La tramitación del proyecto de Presupuestos no ha traído la calma al Congreso de los Diputados, sino todo lo contrario. Con el vaivén de las negociaciones y la escenificación sobre la tribuna de una ruptura de la mayoría de la moción de censura, que en los pasillos no parece ser tal, el Partido Popular tiene claro su diagnóstico: Sánchez está actuando con los independentistas de la misma manera que hizo Zapatero con ETA en 2006, tras el atentado de la T4 del aeropuerto de Madrid.

Así lo aseguran fuentes del entorno del presidente de la formación, Pablo Casado. “Está sucediendo igual que entonces”, indican. Zapatero dijo inmediatamente después del atentado que rompía las negociaciones con ETA, pero al día siguiente, Eguiguren [el líder de los socialistas vascos del momento] se fue a negociar con Otegi el cese de la violencia, aunque no lo reconocieron. La posición de los socialistas, según apuntan los populares, sería similar: romper de cara a la galería, para negociar en la más estricta intimidad.

“Es un fariseísmo”, resumen desde la dirección nacional popular. Porque, aunque el Gobierno haya dado por muerto públicamente el proyecto de Presupuestos al indicar que no cederían ante la exigencia del derecho a la autodeterminación que reclamaba Quim Torra, la ministra Montero ha hecho durante todas sus intervenciones una loa al diálogo y a la solución pactada, consensuada, al desafío catalán. Es algo que le ha afeado al PP, a quienes la titular de Hacienda ha reprochado su negativa a sentarse. “La única salida al desafío independentista es el diálogo y este es imposible si tanto el principal partido tanto en España como en Cataluña se niegan a dialogar”, adujo Montero. 

Una gran coalición fracasada

Es algo que niegan fuentes del entorno de Pablo Casado. Se retrotraen a la reunión del pasado 2 de agosto en Moncloa entre Pedro Sánchez y el recién elegido líder del Partido Popular, elegido apenas unas semanas antes. Allí, según cuentan los populares, el presidente del Gobierno no aceptó su oferta y comenzó con la ronda de contactos en Cataluña que derivaron en el polémico documento de 21 medidas exigidas por Torra.

En verano, el PP ofreció, a grandes rasgos, lo que sería una gran coalición: unos presupuestos consensuados entre socialistas y populares y el apoyo de la mayoría absoluta del PP en el Senado para la aplicación del 155 si se avenía a renunciar a la vía del diálogo con los independentistas. Desde la dirección nacional del PP afirman que aquello habría supuesto el “suicidio” orgánico de Casado, pero era algo que estaban dispuestos a asumir en pos del beneficio nacional.

Al final, para nada. Porque, como deslizan desde el círculo del presidente, “ha sido Torra quien ha reventado el acuerdo de Pedralbes. No ha sido ni Calvo ni Sánchez, y para hacerlo estallar durante el inicio del juicio al procès”. Pero sus contactos no parecen haber cesado, puesto que aún queda un hálito de vida en el proyecto de Presupuestos para que el presidente socialista continúe en el poder.

Ahogar a Sánchez sin aprobar ni una ley

Así que la estrategia popular pasa ahora por otros métodos. Para empezar, no aprobar ni un real decreto más que el Gobierno lleve a trámite parlamentario. Ni siquiera apoyarán los Pactos de Toledo, para los que los socialistas les reclamaban su firma antes del ‘superdomingo’ de mayo.

“No pasaremos ni por acuerdos como el RTVE, ni el del Consejo de Seguridad Nuclear, ni el del Consejo General del Poder Judicial, ni ningún otro real decreto”. El motivo no es otro que el descrédito que sufre el PP en público ante su posición en estas iniciativas, “mientras que por detrás vienen los ministros a decirnos que lo apoyemos”. Así, no volverán a contar con el sostén popular. 

El objetivo no es otro que ahogar a Sánchez, “apoltronado en la Moncloa”, quien, en su opinión, debería convocar elecciones. “No vamos a asumir los costes porque la legislatura está agotada. No se aprueba nada más”.