PSOE hay mucha gente, como Fernández Vara o García-Page, cuyo discurso suscribo perfectamente.

¿Realmente cree que podrían acabar en Ciudadanos?

No, no diría tanto. Es una decisión muy personal, que cuesta tomarla. Yo lo hice sin ningún condicionamiento externo, sin oferta de nadie. Hay otros que no lo ven así y que consideran que he cometido una alta traición.

¿Conoció a Sánchez durante su etapa en la cúspide del PSOE?

Sólo hablamos una vez. Él estaba con un amigo común, que me llamó y me dijo: "Te voy a pasar a Pedro Sánchez".

¿Y qué le dijo Sánchez a usted?

Algo así como: "He oído hablar muy bien de ti, me gustaría contar con tu apoyo". Yo le respondí que quería esperar a ver cuáles eran las demás candidaturas. Fue justo antes de las primarias en las que se enfrentó a Madina.

¿Cómo define al actual presidente del Gobierno?

Es muy narcisista, muy ególatra. Primero piensa en él y después en él. Está completamente seducido por la erótica del poder. No entiende que las instituciones son más importantes que las personas. Cuando dejas de ser presidente del Gobierno, deja de sonar el teléfono. Él vivió una situación dura cuando, de repente, se le echó. Cogió su coche y se puso a recorrer agrupaciones. Seguro que eso le marcó. Ahora quiere disfrutar de todas las prebendas del poder. Ha estado nueve meses y ha tenido más vacaciones que cualquier trabajador. Con 84 diputados no te puedes coger ni un día libre.

¿Qué le diferencia de Zapatero?

Zapatero tiene mucha más altura intelectual que Sánchez. No creo descubrir nada. En las distancias cortas, Zapatero gana mucho. Despliega un discurso interesante. Le tengo mucho aprecio y respeto. Creo que es consecuente con sus ideas. Sánchez no es que no sea consecuente, es que no tiene ideas.

¿Zapatero ha sido consecuente con Venezuela?

No, creo que se equivoca. Tengo la sensación de que él actúa con buenas intenciones, pero Maduro trata de utilizarle para blanquear su régimen.

Mesquida encabezará las listas naranjas al Congreso por Baleares. Cs

Cs ha vetado al PSOE para las negociaciones posteriores al 28-A, pero no cierra la puerta a Vox. Usted, exsocialista, ¿se siente más cercano a Vox que al PSOE?

Ciudadanos ha dejado claro por qué no pacta con el PSOE. Tiene toda la lógica que quien ha pactado con quienes quieren destruir España no esté habilitado para dirigir el país. Cs no va con medias tintas, va a salir a ganar. Mire Cataluña: ganó con apenas una década de vida. A partir de ahí, veremos la aritmética. No tengo ninguna duda de que seremos coherentes y de que acordaremos con quienes respeten el marco constitucional. Tampoco se negociará con quienes busquen un retroceso de los derechos y libertades.

¿Vox representa esa involución?

Me gustaría conocer su programa. Muchos de quienes les votan lo hacen por indignación hacia lo que representa el PP. También podrían encontrar acomodo en Ciudadanos, que ha sido firme en la defensa de la legalidad constitucional. Desde la indignación no se construye. Podemos supuso el mismo fenómeno en la extrema izquierda.

Habla de Podemos como "la extrema izquierda", ¿Vox es extrema derecha?

Sí. Por lo que yo he visto hasta ahora, sí. Insisto, quiero ver su programa electoral. Soy de los que opina con las propuestas delante.

Usted siempre repudió "la extrema derecha" y Ciudadanos no le ha cerrado la puerta, pero sí lo ha hecho al PSOE, su expartido.

Ciudadanos acordará con aquellos que respeten el marco constitucional. Por ejemplo: se puede hablar de la reforma del sistema de pensiones con Vox. Pero si dicen que todos los inmigrantes que lleven treinta años aquí no cobrarán pensión, nos levantamos de la mesa.

Valls, también de procedencia socialista, critica el veto y apuesta por una gran negociación PP, Cs y PSOE. ¿Le atrae esa idea?

Si el PSOE no hubiera sufrido a Sánchez, habría sido posible. En Alemania la gran coalición fue una fórmula de éxito. Yo defendí esa opción en su momento.

Ciudadanos ha criticado la “deriva nacionalista” de Baleares. ¿Podría argumentarlo con hechos concretos?

La educación, el adoctrinamiento... En definitiva, la discriminación total del castellano. El Gobierno imposibilita o desanima a quienes quieren venir a trabajar a Baleares; mire la sanidad pública. En todos los ámbitos de la Administración, la oficialidad del castellano que reconoce la Constitución prácticamente ha desaparecido. Algunos dirigentes del PSOE balear podrían militar en Esquerra Republicana. No lo hacen porque no ganarían elecciones.

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