José Manuel García-Margallo es el tercer aspirante que decide oficialmente presentarse a la carrera por la sucesión de Mariano Rajoy. El exministro de Exteriores ha confirmado este lunes que presenta su candidatura tras el anuncio de los diputados por Ávila José Ramón García Hernández y Pablo Casado. El plazo para presentar las candidaturas finaliza el miércoles a las dos del mediodía y, de momento, los favoritos guardan silencio sobre su futuro.

El exministro ha denunciado en una entrevista radiofónica que "los aparatos provinciales del partido están aconsejando no avalar a nadie". Margallo ya desvelaba que el congreso del que saldrá el futuro presidente del PP iba a estar muy animado porque podían saltar candidaturas inesperadas. A los pocos minutos Pablo Casado formalizaba la suya.

"Me da la impresión de que en este congreso no vamos a seguir la norma de que cada feligrés siga al obispo", aseguraba. Margallo cree que el PP debe abordar no solo el cambio del nombre de presidente, sino dar la batalla de las ideas para reconstruir a la formación conservadora. A su juicio, es necesario una "renovación total de la mentalidad" y un "proyecto de país y de convivencia a largo plazo".

Margallo también habla de que es necesario activar una agenda de reformas para España. "Hay que plantearse cuatro ces: corrupción, Cataluña, compensación social y falta de capacidad para adaptarse al mundo en cambio", señaló en otra entrevista televisiva. "Estamos en la vanguardia del mundo en un país descentralizado y hay que abordar una segunda transición, hay que ir hacia un modelo nuevo económico donde se paguen sueldos más altos y se garanticen las pensiones".

El exministro no esconde la mala relación que mantuvo siempre con Soraya Sáenz de Santamaría y advierte de que está dispuesto "a llegar hasta el final" incluso si la exvicepresidenta de decide dar un paso al frente y dar la batalla también por el liderazgo del PP.

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