El adelanto electoral en Andalucía ha dado un respiro a Pablo Casado, inmerso en la búsqueda de candidatos de peso con los que salir a competir en las próximas elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2019. El presidente del PP se había fijado como fecha límite para presentar a todos sus cabezas de lista el primer fin de semana de diciembre, cuando los conservadores planeaban celebrar su convención para rearmarse ideológicamente.

La fecha elegida, sin embargo, coincide ahora con el día propuesto por Susana Díaz para ir a votar en Andalucía: el 2 de diciembre. Por ello la dirección del PP ha decidido retrasar su convención hasta, según ha podido saber EL ESPAÑOL, el 20 de enero. Con esta nueva fecha, el presidente del PP gana un mes y medio de prórroga para cerrar la designación de los futuros cabezas de cartel. Por contra, estos perderán mes y medio para promocionarse; de hecho, sólo dispondrán de apenas cuatro meses para ello.

Si Casado tuviera banquillo, la nominación sería un trámite. Es precisamente la falta de candidatos con pegada lo que está provocando la dilación. De esta forma, todos los esfuerzos de Pablo Casado y su equipo van a centrarse ahora en Andalucía, según confesó el presidente del PP en una conversación informal con periodistas en la Recepción Real del 12 de Octubre. El candidato designado por Mariano Rajoy en esta comunidad, Juanma Moreno, tiene pocas posibilidades reales de ganar. Sin embargo, el objetivo de la dirección nacional es evitar a toda costa el sorpasso de Ciudadanos, un partido emergente en Andalucía que tendrá en Inés Arrimadas un gran activo, aprovechando sus orígenes gaditanos. Los sondeos que manejan en Génova dan al PP “cinco puntos por encima” al partido naranja, según fuentes conservadoras.

El desafío al que se enfrenta Pablo Casado

Se buscan "nombres con trayectoria"

Este test electoral será el primero en el que Casado medirá sus fuerzas en las urnas como líder nacional. El presidente del PP ha dado la orden de “volcarse al 100% con Moreno”, a pesar de que fue el barón que otorgó todo su respaldo en las primarias a la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. Con el respaldo unánime a su candidato andaluz, Casado quiere transmitir también una imagen de partido unido y que las rencillas internas se han terminado.

Las elecciones andaluzas han dado así una tregua a Casado, que busca entre sus filas a “nombres con una trayectoria incontestable” capaces de salir a ganar las elecciones de mayo de 2019. Las plazas más complicadas son las grandes capitales: Madrid, Barcelona y Valencia. En Madrid, los conservadores son conscientes de que “hay que ganar el Ayuntamiento para retener la Comunidad”. Además, tienen muy presente de que la alcaldesa Manuela Carmena “sigue teniendo mucho tirón”.

El perfil que más encaja en esta plaza es el de Manuel Pizarro. Sin embargo, entre los planes del expresidente de Endesa no está volver a la política activa. Génova hizo un sondeo con nombres como el del actual portavoz, José Luis Martínez-Almeida, la exministra Isabel García Tejerina o el vicesecretario de Organización, Javier Maroto.

La vuelta de Pons a Valencia, en el aire

Un sector del PP ha movido el nombre de María Dolores de Cospedal para la Alcaldía de Madrid. Sin embargo, la exministra de Defensa valora en estos momentos si continuar en política o dar un paso atrás para pasar a la actividad privada. Desde que hace una semana cedió la presidencia del PP de Castilla-La Mancha a Paco Núñez, la exsecretaria general del PP es diputada rasa en el Congreso, con la presidencia de una comisión como máxima responsabilidad.

Cospedal no descarta del todo encabezar la lista del PP a las elecciones europeas, una posición que ocupó Esteban González Pons en las anteriores elecciones. El valenciano está dispuesto a ceder el primer puesto a su compañera y acompañarla como número dos en la lista. Sin embargo, Casado medita todavía si quiere a Pons como cabeza de cartel en Valencia, una plaza sin rumbo desde que Rita Barberá perdió el poder. Esta semana, Luis Santamaría, presidente de la gestora de Valencia, se ha visto en Madrid con el equipo de Casado para hablar sobre las posibilidades que tiene de continuar.

La dirección nacional busca también a la desesperada candidato para Barcelona. Después de que Manuel Valls diera un paso al frente para intentar frenar al separatismo y sacar de la Alcaldía a Ada Colau de la mano de Ciudadanos, los conservadores optaron por no renunciar a sus siglas y presentará candidato propio. El casting entre la sociedad civil catalana está siendo, sin embargo, mucho más complicado de lo que creían en Génova, y el presidente Casado tampoco se ha puesto fecha límite para encontrar a un mirlo blanco. "Ahora la prioridad es Andalucía", zanjó el presidente el viernes.