Tras ocho horas de pleno, Manuela Carmena cerraba la sesión con la lectura de un texto que condenaba el asalto de las juventudes de la CUP a la sede del PP en Barcelona. Murmullos. Las quejas en la bancada. Ocho concejales de Ahora Madrid se habían ausentado para no reprobar el ataque del pasado lunes.

El Gobierno municipal, en boca su portavoz, Rita Maestre, ha condenado la agresión, igual que PP, PSOE y Ciudadanos. Para simbolizar su desacuerdo, Rommy Arce, Guillermo Zapata, Pablo Carmona, Yolanda Rodríguez, Montserrat Galcerán, Celia Mayer, Carlos Sánchez Mato y Mauricio Valiente –ocho de los veinte ediles de Carmena– han abandonado el salón de Cibeles. No han escuchado la declaración institucional que recitaba la alcaldesa y que se ha aprobado por unanimidad.



Los asaltantes trataron de invadir el centro de operaciones del PP para exigir la inmediata celebración de un referéndum, pero los servicios de seguridad lo impidieron. La portavoz de la CUP en el Parlament, Anna Gabriel, estuvo presente.

La unanimidad imposible

El Parlament de Cataluña, igual que ha hecho este miércoles el Ayuntamiento de Madrid, condenó el acto vandálico. También lo hicieron el resto de fuerzas independentistas a través de Esquerra Republicana en la Cámara y del propio presidente de la Generalitat, Carles Puigdmemont. En Madrid, la unanimidad en el Ejecutivo no ha sido posible. Los concejales vinculados a las familias más izquierdistas del Consistorio han dejado su silla vacía.



Estas son las palabras que ocho ediles de Carmena no han querido escuchar: “El pleno del Ayuntamiento de Madrid, cristalizador del pluralismo social y político de la sociedad madrileña, rechaza firmemente la ofensa y la ocupación llevada a cabo por el grupo político Arran (juventudes de la CUP) el pasado 27 de marzo en la sede del PP en Barcelona. El respeto a todas las formaciones políticas democráticas es la base de nuestro sistema institucional”.

Otra vez, grietas en el Gobierno de Carmena

Esperanza Aguirre, escandalizada, lamentaba a la salida del pleno: “Esto es muy grave”. Begoña Villacís, de Ciudadanos, decía en la misma línea: “Nos vamos con muy mal sabor de boca. Hemos tenido que ver cómo se marchaban. La violencia está mal en todos los supuestos. Hace poco un concejal de Ahora Madrid sufrió un escrache y llamó fascistas a sus agresores. Lo lamentamos. ¿Cuándo lo sufren otros no lo condenan?”.



La condena al asalto de la sede del PP en Barcelona ha vuelto a escenificar las grietas existentes en el seno del Gobierno de Carmena, que suele partirse cuando toca posicionarse acerca de un tema de alto componente ideológico.

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