José Manuel Villarejo, comisario de Policía Nacional jubilado y en prisión preventiva desde noviembre de 2017, pactó con el Ministerio de Interior cobrar 80 millones de pesetas de los fondos reservados a cambio de realizar trabajos comprometidos a principios de los años 90. Entre ellos, pinchar el teléfono al director de EL ESPAÑOL, Pedro J. Ramírez, al editor y director de Vozpópuli, Jesús Cacho, o al periodista y escritor Melchor Miralles.  Así se desprende de un audio del ingente archivo del propio Villarejo que data de octubre de 2005 y al que ha tenido acceso Vozpópuli.

El excomisario amenazó a Interior con desvelar esas prácticas en un momento en el que le querían "cortar la cabeza", según dijo él mismo en la conversación mantenida con Enrique García-Castaño 'El Gordo', su amigo y exjefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO) de la Policía. 

Villarejo cuenta que sacó a relucir dichos trabajos para "acojonarlos a todos": "Vale, si yo me voy de la 'poli' pero pagarme mis 80 kilos. Como no, hago una relación de todo lo que he hecho: pinchazos a Pedro J. ¡Pinchazos a Pedro Jota eh!, picotazos a Melchor Miralles, pinchazos a toda la movida de Barcelona cuando lo de Fenasa, lo de la financiación, bueno, ya te digo, te cagas, ¡la gente que trabajaba para mí no tenía ni puta idea para quién estaba trabajando!". Con 'Fenasa' Villarejo se refería a Filesa, la financiación irregular del PSOE para pagar su campaña de 1989 con la creación de distintas empresas. Una información que el periódico El Mundo, cuyo fundador fue Pedro J. Ramírez, investigó a fondo. 

Villarejo y los pinchazos a Pedro J. y Cacho

Villarejo daba así a su amigo los detalles del momento en que saltó el escándalo: "El tema de Malesa ¿cómo se llama? de Time Export, yo lo supe diez días antes por un picotazo que teníamos en otro tema", dijo el principal investigado del 'caso Tándem' en el audio que forma parte del sumario en manos de Vozpópuli. En un momento, el excomisario se refería al editor y director de dicho medio, Jesús Cacho, que aparecería en una de las conversaciones que pinchó: "Coño Cacho, han picado a Cacho, que luego después se cabreó ¿te acuerdas?".

Trabajos para el Gobierno socialista

En la conversación con Castaño encontrada en su amplia mediateca, Villarejo se refiere a los encargos que realizó entre 1983 y 1993 para el Gobierno socialista a pesar de estar en excedencia y que no habría cobrado, según su versión. 

"A mí me dejaron de la época ochenta millones de los fondos reservados sin pagarme. Una fortuna, yo había pactado con ellos y de repente: "No sé, espérate un poco, tal y cual…’ Y ahí es cuando a los dos meses a Agustín [Linares] le cortan la cabeza". Agustín Linares era el entonces subdirector general operativo de la Policía y la persona a la que, según relata, le debía su "lealtad". El medio Vozpópuli ha podido contactar con el exmando policial.

Ante dicho impago, Villarejo amenazó con desvelar todo lo que había hecho, y, entre otros espiados, citó al exjuez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón. Precisamente Garzón ha vuelto a la actualidad en los últimos meses por conocerse que participó en la comida del restaurante Rianxo de Madrid en 2009 a la que también acudió la ministra de Justicia, Dolores Delgado, y Enrique García-Castaño, y en la que, entre otros comentarios comprometidos, se mofaron del ministro de Interior y exjuez de la Audiencia Nacional, Fernando Grande-Marlaska. La conversación, desvelada por Moncloa.com, también estaba entre las cintas incautadas a Villarejo.