Pablo Iglesias e Íñigo Errejón ya apenas son capaces de ponerse de acuerdo en cualquier asunto. Ni siquiera en sus promesas. En plena batalla por el control de Podemos, la tensión es creciente entre los número uno y dos de la formación de los círculos. Este jueves, a 48 horas de Vistalegre 2, el secretario general redoblaba su amenaza plebiscitaria: si sus propuestas son derrotadas, no solo dimitirá como líder, sino que también podría dejar su escaño en el Congreso. Poco después, el secretario político dejaba claro que no se cree ese órdago y daba por hecho que "prevalecerá la responsabilidad". Si, por el contrario, Iglesias ganase, Errejón tendrá los días contados como portavoz parlamentario. 

Iglesias abría el fuego este jueves con una entrevista televisiva en la que dejaba claro que si gana la batalla por la Secretaría General pero pierde las votaciones sobre listas y documentos, no continuará en su puesto como secretario general. Una dimisión que lleva anunciando mucho tiempo y a la que sumaría una posible renuncia como diputado. Además, fuentes pablistas señalan que otros de sus más cercanos podrían hacer lo mismo. 

"Evitar hacer sombra"

Más en concreto, Iglesias decía que si no gana en todas las votaciones dejará su cargo orgánico y "lo del escaño lo hablaré con los compañeros, pero puede que sí, porque yo creo que cuando uno deja el liderazgo de un partido tiene que evitar hacer sombra a nadie". Eso sí, a renglón seguido aseguraba que esta situación no va a producirse porque "vamos a ganar" y, pronosticaba, con bastante holgura.

Una vez más Iglesias decía que, si gana, quiere contar cerca con Errejón pero dejaba en el aire si el actual portavoz parlamentario continuaría en su puesto. A ese respecto decía, concretamente, que "tenemos que hablarlo en el Consejo Ciudadano: escuchar todas las posiciones, la disponibilidad de Íñigo y las opiniones de otros compañeros". En el equipo de Errejón dan por hecho que si salen derrotados, su líder será purgado como portavoz en el Congreso. Y más seguros están tras la enorme tensión vivida en esta campaña interna. 

Asumo que defender mis ideas puede tener costes. Estaré donde me pongan

Esta pugna interna está siendo televisada. Así, un par de horas después llegaba el turno de Errejón en La Sexta. El secretario político de Podemos insistía en que Vistalegre 2 no debe plantearse como "un todo o nada" o un "cara o cruz". Insistía en que aquellos que le atacaron en redes sociales no quieren que haga tándem con Iglesias; algo que ya ha dicho más veces en esta campaña. Remarcaba que si él pierde se quedará "donde haga falta" o "donde me quieran poner" y pronosticaba que "prevalecerá la responsabilidad". 

Ya por la tarde, en Onda Cero, Errejón decía respecto a su posible depuración que "asumo que defender mis ideas puede tener costes", decía que estará "donde me pongan" y también volvía a decir que se impondrá "la responsabilidad". En tercer lugar, antes de un acto en Valencia, el número dos de Podemos repetía que primará "la responsabilidad" y "cada uno de nosotros estaremos donde la militancia nos ponga". En suma, Errejón cree que Iglesias no se irá si pierde y, además, siempre repite que intentará convencerle para que no se marche "porque el día después de Vistalegre seguimos juntos".    

El gran debate: el plebiscito

En este cruce de declaraciones que parece un juego del gato y el ratón subyace el principal debate que ha marcado toda la campaña hacia la Asamblea Ciudadana de Podemos. Iglesias plantea el cónclave como un plebiscito sobre su futuro, pese a que es seguro que saldrá elegido como secretario general. Y Errejón pelea por el control del partido pero sin competir frente al líder por la Secretaría General.

Los errejonistas insisten en que quieren que su secretario general siga siendo Iglesias. Para los pablistas, ese planteamiento de Errejón y sus afines es tramposo porque es inconcebible que lidere la formación alguien que pierde las votaciones de los documentos que regirán el futuro y de las candidaturas al Consejo Ciudadano Estatal, máximo órgano de decisión entre asambleas. Así lo remarcaba Pablo Echenique en su entrevista con este diario. Y así lo ha repetido hasta la saciedad el propio Iglesias. 

El segundo debate: el equipo de Iglesias

Este choque de argumentos inversos desemboca en el otro debate que ha marcado la campaña electoral interna: el equipo de Iglesias. Tanto desde la candidatura de Errejón como, sobre todo, desde algunos pablistas como los filósofos Luis Alegre y Carlos Fernández Liria, se ha arremetido con fiereza contra el entorno más próximo al secretario general de Podemos.

Unos y otros han acusado a Irene Montero, Rafa Mayoral o Juanma del Olmo de haber traicionado el espíritu originario de Podemos y de dar un giro radical a la izquierda. Los errejonisas quieren que el secretario general siga, pero no así su equipo. La respuesta de Iglesias es clara: "No soy nadie sin mi equipo". El choque es total. Todos los puentes están rotos. Más de 100.000 de los 450.000 inscritos han votado ya. Gane quien gane, no se atisba una solución pacífica tras la batalla que culmina este fin de semana. 

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