Redacción | Agencias F. J. Cristòfol

El PSOE andaluz no se da un respiro. Si el fin de semana pasado las miradas se centraban en Juan Espadas, ahora se dirigen a María Jesús Montero. La ministra de Hacienda se ha puesto este sábado a disposición de su partido: "Como siempre".

Mientras Espadas está jugando con los tiempos para dejar pasar la Semana Santa antes de dar el paso, Montero no ha cerrado ninguna puerta. En declaraciones a los periodistas antes de la presentación de un libro, Montero ha afirmado que no tiene información sobre el futuro Espadas, la principal apuesta del sanchismo para sustituir a Susana Díaz en el liderazgo del socialismo andaluz.

Hace apenas un mes, Montero se desmarcaba claramente. Afirmaba que su nombre era "muy socorrido cuando interesa construir una noticia". Así se ha referido a la posibilidad de que pueda ser candidata en unas primarias para liderar el PSOE andaluz y competir con Díaz.

La diferencia es que ahora el nombre lo ha puesto sobre la mesa ella. Según avanza EFE, la ministra ha aprovechado este sábado para presentar sus credenciales.

"Ya tocará, cuando llegue el momento congresual, que cada militante, cada persona se plantee si quiere dar un paso adelante. Porque, en definitiva, serán los militantes quienes escojan quién liderará el PSOE andaluz en los próximos años", ha zanjado la ministra.

Ahora, el sanchismo tiene dos figuras sobre las que apoyar su proyecto. Mover a Díaz de la Secretaría General del PSOE-A es una de las claves de un partido que necesita un cambio para revertir las encuestas.

De cualquier modo, son cada vez más los movimientos que buscan un cambio de los socialistas en Andalucía. Voces críticas que se han ido levantando para acabar con el susanismo y que, en algunos casos, no tienen aún cabeza para sus carteles electorales.

En las últimas semanas han vuelto a aparecer los nombres de Espadas y Montero, pero el tercero en discordia sería Felipe Sicilia, el diputado por Jaén que fue el primero en mostrar su disposición.

La estrategia con Montero seguiría el modo de operar utilizado en las elecciones catalanas con Illa. El ministro de Sanidad ganó las elecciones, pero no gobernará en Cataluña. Algo similar a lo que le ocurrió a Susana Díaz en las últimas elecciones andaluzas. Consiguió mayoría de votos y escaños, pero no fue capaz de articular una mayoría suficiente para gobernar.

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