Fotografías en el salón Tapies, un bucólico paseo por los jardines de Moncloa, y un almuerzo con sus más estrechos colaboradores. Dos horas ha durado el primer encuentro en Madrid este jueves entre Mariano Rajoy y Theresa May, la primera ministra británica, con la que también ha hablado a solas durante más de 20 minutos.

La cita se produce una semana después del No way José!, el incendio verbal entre José Manuel García-Margallo (Exteriores) y Fabián Picardo (ministro principal de Gibraltar), pero la Roca apenas ha figurado entre los talking points de ambos líderes. Según fuentes gubernamentales españolas, han hablado de la cuestión “brevemente” y han reiterado “las posiciones conocidas de las dos Estados”. Según Londres, las conversaciones entre ambos han “cordiales” y “constructivas”.

Así, el Peñón ni siquiera ha sido digno de mención en el comunicado que Moncloa ha hecho público horas después de que May regresara a Londres sin comparecer en rueda de prensa con Rajoy. Había que hablar del Brexit- la premier está haciendo un tour por toda Europa- y sobre todo que tranquilizar a los más de 200.000 españoles que viven y trabajan en el Reino Unido y a los más de 300.000 británicos que residen en España. También, a las empresas y a los turistas que constituyen ese tupido entramado de intereses económicos y humanos muy superior al viejo contencioso de Gibraltar que Margallo ha vuelto a poner sobre el tablero, según fuentes de ambos países.

COSOBERANÍA HISPANO-BRITANICA

El Gobierno español sí ha querido destacar, y por eso lo incluye en el comunicado, el apoyo incondicional a la “integridad territorial del Reino Unido” y por ello “no alentará ningún tipo de secesionismo relacionado con la salida de la Unión Europea”.

Este martes, la primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, ha dado un nuevo impulso a un segundo referéndum para salir del Reino Unido tras el fracaso del primero hace tan solo dos años. Escocia aspira así a poder permanecer dentro de la Unión Europea una vez haya salido de ella el Reino Unido. El Gobierno español observa muy de cerca estos movimientos debido a las comparaciones con Cataluña.

Margallo no ha estado presente en la entrevista con May, que han gestionado el jefe de gabinete de Rajoy, Jorge Moragas, y sus consejeros diplomáticos de Moncloa. Allí el argumento es más sofisticado que en Exteriores a la hora de tratar la cuestión de la Roca: Margallo ha presentado su plan de cosoberanía hispano-británica de Gibraltar- verja desmantelada y doble nacionalidad- como algo inevitable tras el Brexit porque una vez Londres salga de la Unión los Tratados no serán de aplicación en el Peñón.

Desde Moncloa se estima que el plan de Margallo no contiene ninguna novedad: es el mismo que ya intentó José María Aznar en 2002 y que fracasó debido a que casi el 100% de los gibraltareños votó en contra. Londres mantiene que no negociará nunca en contra de la voluntad de los 30.000 habitantes del Peñón. Esta semana, Picardo ha apuntado en Bruselas que su relación Londres tiene “300 años”, mientras que con la Unión Europea apenas comenzó hace “40 años”. Si son forzados a elegir por España, los llanitos optarán por Londres.

Que Rajoy ha querido bajar el suflé cocinado por Margallo y Picardo la semana pasada se ha reflejado en los dos tuits que el presidente ha escrito este martes. En el primero informa así de su reunión con May: “Trabajaremos juntos para preservar los importantes lazos que unen a España y al Reino Unido”. En el segundo, se refiere a la reunión en curso y la ilustra con una gran foto de los líderes conservadores paseando bajo los plátanos de Moncloa. En el equipo de Rajoy había interés por conseguir esa  imagen: el tiempo ha acompañado y a pesar de la grisura general del día, justo en ese instante- hacia la una de la tarde- ha salido el sol.

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