Vox ha pasado de anunciar que no sería "un obstáculo para el cambio en Andalucía" y de dar a entender que todo serían facilidades para garantizar el relevo de Susana Díaz, a endurecer significativamente el discurso. Ese cambio de posición se ha hecho más evidente tras la constitución de la Mesa del Parlamento andaluz, que ha convertido al partido de Santiago Abascal en un cero a la izquierda, al lograr PP y Cs la mayoría absoluta.

Ha sido el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, el encargado de subir el tono. Primero, asegurando que están dispuestos a agotar los tiempos para la investidura del nuevo presidente hasta que no obtengan determinadas garantías. Eso podría retrasar el Gobierno en Andalucía hasta marzo.

El propio Ortega Smith ponía después objeciones al pacto de 90 medidas anunciado por PP y Cs para gobernar. "No asumiremos lo que han acordado otros", replicaba.

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Ahora llega el último órdago: Vox amenaza con presentar a su propio candidato si PP y Cs no son sensibles a sus demandas. "Si no llegamos a un acuerdo, las matemáticas mandan. Presentaremos a nuestro propio candidato y el resultado será la suma de los votos, yo no le puedo anticipar qué va a pasar", manifestaba el secretario general en Antena 3.

Tranquilidad en el PP

El endurecimiento de la posición de Vox no preocupa por el momento en el PP. Fuentes de la formación de Pablo Casado aseguran que nadie contempla que no prospere un pacto para desalojar al PSOE después de 36 años de gobierno: "sería un suicidio y el responsable quedaría pulverizado, no sólo en Andalucía, sino en toda España". Prueba de esa confianza es que el propio Juanma Moreno ya habla con tono presidencial en las entrevistas que está concediendo.

Pero la realidad es que alguien va a tener que ceder. Algunas de las medidas que exige Vox, como la sustitución de la ley andaluza de violencia de género por una "ley de violencia intrafamiliar" chocan con los propósitos de Cs, que ha encontrado en Manuel Valls al primer enemigo de la formación de Abascal.

Por ahora nadie parece querer dar un paso atrás y Ortega Smith insiste: "Lo que no se nos puede decir es que aceptemos un trágala de medidas ya cerradas". Es previsible que la temperatura siga subiendo a medida que avance el calendario. Ya hay una primera fecha clave: el 16 de enero. Ese es el día previsto para la sesión de investidura. El reloj está en marcha. Se admiten apuestas.