Valencia

Un alto cargo de Compromís ha acusado al presidente valenciano, Ximo Puig de mantener en el cargo a la consellera de Justicia, Gabriela Bravo, “solo por su relación” con ella -ambos dirigentes son pareja-. Se trata de Alfons Puncel, subsecretario de la Conselleria de Agricultura, quien escribió estas palabras el pasado 9 de octubre en su muro de Facebook, donde comparó el organigrama de la Generalitat Valenciana con el de un centro comercial.

“La sospecha de que se mantiene en la dirección de ese departamento solo por su relación con el director del centro comercial empieza a socavar la autoridad de ambos”, aseveró Puncel en un mensaje con tintes machistas plagado de críticas a la gestión de Bravo.

Por si alguien dudaba de que señalaba a la dirigente, Puncel se sumó a la chanza que generó su mensaje con el comentario “¡el rey está desnudo!”. Se erigía así en el niño que revelaba la desnudez del monarca en el célebre cuento de Hans Christian Andersen. ‘Yo soy quien pronuncia las verdades sobre Gabriela Bravo’, vino a decir.

La acusación equivale a que un miembro socialista del Gobierno de España dijera de la ministra Irene Montero que mantiene el cargo “solo por su relación” con el vicepresidente Pablo Iglesias. Y la difusión del mensaje estuvo a la altura de su gravedad. Las palabras de Puncel, recogidas el pasado sábado por Valencia Plaza, fueron la comidilla durante todo el puente.

Alfons Puncel, subsecretario de la conselleria de Agricultura (izquierda). EE

Pero PSPV y Compromís se aferraban este martes al carácter alegórico de sus palabras para evitar una valoración oficial que abriera aún más las heridas de su Gobierno de coalición. Ni los socialistas reprocharon tamaña acusación ni los nacionalistas pidieron explicaciones a su dirigente. Tampoco se ha disculpado el propio autor, quien, preguntado al respecto por EL ESPAÑOL, declinó aclarar su mensaje.

La parábola

El polémico escrito de Puncel, bajo el título de “diario de un subsecretario”, iniciaba así su parábola: “Me comentan que un departamento (no sé si de deportes o de moda) de un centro comercial muy conocido de Valencia, está dirigido por una persona desde hace 5 años. Durante ese periodo las ventas de ese departamento han bajado, incluso por debajo del periodo de los anteriores directores de departamento”.

Según proseguía el alto cargo de Compromís sobre su compañera de Gobierno, “las broncas con otros departamentos son constantes, los trabajadores están incómodos, los representantes de los trabajadores denuncian constantemente sus actuaciones y las discusiones a grito pelado son constantes, incluso con los miembros de su propio equipo”.

Ha cambiado hasta en 5 veces a los encargados de más altos nivel nombrados por ese director y lo mismo en otros servicios. Sin embargo, mantiene a personal técnico que ha demostrado en la etapa anterior su absoluta inutilidad en ventas y gestión, y se niega a delegar funciones y tareas ordinarias. Su falta de empatía con otros departamentos está demostrada y ningún trabajador quiere ir a trabajar allí, o dura unos meses”, expuso Puncel.

Por último, el dirigente lanzó su acusación hacia Ximo Puig: “La sospecha de que se mantiene en la dirección de ese departamento solo por su relación con el director del centro comercial empieza a socavar la autoridad de ambos”, tras la que propuso, a modo de broche, apartar a Gabriela Bravo.

“Personalmente, creo que si ese importante y conocido centro comercial quiere mejorar sus resultados en un departamento tan importante, del que depende el resultado de otros, el dueño del centro comercial debería entender que los problemas solo tienen un origen. La persona que dirige el departamento debe irse a otro lugar. Seguramente será útil en otras tareas pero no en ese departamento tan importante”, concluyó.

Disputas y ceses

Que nadie de Compromís haya censurado las palabras de Puncel permite extraer una doble conclusión. La primera, que muchos en la coalición coinciden en el fondo del mensaje. Y la segunda, y tal vez la más preocupante, que la relación entre la formación y los socialistas, ambos socios de Gobierno junto a Unides Podem, no atraviesa su mejor momento.

Cabe recordar que Bravo y Compromís han chocado en varias ocasiones. La Ley de la Función Pública, en particular por el requisito lingüístico del valenciano, fue objeto de una agria disputa. También ocurrió con la comisaría de policía especializada en violencia machista que impulsó Justicia, por la que Mónica Oltra -consejera de Igualdad- acusó a Gabriela Bravo de invadir sus competencias. La polémica más reciente se produjo con la negociación del decreto de Teletrabajo.

Sobre las críticas a Gabriela Bravo por el trato a sus compañeros de Gobierno, un dirigente de Compromís apuntaba este martes que “no se trata de un problema particular de Compromís”. “Es algo que cualquiera puede percibir, milite donde milite. Basta con consultar todos sus ceses en el Diari Oficial”, subrayaba.

Gabriela Bravo, en una imagen de archivo. EE

En efecto, los ceses de Bravo se cuentan por decenas desde 2015 y se han producido en multitud de departamentos, tales como el gabinete de la consellera, la Subsecretaría de la conselleria, la Secretaría General Administrativa, la Dirección General de Justicia, o las subdirecciones generales de Gabinete Técnico, Modernización de la Justicia, Infraestructuras y Mantenimiento de las Sedes Judiciales, Recursos Materiales, Reformas Democráticas, Planificación y Régimen Jurídico, Instituto Valenciano de Administración Pública (IVAP) y Promoción Profesional.

Además, las bajas también se han producido en entidades como la Policía Autonómica, la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias (AVRSE), el Instituto Valenciano de Seguridad Pública y Emergencias (IVASPE), la gerencia de las ciudades de la justicia tanto de de Valencia, Alicante como Castellón, así como en multitud de jefaturas de servicio.

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