El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha reaccionado poco antes de las once de la mañana de este lunes al resultado de las elecciones andaluzas celebradas este domingo, que venció la candidata socialista, Susana Díaz, con una caída de 14 escaños y sin posibilidad de alianzas que le permitan seguir al frente de la Junta.

En su cuenta en Twitter, Sánchez se ha referido sin embargo -sin citarlos- a los 12 escaños Vox, asegurando que su ejecutivo "seguirá impulsando un proyecto regenerador y europeísta" y que lo ocurrido anoche "refuerza" su "compromiso de defender la Constitución y la democracia", en línea con el discurso de Díaz, que retó a los "constitucionalistas" PP y a Ciudadanos a valerse de los votos del partido de Santiago Abascal para arrebatarle el poder.

El golpe para Sánchez -o para su sociólogo de confianza, José Féliz Tezanos, jefe del CIS- es considerable y la estrategia para tratar de dar la vuelta a la situación ya está servida: Vox -da a entender el presidente- no respalda la Carta Magna, es extrema derecha y 'populares' y 'naranjas' tendrán que retratarse, mientras que su gobierno garantizará la moderación y será el dique de contención frente a esa derecha.

Al resultado de Díaz hay que sumar las pobres cifras del Podemos de Teresa Rodriguez y la sopa de siglas que acompañaban a la líder 'morada' en Andalucía. Con 17 escaños, la izquierda apenas alcanza 50 escaños, cinco por debajo de la mayoría absoluta, un mensaje letal para los intereses del PSOE a escala nacional de cara a unas hipotéticas y cercanas elecciones generales.