Valencia

La Asociación Nacional de Víctimas y Afectados por Coronavirus (Anvac), célebre por sus homenajes a los fallecidos con 53.000 banderas de España, se quedó fuera este jueves del emotivo acto oficial que organizó la Generalitat Valenciana en recuerdo de los difuntos. La administración autonómica no invitó a los impulsores de la vistosa iniciativa del pasado domingo, cuando la playa de la Patacona amaneció sembrada de rojigualdas.

“Igual nos han castigado por poner banderas”, especulaba este jueves el presidente de la asociación, Jaime Sánchez, cuya iniciativa fue considerada un “acto de exhibicionismo” por parte del presidente valenciano, Ximo Puig. El activista, que fue candidato al Congreso por Vox, asegura que trasladó por vía telefónica al departamento de protocolo de Presidencia su voluntad de acudir al evento oficial, pero que no atendieron su demanda.

La Generalitat Valenciana, por contra, asegura que no hubo voluntad alguna de excluir a Anvac del homenaje oficial, que tuvo lugar en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. Presidencia subraya que no recibió ninguna solicitud por escrito -hecho que reconoce la propia asociación-, y destaca que sí asistió la Plataforma de Víctimas del Covid-19 de la Comunidad Valenciana (entidad distinta) tras denunciar de forma pública que no había sido invitada.

“Su presencia prueba que en absoluto hubo intención de excluir a nadie”, agregó Presidencia sobre la presencia de esta plataforma autonómica, que ha presentado una querella contra la consellera de Sanidad, Ana Barceló, por la falta de material de protección que sufrieron los sanitarios. Cabe recordar que la impulsora de esta entidad es Enriqueta Cuchillo, viuda del médico del SAMU fallecido Vicente Sánchez.

Banderas plantadas en la playa de la Patacona, Alboraya (Valencia). EE

En cualquier caso, el resultado fue la ausencia de Anvac, la entidad impulsora de las sonadas acciones en recuerdo de los fallecidos. La asociación ya ha realizado dos: una en el Parque Roma de Madrid y la mencionada de la playa de la Patacona de Alboraya (Valencia). Y habrá más en los próximos días, según advierte.

En ambos casos sus homenajes han sido aplaudidos por el centro derecha y criticados por la izquierda. Los elementos que han suscitado la polémica han sido el uso de la bandera de España para homenajear a los fallecidos, el de la cifra de 53.000 (superior al dato oficial de fallecidos) y que no solicita autorización a las autoridades para ocupar el espacio público.

Un acto emotivo

Más allá de la ausencia de Anvac, la Generalitat Valenciana logró un homenaje muy emotivo en el que participaron familiares de víctimas procedentes de las diferentes comarcas valencianas, alcaldes y alcaldesas de las localidades de estos territorios, el Gobierno Valenciano al completo y el resto de autoridades de la Comunidad.

El acto, presentado por la periodista Clara Castelló, contó con la inauguración de En record, una escultura metálica de la artista alcoyana Rosana Antolí coronada por la alegoría de un corazón en recuerdo de los difuntos. Para los cimientos de la obra se ha recurrido a tierra de las 33 comarcas valencianas, recogida por los Bomberos Forestales de la Generalitat.

La obra, situada en el centro del escenario, recibió una ofrenda floral de hortensias blancas acompañada por música de la Real Camerata Española, que previamente había interpretado In memoriam, una pieza musical creada ex profeso para el homenaje por el compositor Adam Ferrero

La Real Camerata Española, junto a la escultura 'En record'. EE

Las palabras más emotivas corrieron a cargo del periodista Lluís Motes, hermano del fallecido Rafael Motes. En su intervención animó a todos los afectados a “no desfallecer” y subrayó la importancia de “reconocer” el esfuerzo del personal sanitario, “reprochar” los errores cometidos y “recordar” a los ausentes.

En representación del personal sanitario intervino la jefa de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital General de Alicante, Esperanza Merino, quien destacó que todos los profesionales “dieron lo máximo de sí mismos” ante una pandemia que requirió “una respuesta rápida, dura y difícil”. “Hemos intentado vivir el lema de los médicos del siglo XIX: curar a veces, aliviar a menudo y acompañar siempre”, manifestó.

Noticias relacionadas