Murcia

En el Palacio de San Esteban soplan aires de cambio o vuelan los cuchillos -según se mire-. La portavoz del Ejecutivo y a la sazón coordinadora de Ciudadanos en la Región de Murcia, Ana Martínez Vidal, ha anunciado “una remodelación integral” del Consejo de Gobierno. El anuncio se produce tras el escándalo de las vacunas que se saldó con la salida del consejero de Salud, Manuel Villegas, junto a toda la cúpula de su departamento, y de la dimisión que este jueves protagonizó la consejera de Transparencia, Beatriz Ballesteros, por desavenencias con Cs -el partido que la fichó para la política-.

Se trata de una remodelación que no sólo afectará a nombres sino a la distribución de las competencias, en aras de una mayor eficacia en la gestión de la pandemia, se está trabajando en ello y esperamos que se lleve a cabo en los próximos días”, subrayó la portavoz regional y líder autonómica de Cs -socio de Gobierno del PP-. “Esa remodelación, por lo que a mí me ha transmitido el presidente (Fernando López Miras), técnicamente no sólo afectaría a Ciudadanos, sino que sería una remodelación integral del equipo de Gobierno, es decir, que sería una remodelación que afectaría a los dos partidos que formamos el Ejecutivo en coalición”.

El anuncio de Martínez Vidal pone el foco sobre el presidente regional, Fernando López Miras, obligándole a pronunciarse de alguna manera y evidencia la bipolaridad política de la líder naranja: alterna la gestión dentro del Consejo de Gobierno y al mismo tiempo hace labores de oposición

Ciudadanos es algo así como la versión murciana de las dos caras que tiene Podemos con el PSOE en la Moncloa. Prueba de ello es que tras el escándalo de las vacunas, la coordinadora de Cs pidió una comisión de investigación en la Asamblea Regional dejando a los pies de los caballos a su socio en el Ejecutivo: el PP.

El presidente regional, Fernando López Miras (c), junto a los miembros del Gobierno regional. Carm

Desde que la portavoz del Ejecutivo autonómico se puso al frente de Ciudadanos como coordinadora no ha dejado de arrinconar a su compañera de partido y vicepresidenta del Gobierno regional, Isabel Franco, que antaño lideró la formación como candidata a los comicios. Ahora, con el anuncio de remodelación, lanza entre líneas un mensaje a su socio popular para que propicie la salida de la vicepresidenta y ese cese sólo puede hacerse con el plácet de López Miras.

EL ESPAÑOL ha preguntado en rueda de prensa a Ana Martínez Vidal si espera que esa remodelación incluya la salida de su compañera de partido y vicepresidenta, Isabel Franco, pero con su respuesta elude la pregunta: “Ya le digo que cuando tengamos esa remodelación o esa estructura decidida, pues seré la primera en transmitírsela, pero ahora mismo no tenemos nada decidido”.

La carta de despedida

El anuncio de que habrá cambios en el seno del Consejo de Gobierno coincide justo con el portazo que le ha dado a Ciudadanos uno de sus fichajes estrella: la consejera de Transparencia, Participación y Administración Electrónica, Beatriz Ballesteros. La portavoz autonómica y coordinadora de Ciudadanos defiende que Ballesteros no se marchó por desavenencias: “A título personal y por parte del partido no ha habido en ningún momento una perdida de confianza hacia Beatriz Ballesteros como consejera, de hecho, su labor ha sido impecable”.

Eso es lo que ha argumentado Martínez Vidal sobre la salida de Ballesteros, sin embargo, el contenido de la carta de dimisión que presentó la consejera al presidente López Miras deja en entredicho la versión de la líder de Ciudadanos. Basta con leer este párrafo:

He echado en falta el apoyo de quien me ofreció formar parte de este proyecto y que aquellas condiciones ofrecidas que me hicieron dar el paso sean ahora totalmente diferentes. Además, en los últimos días se han producido una serie de circunstancias que hacen inviable otra salida que no sea esta decisión que te traslado. La ilusión que tenía cuando empecé se ha tornado en desencanto y no debo permitir que ello afecte a proyectos que están en marcha, de los que se beneficiarán muchos ciudadanos (...)”.

Carta de dimisión de la consejera Beatriz Ballesteros. E. E.



Ciudadanos es un polvorín

El partido naranja se ha convertido en un polvorín. Prueba de ello es el testimonio que un peso pesado ofrece a EL ESPAÑOL y donde lamenta la dimisión como consejera de la prestigiosa magistrada, especializada en materia mercantil: “Hacía meses que Beatriz Ballesteros recibía mensajes desde el partido de que ya no forma parte del proyecto”.

Esta fuente de Ciudadanos suelta otra bomba sobre los motivos de la salida de la titular de Transparencia del Gobierno regional: “Como consejera no tenía autoridad para hablar con nadie, ni para comprometer nada”. Esta fuente, no es la única voz crítica que no comulga ni con las formas ni con la estrategia política que sigue Ana Martínez Vidal, como coordinadora de Cs, para tratar de salvar un partido que vive horas bajas no sólo por los resultados que cosechó en las autonómicas en Murcia sino por la debacle electoral en Cataluña.

De hecho, este diario ha podido saber que mientras Beatriz Ballesteros se despedía de sus compañeros, la coordinadora Martínez Vidal pasaba el parte de guerra a Madrid por WhatsApp sin escuchar sus palabras de despedida.

“Un partido conforma parte de un gobierno desde la sociedad civil, despreciando a la afiliación y castigando a quien apuesta solo por personas de partido y cuando se da cuenta del error, sepultado bajo los escombros electorales, pretende corregir a costa de hacer oposición desde el Gobierno regional, machacando a la gente que ha traído a política (Beatriz Ballesteros) y generando una polémica que sabe que la ciudadanía rechaza”, reflexiona esa fuente.

La última bala

Martínez Vidal ha metido presión al Partido Popular con el anuncio de remodelación, jugando su baza de los presupuestos, cuya tramitación se ha iniciado y para la que el PP necesita el apoyo de Cs. Además, tiene una bala en la recámara: el voto de Ciudadanos es imprescindible para que los populares puedan modificar el estatuto del presidente para que Fernando López Miras se pueda presentar a las próximas elecciones autonómicas.

La estrategia de la coordinadora de Cs es arriesgada porque cuando agote ese comodín de modificar la ley, será prescindible para sus socios populares que cada vez salen mejor en las encuestas del Centro de Estudios Murcianos de Opinión Pública (CEMOP). En el barómetro de invierno se puso de manifiesto que el Partido Popular en caso de celebrarse unas elecciones no necesitaría a Ciudadanos para seguir en el Palacio de San Esteban: le bastaría con Vox.

El Cemop otorga 19 escaños a los populares, tres más que en los comicios autonómicos de 2019. El PP alcanzaría una mayoría en la Asamblea Regional sumando los 7 diputados de Vox que, según el barómetro, gana tres parlamentarios respecto de la última cita electoral. Además, el PSOE obtendría 14 (dos menos) y Ciudadanos está en caída libre pasando de 6 a 3 diputados. Es evidente que Ana Martínez Vidal tiene que hilar fino para que el partido naranja no acabe diluido en Murcia como le ha ocurrido en Cataluña.

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