El Partido Popular todavía no sale de su asombro. Escuchar a Ricardo Costa relatando la financiación irregular en Valencia ante un juez ha resucitado las peores pesadillas de Génova. La confirmación en boca de uno de sus máximos dirigentes de que "el PP se financiaba con dinero negro" en una autonomía donde el partido ha exhibido siempre poderío ha provocado un auténtico tsunami en Madrid aunque, de puertas para afuera, impongan silencio para zanjar la polémica.

La vuelta a la primera línea informativa de la corrupción del PP en un momento en el que Mariano Rajoy intenta recuperar la iniciativa para poder agotar la legislatura ha sido un "mazazo" durísimo de asumir. El presidente del Gobierno se adelantó a las afirmaciones que llegarían apenas unas horas después y, en una entrevista radiofónica este martes por la mañana, intentó poner un cortafuegos. "Todas las personas que están en estos momentos en los tribunales ya no están en el partido. Nosotros ya hemos hecho nuestra labor. Ahora corresponde a los jueces hacer la suya".

En público, alegan que forma parte de su estrategia judicial y circunscriben el asunto a un "tema que corresponde a Valencia, no a Madrid". Sin embargo, la rotundidad con la que Costa, Ric para todo el PP, ha hecho su confesión al juez adelanta que las aguas más turbias vuelven de nuevo a un partido con 137 escaños en el Congreso de los Diputados y los Presupuestos Generales del Estado de 2018 aún sin cerrar.

Más de uno en el PP ha tenido que escuchar dos veces la declaración de Costa para creerse lo que estaba diciendo. Ric, como lo conocían los muñidores de la trama Gürtel, delatando a la familia política en la que creció. Militante del PP desde que era un adolescente, representaba como nadie la imagen de pijo que siempre caracterizó a los populares.

Era tal su pasión por la política que no supo vivir lejos de ella. Tampoco su familia. De hecho, su madre fue concejal y su hermano Juan llegó a ser ministro. Él fue parlamentario en las Cortes Valencianas durante más de dos décadas y, aunque siempre aspiró a mucho más bajo la sombra alargada de Francisco Camps, estalló la Gürtel y fue uno de los primeros en caer.

La declaración de Pedro J. Ramírez

El exsecretario general del PP valenciano aseguró este martes ante el magistrado que él mismo informó a Luis Bárcenas del sistema que se había instalado en el partido en Valencia. Precisamente el director de EL ESPAÑOL, Pedro J. Ramírez, detalló unas horas antes de esta sesión judicial en el Congreso de los Diputados el modus operandi que utilizaba el PP a nivel nacional. El periodista reveló el testimonio que el propio Bárcenas le contó en una larga conversación que se tradujo en un artículo que le costó el puesto como director de El Mundo.

Costa apunto directamente al que fue su presidente en el PP valenciano. Francisco Camps fue precisamente el principal valedor con el que contó Mariano Rajoy para ganar la presidencia del partido en el congreso que se celebró en Valencia en 2008. Este martes, el líder del partido fue preguntado por Camps y se limitó a responder que "siempre ha salido absuelto" de los asuntos judiciales y que llevó adelante unas "responsabilidades políticas que han sido durísimas". El propio afectado aseguró a la salida del Consejo Jurídico Consultivo donde trabaja que "jamás he dado ninguna orden para que se cometiera ninguna ilegalidad".

Daño incalculable 

El daño que las afirmaciones de Camps va a provocar en el Partido Popular todavía son incalculables. Pero llegan en el peor momento posible para Rajoy. El presidente del Gobierno, el hombre que más tiempo ha estado en el poder, acumula ya seis años en la cúspide del poder con una mayoría muy débil. Muchos en el PP entienden que las declaraciones del valenciano servirá de munición para sus rivales, sobre todo para Podemos y Ciudadanos.

El partido que lidera Pablo Iglesias convirtió la corrupción del PP en el eje central de su programa y no dudan de que estas declaraciones "darán vida" a los morados. Además, Ciudadanos también podrá utilizarlo como arma arrojadiza y seguir "mordiendo terreno" a los conservadores vendiéndose como un partido limpio frente a los corruptos.

Hay otra cosa que Rajoy quiso dejar clara en su entrevista radiofónica este martes: que su intención es ser el candidato del PP cuando se celebren las próximas elecciones generales. El jefe del Ejecutivo confía en poder agotar esta legislatura y convertirse de nuevo, por qué no, en cabeza de cartel de su partido. ¿Lo conseguirá?