Oriol Junqueras ha afirmado que no se arrepiente "en absoluto" de no haberse fugado como hiciera Carles Puigdemont. "Y si mañana pudiera salir de prisión, sin lugar a dudas me quedaría en Catalunya, al lado de la gente", asegura el presidente de ERC.

Preguntado por una pérdida de confianza entre él y el expresidente del Govern por no comunicarle la decisión de fugarse, Junqueras responde que "nunca" le "gusta entrar en cuestiones personales y que "el Govern de la pasada legislatura hizo cosas muy relevantes y todo el mundo puso lo mejor de sí mismo". Además asegura que no ha tenido contacto "directamente" con él.

En una entrevista publicada este lunes en La Vanguardia, con un cuestionario primero y una conversación en prisión después, Junqueras afirma que en Lledoners "en ningún momento" ha "dejado de ejercer mis funciones de presidente de ERC y recibir visitas de personas muy diversas que me permiten tomar el pulso a la realidad política y social del país".

Junqueras, al que se le ve más delgado pero en forma al estar haciendo mucho deporte, está dando clases y se encuentra de mejor ánimo tras el traslado desde Estremera. Ahora puede ver a su familia y televisión en catalán, además de poder comunicarse más con el exterior. A lo que más de menos echa es a su "familia, a la gente que amo, ­pasear por Sant Vicenç dels Horts".

Cuenta que no ha dejado de ejercer sus funciones en prisión: "La convivencia en la prisión nos da la oportunidad de debatir y compartir estrategias. En mi caso, estoy satisfecho de la coordinación con el exterior y me siento muy bien representado por los dirigentes de Esquerra. Creo que es importante que todo el mundo tenga en cuenta las opiniones de los presos. Y que los presos puedan escuchar a todo el mundo".

El presidente de ERC asevera que su juicio "será visto en todas partes como un juicio político que generará un enorme rechazo entre la ciudadanía, tanto la que es independentista como la que no lo es, y no sólo en España, sino en el mundo entero".

Junqueras se ha querido defender de las críticas por el pragmatismo de su discurso explicando que "ERC no necesita gesticular para explicar que es independentista".

Valora lo logrado hasta ahora por el independentismo como una victoria, negándose a fijar una hoja de ruta: "En cinco años hemos situado al independentismo en el centro de la política catalana y española y también está en la agenda internacional. Eso es una gran victoria política. El 80% de los catalanes está a favor de celebrar un referéndum acordado sobre la independencia. Acreditando una mayoría indiscutible, el referéndum que ahora parece imposible será inevitable".