El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez ha afirmado este jueves (madrugada del viernes en España) ante la Asamblea General de la ONU que el momento actual, con sus "desafíos globales", "no requiere de mensajes nacionalistas ni de mensajes excluyentes", sino de "forjar un nuevo liderazgo cooperativo desde la voluntad, no solo de escuchar al otro, sino de entender el por qué de sus razones".

Si en 2017, en vísperas del referéndum independentista del 1-O, el entonces ministro 'popular' Alfonso Dastis puso el foco de su discurso en defender las reglas del juego democrático, Sánchez ha convertido su primera intervención ante la Asamblea en una defensa del multilateralismo, del "valor del acuerdo y del diálogo" y también de una "agenda del cambio" ante los desafíos.

Sin embargo, no ha hecho alusión expresa a la política doméstica, sino más bien a los retos internacionales que, según ha dicho España encara "desde la esperanza de la acción común frente a quienes infunden temor e incertidumbre". Eso sí, ha dicho en dos ocasiones que España "es una democracia plena".

Así, ha llamado a asumir "con un profundo sentido de la empatía que nadie, por sí solo, tiene el monopolio de la razón" y a ser conscientes de que hacen falta liderazgos "capaces de construir consensos y forjar acuerdos, de encontrar soluciones aprovechando sinergias".

Además, ha discrepado de quienes apuestan por "el retorno a la falsa calma de las fronteras y la renuncia a la acción colectiva" como "única receta", y ha avisado: "ya sabemos a donde conducen esas ideas".

Él, por su parte, se ha mostrado orgulloso de la sociedad española "que no se ha dejado radicalizar al calor de un discurso xenófobo y basado en la cultura del miedo al diferente", incluso después de haber sufrido "los embates de la crisis económica como pocos Estados en Europa".

Relación con Gibraltar

El presidente del Gobierno ha explicado en este foro que la nueva relación entre la Unión Europea (UE) y Gibraltar a consecuencia del "brexit" ha de pasar "inevitablemente" por España.

Sánchez hizo referencia a dos asuntos recurrentes en este tipo de discursos de los jefes de Gobierno español: Gibraltar y el Sahara. En relación con Gibraltar resaltó que la posición de España es conocida y se alinea con la doctrina de Naciones Unidas.

Pero añadió que la decisión del Reino Unido de abandonar la UE conlleva la salida de Gibraltar de la Unión.

"Deseo que aprovechemos esta circunstancia histórica para que la nueva relación que pudiera establecerse entre la UE y Gibraltar, y que ha de pasar inevitablemente por España, aporte prosperidad y beneficie a toda la región, a los gibraltareños y al área más amplia del Campo de Gibraltar", añadió.

Respecto al Sáhara dijo que la situación que vive es próxima a España y defendió la centralidad de las Naciones Unidas.

Además, dijo que España desea contribuir a los esfuerzos del secretario general de la ONU y de su enviado personal para alcanzar una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable que prevea la libre determinación de pueblo del Sahara Occidental en el marco de las disposiciones conformes a los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas.

Tiempo de mujeres

Sánchez ha intervenido a final de la tercera jornada de la Asamblea General, en una sesión presidida por el embajador español ante la ONU, Agustín Santos, que es vicepresidente de la Asamblea, después de la primera ministra de Bangladesh.

El jefe del Ejecutivo ha comenzado su discurso con un reconocimiento de que la actual presidenta de la Asamblea, María Fernanda Espinosa, es una mujer latinoamericana, lo que le ha servido para destacar que "este es el tiempo de las mujeres" y que él es "un político feminista".

Tras recalcar que su Gobierno pretende "liderar desde el ejemplo" con un 60% de mujeres, Sánchez ha apostado por una "hoja de ruta global para erradicar todas las discriminaciones que todavía sufre la mujer, ya se llame violencia de género, trata de mujeres o mutilación genital".