A Susana Díaz le costó casi 20 minutos salir del escenario. La presidenta andaluza fue cosida a besos, abrazos y selfies. Díaz abandonó el pabellón de Ifema como una estrella de rock. De flamenco rock, en este caso. "¡Viva la madre que te parió!", le gritaban. La seguridad apenas lograba controlar la marabunta de militantes que la zarandeaban a empujones para tocarla. Díaz nunca perdió la sonrisa. Pero cuando finalmente consiguió salir del acto y encerrarse en una sala privada de la Feria de Madrid, dicen sus colaboradores que cayó derrumbada en el sofá fruto de la tensión acumulada. Ha nacido una estrella.

Díaz “petó”, en sus propias palabras, su esperada presentación como candidata a la secretaría general del PSOE. Unas 9.000 personas, según la organización, desbordaron las expectativas de la convocatoria. Unos 2.000 se quedaron fuera del mitin por falta de espacio. Díaz fue a saludar a las personas que no pudieron entrar.

El acto de Díaz fue una reivindicación del PSOE como proyecto colectivo con pasado y futuro. "Queremos volver a ser lo que fuimos", dijo. Un verso literalmente extraído del himno de Andalucía, de Blas Infante. El relato de la presidenta estuvo reforzado por la asistencia de Felipe González, Alfonso Guerra, José Luis Rodríguez Zapatero, Eduardo Madina, presidentes autonómicos y la mayoría de socialistas con peso institucional de los últimos tiempos. Pero también en la imagen y el eslogan de su campaña: 100% PSOE. Debajo del lema, su nombre: Susana Díaz.

Acto de partido, no de primarias

La asistencia de las figuras más destacadas del partido y la escenografía trasladaban la sensación de estar asistiendo al mitin de una candidata a la presidencia del Gobierno y no de una candidata a las primarias.  

A Díaz le esperaban los militantes con palmas por sevillanas y la ola en las gradas. Había autobuses venidos de todas partes de España. El cansancio y la aglomeración provocaron algún que otro desmayo entre el público. La presidenta logró humedecer los ojos de algunos asistentes al mitin. Sobre todo en su primera parte, en la que Díaz, sin un solo papel en el atril, enardeció a las masas con la fuerza de un discurso plagado de orgullo y guiños en clave interna.

"Queremos volver a ser lo que fuimos", dijo Díaz. Un verso literalmente extraído del himno de Andalucía, de Blas Infante.

"Estamos aquí por el PSOE, somos el PSOE, el de ahora y el de futuro. Somos el PSOE", dijo.

Díaz no dedicó una sola alusión directa a sus rivales a las primarias. Pero hubo menciones indirectas. Apeló al orgullo y a la fraternidad del partido. También proyectos colectivos sobre los personales. "Hablad bien de todos los compañeros", dijo. "Respetar la verdad y respetar el debate". 

Mujer y andaluza

La presencia andaluza era mayoritaria en el mitin. Pancartas de Cádiz, Huelva, Marbella y Córdoba. Una familia de Almería llevaba una cinta casera en la frente, visiblemente llamativa: "Yo con Susana".

Díaz recordó dos cosas. El PSOE no ha tenido una mujer secretaria general en 140 años de historia. La segunda es que está orgullosa de ser andaluza. Eso no va a cambiar: "Soy andaluza y lo llevo a gala. Me siento orgullosa".

Estela Goikoetxea, directora del Observatorio de Salud Pública en Cantabria, fue la mujer que abrió el acto. Tiene 29 años. Según ella, la presidenta de la Junta es, como dice la canción del Izal, "la mujer de verde, aquella que se pone el traje para rescatarnos con sus superpoderes". Pero el mitin sonó más a Medina Azahara.