M. Moguer Inma León

En el PSOE de Andalucía hay dos voces. La oficial, que señala que el nombramiento de su líder, Juan Espadas, como portavoz del grupo en el Senado es un refuerzo para su imagenY luego está la oficiosa, la de fuentes del partido, que confiesan que no acaban de ver la jugada como un espaldarazo

Más bien, como una forma de ir dejando que el secretario general del PSOE andaluz enfile hacia Bruselas en las elecciones europeas del próximo año, con esa parada previa a nivel nacional en la Cámara Alta. En cualquier caso, ya habría sustituto y todas las miradas recaen en el presidente de la Diputación de Sevilla, Javier Fernández.

Hace unos días Espadas aseguró en una comparecencia que su "opción personal" es presentarse a las elecciones autonómicas de 2026 y que su presencia en el Senado jugará a su favor, ya que posibilitará que más andaluces lo conozcan.

[Juan Espadas compaginará su cargo en el Senado y la oposición andaluza: quiere ser candidato en 2026]

El problema es que le será difícil estar en ambos sitios a la vez por la carga de trabajo que suponen ambas tareas. El propio Juanma Moreno, presidente de la Junta, ya se lo advirtió en la última sesión de control.

No obstante, Espadas no habla de lo que le designará finalmente su secretario general, Pedro Sánchez, o su partido, sino de su deseo de optar de nuevo a la Presidencia de la Junta. Siempre ha dicho que quiere ganar el Gobierno andaluz como ganó el Ayuntamiento de Sevilla. Contra el PP y contra todo pronóstico, pues el mismo se considera "un corredor de fondo".

Sin embargo, esta vez, no parece tener el camino de esa carrera tan despejado. Fuentes del PSOE andaluz señalan a EL ESPAÑOL que ahora mismo el mejor y más importante escaparate de gestión que tiene el partido en la comunidad es la Diputación de Sevilla.

Y ahí está Javier Fernández, alcalde con mayoría absoluta en La Rinconada y un presupuesto de 500 millones de euros con los que riega la provincia, bastión socialista por excelencia. Poder y presupuesto, algo de lo que no pueden presumir el resto de la dirección del PSOE de Andalucía. De hecho, el primer mitin de Sánchez para iniciar su camino hacia la reelección a la investidura fue en esa localidad el pasado mes de septiembre.

Eso no quiere decir que se vaya a lanzar a por la Secretaría General del partido. No, al menos, por el momento. Pero quienes están cerca de Fernández señalan dos cosas: su ojo político y su lealtad. "Lo tendría todo a favor", añaden.

Pero Fernández, aseguran, no quiere hacer un roto en el partido y las cosas pueden caer por su propio peso. "¿Qué necesidad tiene de moverle la silla a Espadas cuando el exalcalde de Sevilla siempre ha dejado clara su querencia por Bruselas?", aseguran fuentes del partido.



Con ese hipotético escenario -más que hipotético cuando los responsables del PSOE andaluz se pronuncian en público, donde no hay fisuras en la versión de que Espadas llegará al 2026 como líder andaluz- Fernández lo tendría fácil.

"Javier va a caer por su propio peso", señalan fuentes del PSOE andaluz. A su favor, "tiene todo el poder ahora mismo". Y, desde luego "no va a traicionar a Espadas ni a empujarlo", añaden.

El secretario general del PSOE andaluz, Juan Espadas, junto al presidente de la Diputación, Javier Fernández, n una imagen de archivo del pasado 23 de julio. EFE

El nuevo liderazgo que se está fraguando para el PSOE de Andalucía no quiere arrancar así. Las cosas, despacio y con buena letra. Todo el mundo recuerda la 'guerra' en las primarias nacionales entre Pedro Sánchez y Susana Díaz y entre Juan Espadas y Susana Díaz.

Ahora a Fernández le toca gestionar, gobernar y demostrar que puede llevar un aparato tan grande como la Diputación de Sevilla. Tan sólo lleva unos meses como presidente del ente provincial, tras la marcha de Fernando Rodríguez Villalobos, tío político de Susana Díaz y que ha presidido la institución durante 20 años. El objetivo es que esta gestión le sirva como carta de presentación para un hipotético salto al ámbito regional.

La eterna incógnita de María Jesús Montero

Aunque todos los ojos están fijos en Fernández, en realidad hay más opciones de futuro. La primera, que Espadas aguante. Que no se vaya a Bruselas como eurodiputado y como perdedor ante un Juanma Moreno, que aspira a seguir siendo presidente una legislatura más. Otra es que se vaya pero que no sea el sevillano quien le releve y en esas quinielas siempre aparece María Jesús Montero.



La también sevillana lleva la vitola de heredera de San Vicente hace años. Ella, sin embargo, está centrada en su tarea en el Gobierno central como ministra de Hacienda. Hay quien desde el PSOE andaluz advierte: "ojo a los Presupuestos Generales y al nuevo modelo de financiación".

[María Jesús Montero, vicepresidenta cuarta y ministra de Hacienda y Función Pública]

Aseguran que si son especialmente cariñosos con Andalucía, puede ser señal de que Montero quiere desembarcar en el sur. Hay fuentes del PSOE andaluz que la descartan casi seguro. "Se le pasó su momento. La militancia es verdad que la adora, pero ser ministro quema mucho", aseguran.

El runrún de Espadas

No obstante, hay cuestiones que sí son seguras. Que hay un runrún sobre el futuro de Espadas es una y viene de lejos, prácticamente desde que obtuvo los peores resultados del PSOE andaluz. 

Él los ha negado siempre y apuesta por Andalucía. Contra eso, voces dentro de su partido que ven que la portavocía del Senado es la antesala del Parlamento europeo y el alejamiento de Andalucía de una manera digna.

De hecho, tras las pasadas elecciones municipales, desde su propia organización andaluza iban a intentar moverle la silla, pero el giro inesperado de Pedro Sánchez al convocar elecciones el 23 de febrero cortó en seco estas aspiraciones. 

"Después de un ciclo electoral larguísimo", reflexiona una socialista con muchos años de carné, "toca calmarse, rearmarse y hacer las cosas bien y sin prisa". Esta circunstancia le dará tiempo a Javier Fernández a ver si cuaja como alternativa a Juanma Moreno. Y a Espadas para decidir si se va o se queda.

Hay un año casi hasta las europeas y, después, dos hasta las andaluzas. Sin embargo, otra arista a tener en cuenta es que hay quien señala dentro del propio PSOE que Pedro Sánchez tiene una deuda con Espadas. Y eso le abre las puertas del Parlamento europeo o de San Vicente, las que quiera.

[El triunfo de Juan Espadas sobre Susana Díaz otorga a Sánchez el control absoluto del PSOE]

Primero porque consiguió derrotar a Susana Díaz, otrora némesis de Sánchez. Y segundo es que su lealtad hacia Sánchez está a prueba de bombas: defiende a capa y a espadas sus políticas en cuestiones más que incómodas por el sur como es la Ley de amnistía.

A su favor, también está que "se echó a las espaldas un PSOE andaluz dividido" tras las primarias con Susana Díaz y consiguió coserlo, aunque los más leales a la expresidenta andaluza y ella misma están a la espera de verlo cruzar la frontera de Despeñaperros.