Apenas sonaban en las quinielas hasta minutos antes de que se abriera el telón. Los nuevos candidatos del PP en Madrid, tanto para la Comunidad como para el Ayuntamiento, encarnan el partido que intenta configurar Pablo Casado: jóvenes, sin complejos que representan el liberalismo conservador al que va a  encomendar en la convención del próximo fin de semana.

Sus nombres no retumbaban en los mentideros madrileños por una razón: tras sondear y descartar otros posibles cabezas de cartel, la dirección nacional se vio apremiada a decidir para cumplir con el calendario previsto. Y optó por la actual secretaria de Comunicación y el portavoz en Madrid.

Isabel Díaz Ayuso (Madrid, 1978) y José Luis Martínez-Almeida (Madrid, 1975) proceden de estratos políticos similares. Ella, periodista, fue becaria de la Fundación FAES y community manager de Esperanza Aguirre; él, abogado del Estado en excedencia, metió la cabeza en política igualmente de la mano de la exalcaldesa, a la que sustituyó al frente del grupo municipal popular hace poco menos de dos años.

Ambos nacen de esa cantera de nuevos rostros que también catapultó a Pablo Casado. Aguirristas evolucionados, entierran con sus candidaturas la era de Cristina Cifuentes.

"Siempre nos trataron como a los becarios... no se dieron cuenta de que el tiempo había acabado para ellos, que llevan toda la vida haciendo y deshaciendo a su antojo", resumía un casadista. La mayor baza de Ayuso y Almeida ha sido la supervivencia: aguantar mientras caían cadáveres y escándalos. Ambos, poco conocidos para la mayoría de madrileños, tendrán que enfrentarse en cuatro meses a  pesos pesados como Ángel Gabilondo, Íñigo Errejón, Begoña Villacís o Manuela Carmena.

"Esperábamos gente con más peso"

Precisamente, su poco peso ha creado cierto malestar en el PP. Dirigentes del partido han destacado a este periódico que su elección se gestó en los últimos minutos: “A principio de semana ni ellos mismos lo podían imaginar”.

Se esperaba a unos candidatos conocidos, que hubieran asumido mayor responsabilidad orgánica. “Esperábamos gente con más peso, porque la había”. Incluso no se descartó optar por independientes que aseguraran votos en plazas tan destacadas, deslizan las mismas fuentes.

Al éxito de Díaz Ayuso han contribuido sus intervenciones televisivas —muy especialmente, su enfrentamiento con la periodista Mamen Mendizábal en La Sexta— y su fulgurante expediente tuitero. Luce un discurso conservador, claro, antipopulista. Su elección es una apuesta personal del presidente Casado, por lo cual se juega mucho en el envite. 

Almeida, un fallo del PP subsanado

La elección de Martínez-Almeida viene a subsanar la afrenta histórica con este concejal que ha salvado el tipo al partido en el Ayuntamiento capitalino. No apostar antes por él "fue un fallo", según aseguran dos exalcaldes de Madrid a este diario, que lamentan que no se apostara antes por él. Ahora, con elecciones en mayo, puede ser tarde, advierten.

Almeida va a todos los plenos de Cibeles en moto. Allí ganó la portavocía del partido a un histórico como Íñigo Henríquez de Luna y ha hecho, durante todo este tiempo, una oposición muy audiovisual, blandiendo un palo selfi como foco acusador de las carencias del Gobierno de Manuela Carmena. Es un gran orador, con una retranca que tanto sus partidarios como sus adversarios reconocen. Sin embargo, carece de la telegenia y de la magia que buscaba el partido.