La Real Casa de Correos fue la protagonista indiscutible este miércoles de la convulsión política que vive la Comunidad de Madrid. Mariano Rajoy envió a sus dos mujeres más fuertes en el Gobierno, María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría, a los actos de celebración del día de la región para llenar el hueco que ha dejado la estrepitosa salida de Cristina Cifuentes. La vicepresidenta y la ministra de Defensa flanquearon en todo momento al presidente en funciones, Ángel Garrido, íntimo amigo de la expresidenta que ha tenido que tomar las riendas de la Comunidad hasta que el Partido Popular designe al sustituto oficial de la madrileña.

Un 2 de mayo ensombrecido por la dimisión de Cristina Cifuentes

La festividad de la Comunidad de Madrid está empañada inevitablemente por el final político de Cristina Cifuentes. Ninguno de los expresidentes de la Comunidad acudieron al acto: Alberto Ruiz-Gallardón y Esperanza Aguirre desecharon la invitación que Cifuentes había cursado días antes de su dimisión. La expresidenta no invitó a su antecesor, Ignacio González, la persona a la que muchos señalan como el divulgador del vídeo en el que se ve a Cifuentes robando dos cremas en un supermercado de Vallecas.

El único líder político que acudió a la cita del Dos de Mayo fue el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que se sentó junto a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena. Los dos estuvieron hablando un rato largo antes de que comenzaran los actos oficiales. Dos de los protagonistas indiscutibles de esta cita son también el diputado de Unidos Podemos, Íñigo Errejón, llamado a liderar la candidatura de Pablo Iglesias en la Comunidad, y el vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, al que muchos sitúan ya en las quinielas del PP para Madrid en 2019.

El presidente en funciones, Ángel Garrido, se enfrentó a su discurso más difícil. El delfín de Cifuentes recordó como máximo representante de la Comunidad de Madrid que "por encima de cualquier problema puntual" hay que ser "capaz de superar la adversidad" porque "nadie es la patria, pero todos lo somos".

El sucesor accidental de Cifuentes recordó que Madrid "no se va a dejar vencer por los problemas" y que tampoco se conforma "con los éxitos conseguidos". El presidente en funciones, que no mencionó en ningún momento de su discurso a su antecesora, destacó las bondades de la región y agradeció a los madrileños premiados su contribución a engrandecer la Comunidad.

Antes de brindar por el Dos de Mayo, Garrido hizo un llamamiento a la "unidad incuestionable de España", "a la soberanía como única fuente de legitimidad", "a la lucha por una sociedad mejor" y a la "convivencia, al progreso y a la superación en el día a día".