El agente Martos no llegaba a los 50 años cuando se quitó la vida. Tenía tres hijos. Vivía en Fuerteventura, en el destacamento de Puerto del Rosario, en la cara este de la isla, donde desempeñaba su trabajo como motorista de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil.

Sucedió hace apenas una semana. El agente se encontraba el pasado sábado de servicio junto a un compañero. Ambos estaban de pie junto a la carretera cuando ocurrió. Desenfundó el arma y ante su compañero decidió pegarse un tiro. Falleció al instante. 

Se trata del undécimo suicidio en lo que va de año en el seno de la Guardia Civil. Una cifra que no frena y que se mantiene en la tónica de ejercicios anteriores, a falta todavía de poco más de dos meses para finalizar el año. 

En 2021 los datos alcanzaron cotas más alarmantes que nunca, tanto en la Policía Nacional como en la Guardia Civil. Un total de 17 policías y 17 guardias civiles, la mayoría con su arma reglamentaria. Más de la mitad no había cumplido 41 años. 

La medida 6x6

Los suicidios en las Fuerzas de Seguridad han llevado a sus asociaciones y sindicatos a pedir a Interior que se replanteen algunas de las herramientas con las que se está actuando, y que ahora califican de "ineficientes". Uno de los factores que creen que ha servido para reducir la cifra entre los policías es el nuevo turno de trabajo establecido desde la pandemia, el 6x6 (seis días de trabajo y a continuación seis de descanso).

Mientras el Instituto Armado contabiliza 11 casos, la cifra de policías que se han quitado la vida en 2022 es de cinco. Antes de 2020 no existía el Plan de Promoción de la Salud Mental y Prevención de la Conducta Suicida.

Desde el Sindicato Unificado de Policía (SUP), que impulsó la elaboración de ese plan, Carlos Prieto, su Secretario de Riesgos Laborales, destacan que esta sería una de las claves de que la cifra haya mejorado. También la implantación del citado turno de trabajo. "La gente tiene que tener derecho a un turno establecido. Estamos en el siglo XXI".

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Es lo que piensan en la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) de lo que llaman el "gran drama oculto" del cuerpo, que provoca la muerte de un guardia cada 26 días: "Ese turno está ayudando mucho a la conciliación y al descanso. Por eso desde AUGC estamos reclamando urgentemente que en la Guardia Civil se implante cuanto antes una cadencia parecida, que se favorezca la conciliación, aumento del descanso, reducción de accidentes laborales, aumento productividad y la relación y el bienestar laboral".

Desde hace menos de un año los agentes de la Policía Nacional disponen de un teléfono de atención para los agentes, activo 24 horas al día todos los días del año. A él, según datos del Ministerio del Interior que ha podido consultar EL ESPAÑOL, han acudido 227 policías. Y 127 de ellos continúan recibiendo asistencia.

El arma en casa

El portavoz de AUGC, Pedro Carmona, considera a su vez que sería muy positivo "externalizar el servicio de atención psicológica", de forma que los facultativos no pertenezcan a la escala de mando.

Sonia Valverde es secretaria de Igualdad de JUCIL, la organización mayoritaria del Instituto Armado en el Consejo de la Guardia Civil. También ella aboga por la misma solución: "El gabinete de psicología de la Guardia Civil tiene que ser externo, porque los compañeros sienten rechazo a algo que sea de la misma administración. Es importante hacer jornadas de sensibilización, y que de una manera atractiva se expliquen las cosas a los agentes".

JUCIL y AUGC insisten en la instalación de armeros en las unidades, de forma que los agentes tengan la posibilidad de dejar allí el arma y no tener que llevársela a casa. Lo mismo proponen en la Asociación Profesional de Cabos de la Guardia Civil (APC-GC): "No debemos obligar a los agentes a llevarse la pistola oficial a su casa. Demasiadas pocas cosas pasan. Es una pena y una lacra, ya que tenemos uno de los trabajos más duros psicológicamente hablando".

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Reflexionando sobre las diferencias entre Guardia Civil y Policía Nacional, Valverde reconoce desde JUCIL las diferentes condiciones laborales: "Son un factor determinante. En eso estamos a años luz de ellos".

En AUGC destacan también la "falta de comprensión" por parte de algunos mandos con respecto a las situaciones de los agentes y "la dificultad para conciliar vida familiar y laboral por los difíciles turnos y el movimiento de destinos". Para esta asociación también resultaría positivo que las bajas psicológicas no repercutieran en la vida profesional del agente. "Que no manchen su expediente personal".

En su programa electoral, JUCIL establecía la eliminación del actual protocolo de conductas anómalas. Proponía también la utilización de compañeros con formación en psicología para paliar de forma rápida y directa cualquier problemática relacionada con el suicidio. En los próximos días, esta asociación celebrará una jornada de sensibilización en Valencia junto a CSIF sobre este particular. 

Por último, Independientes de la Guardia Civil (IGC), habla de un servicio de psicología desfasado. "Tan solo hay 44 psicólogos para atender a cerca de 84.000 agentes. Además, el actual Plan Preventivo de Asistencia Psicológica es del 2010, sin que exista voluntad por parte de la administración de cambiarlo a pesar de los terribles datos. Es un plan desfasado y claramente deficiente para prevenir las conductas suicidas".

IGC remarca los mismos problemas que ven el resto las asociaciones. Y añade alguna causa más: "La arbitraria aplicación del Código Penal Militar. Eso también aumenta el riesgo de suicidio. La sensación entre los componentes del Cuerpo, es que estos Planes no consiguen llegar a la raíz del problema".

El Ministerio del Interior, departamento dirigido por Fernando Grande-Marlaska, se comprometió a estudiar una reforma del protocolo antisuicidios, ante la constatación de que la guía, tal y como afirmaban a EL ESPAÑOL, se había quedado "obsoleta". Interior adquiría así el compromiso de elaborar un nuevo protocolo en colaboración con el Ministerio de Sanidad.