Cuando se interrumpe un pleno parlamentario desde la tribuna de invitados del Congreso, se procede a desalojar a los protagonistas. Así lo ha ordenado esta mañana la presidenta de la Cámara, Ana Pastor, después de que Rosa Hernanz, una enferma de poliomielitis, intentara transmitir sus reivindicaciones a los presentes.

Rosa Hernanz ha reclamado que ella y los "más de 40.000 afectados por la polio" que existen en España sean reconocidos como "víctimas" del franquismo, ya que culpan al régimen de no haberse negado a proporcionarles vacunas y a reconocer la epidemia: "Demandamos una compensación por una infancia destrozada".

También ha denunciado que los "niños de la polio", ahora "casi ancianos" han acudido a Argentina para querellarse y buscar la Justicia que no han encontrado en España. En este momento muchos de los perjudicados se están viendo afectados por el denominado "síndrome post polio", una enfermedad degenerativa resultado de la patología original que no se encuentra "contemplada en el sistema sanitario". Tampoco hay especialistas médicos para tratarla, ha insistido Rosa Hernanz. 

La afectada, que a día de hoy se desplaza en silla de ruedas como consecuencia de su enfermedad, ha esperado que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, finalizara su intervención para proceder a leer el documento que portaba. Sin embargo, no ha podido porque la seguridad del Congreso ha intervenido.

La ministra de Sanidad, que seguía la sesión desde su escaño, se ha interesado por el asunto y ha salido a la Carrera de San Jerónimo para hablar personalmente con Rosa Hernanz, que le ha trasladado todas las peticiones no expresadas en el hemiciclo. 

Como respuesta, María Luisa Carcero ha defendido la formación de los profesionales de la sanidad pública, recalcando la necesidad de "combatir el negacionismo antivacunas" y sugiriéndole que los afectados pueden solicitar ayudas por medio de la Ley de Dependencia.