El toro embolado y el toro en cuerda están prohibidos desde este viernes en Valencia. El alcalde de la capital del Turia, Joan Ribó (Compromís), ha cumplido su palabra cuando manifestó en diciembre que iba a erradicar este tipo de festejos al considerarlos “algo bastante detestable”. Las pedanías que celebraban estos actos en sus fiestas ya no podrán hacerlo, aunque sí otros como el ‘bou al carrer’. La medida, pese a ser esperada, ha sorprendido al colectivo de peñas taurinas en plena temporada de preparación de los festejos.

Critican a Ribó por aprobar la prohibición sin diálogo y sin pasar por pleno.

El equipo de gobierno conformado por Compromís, PSPV y Valencia en Comú aprobó la medida por junta de gobierno el pasado 10 de abril, no sin divergencias internas. El PP, que había criticado que la prohibición no se debatiera, ha llevado a pleno una moción para pedir la anulación de la medida. La contrapropuesta de los populares (con pocas esperanzas de prosperar) ha llegado este jueves al hemiciclo y ha sido una oportunidad para los colectivos afectados. Taurinos y antitaurinos se han dado cita a las puertas del consistorio en dos protestas simbólicas (apenas unas decenas de personas) y han tomado la palabra en el pleno para defender sus posturas.

LOS TAURINOS: “NO VAMOS A PASAR NI UNA”

Vicente Nogueroles es el presidente de la Federación de Peñas de Bous al Carrer de la Comunidad Valenciana que congrega a 4.500 de estas agrupaciones en toda la Comunidad Valenciana. La federación fue una de las organizadoras de la manifestación en defensa de la tauromaquia que en marzo reunió a unas 10.000 personas en Valencia. La marcha fue una respuesta a las iniciativas que se están dando en diversos municipios valencianos tras el cambio de color político. Algunos ayuntamientos han convocado referéndums sobre la prohibición de los festejos taurinos, otros los han prohibido por pleno.

La valenciana es una comunidad con gran arraigo de actos taurinos en las fiestas populares, desde el ‘bou al carrer’ al ‘bou embolat’, ‘bou a la mar’ o ‘bou en corda’. Ribó ha asegurado que en esta legislatura no prohibirá el ‘bou al carrer’ pero sí las modalidades vetadas ahora. El anuncio de su medida irrumpió en plena campaña electoral. Los taurinos llegaron a boicotear un mitin que la portavoz de Compromís, Mónica Oltra, daba en La Vall d’Uixó, el municipio valenciano que más festejos taurinos populares celebra.

“Yo represento a miles de valencianos”, comenzó su intervención Vicente Nogueroles. Ante el pleno, el presidente de la federación negó el maltrato animal y lanzó un mensaje al alcalde: “Usted, sr. Ribó, tiene un problema, su problema soy yo, son las 4.500 peñas que no van a pasar ni una”. Junto a él, el resto de representantes taurinos que han tomado la palabra han criticado al regidor por tomar la medida sin debate ni consenso. El de los toros ha sido una de las banderas esgrimidas por el PP en varias campañas electorales.

"Anacronismo cultural"

En la parte contraria, las asociaciones animalistas y antitaurinas que han aplaudido la decisión del equipo de gobierno para acabar con el “anacronismo cultural” y han anunciado que seguirán con sus movilizaciones para acabar con los festejos taurinos.

Todos ellos han podido tomar la palabra en el pleno por la decisión del PP de llevar una moción ante el pleno. “Dado que en seis meses no ha querido recibirlos, hoy hemos tenido que traerlos aquí”, ha dicho el edil Félix Crespo, imputado en la pieza de supuesto blanqueo en el grupo municipal.

Ciudadanos no ha apoyado finalmente la propuesta de los populares (se han abstenido) por no aceptar su enmienda de proponer una moratoria de la prohibición durante este año y abrir un periodo de debate en lugar de revertir el veto del gobierno de Ribó. Los socialistas habían dado libertad de voto porque uno de sus concejales es un declarado taurino y se ha ausentado para no votar, aunque había acordado con su grupo que se abstendría en la votación.

La concejala de Bienestar Animal, Glòria Tello, ha criticado que se quiera sacar rédito político con este asunto y ha destacado que el toro embolado implica “calvario y aberraciones” al toro. “Entendemos que maltrato sí que hay, y el maltrato no se somete a consulta, una tradición no justifica el maltrato”, ha dicho sobre la decisión de aprobar la medida por junta y no por pleno.

El giro político ha provocado que en los últimos meses hayan sido varios los municipios valencianos que han suprimido estos festejos bien por decisión propia o convocando referéndums locales que han cabreado al sector protaurino de la Comunidad Valenciana. El propio Ribó, antitaurino declarado, llegó a proponer la celebración de las corridas ‘a la portuguesa’. Es decir, sin llegar a matar al astado.

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