Muy pocos agentes poseen la trayectoria y la reputación de Toni Rodríguez en los Mossos d'Esquadra. Quizá ninguno, aseguran quienes le conocen.

Desde su acceso al cuerpo, en la promoción de 1996, su carrera le ha llevado a convertirse en el principal especialista en investigación criminal. Por eso era el responsable de los efectivos dedicados a bucear en los turbios pozos de la corrupción en Cataluña. Alguien demasiado molesto para muchos. 

Ahora la Generalitat ha decidido quitárselo de en medio. Lo ha apartado de su puesto en policía judicial para relegarle a la comisaría de Rubí, una ciudad de 76.000 habitantes a las afueras de Barcelona. Como apunta a EL ESPAÑOL uno de sus más estrechos amigos, "es pasar de primera división a cuarta".

Su cese, justificado por el gobierno separatista con las palabras "falta de confianza", interrumpe la carrera del que quizás ha sido el mejor investigador del cuerpo. Un hombre respetado por todos a nivel profesional, un tipo discreto, inflexible en sus pesquisas sobre todo tipo de corrupción. "Nunca oirás a nadie que hable mal de él. A nivel personal y profesional", aseguran las mismas fuentes. 

Pese a su prestigio, o quizás debido a él, Rodríguez es uno de los principales damnificados por la profunda transformación que ha vivido en las últimas semanas la cúpula de los Mossos. La estructura cambia ahora por completo después de que el máximo responsable policial, Josep Lluís Trapero, fuese defenestrado junto a su más estrecho círculo de confianza. Tras esta purga, muchos se preguntan quién investigará ahora en los Mossos d'Esquadra y quién controlará a los políticos.

Con Trapero han caído otros como el propio Rodríguez, que dirigía las investigaciones encargadas por los jueces sobre corrupción. Por ejemplo, una sobre Miquel Buch, consejero de Interior de la Generalitat en 2019 a quien se le investiga por un supuesto delito de prevaricación y malversación. Se trata de averiguar si pudo haber utilizado fondos públicos para colocar escolta al fugado Carles Puigdemont.

Está también el caso de Laura Borràs, actual presidenta del Parlamento de Cataluña que, en su etapa de consejera de Cultura de la Generalitat, adjudicó presuntamente 18 contratos de forma irregular para beneficiar a un amigo. 

Trapero, camino de su primera declaración en la Audiencia Nacional, el 6 de octubre de 2017./ Efe

Rodríguez se lució en sus inicios como investigador en Badalona y en Granollers. Dirigió el Área de Investigación Criminal (AIC) de la región policial Metro Norte. Hasta que llegó a ser intendente de la División de Investigación Criminal (DIC), el más alto cargo en el cuerpo en este terreno, el puesto que ocupaba hasta hace unos días.

"Purga"

Las fuentes consultadas a nivel policial alertan de que este cambio, dada la notoriedad y la relevancia de Rodríguez, obedece a una "purga" que tiene como finalidad suprimir perfiles molestos para la Generalitat, extremo que las autoridades catalanas niegan una y otra vez. En el Gobierno autonómico hablan de "nuevos liderazgos", de un lavado de cara, de renovación en el cuerpo.

Pero muchos mossos se preguntan qué clase de renovación es esa que sustituye a un agente "brillante" que ni siquiera llega todavía a los 50 años. "Esto demuestra que somos un cuerpo politizado. Ni más ni menos. Y quien diga lo contrario miente", indica un agente.

"Están purgando a los no afines al régimen independentista para que no les suceda como con Trapero", asegura otra fuente policial de las unidades de investigación catalanas. "La investigación de delitos seguirá llevándose con profesionalidad. Pero habrá investigaciones de régimen disciplinario contra gente leal a la Constitución que juró o prometió acatar. Una caza de brujas".

Toni Rodríguez, el último de los defenestrados en la cúpula del cuerpo. Mossos

La "purga disfrazada de renovación", llegó con Trapero: "No gustaba porque era policía, ni de izquierdas ni de derechas, ni de unos ni de otros. Primero era policía", señala la misma fuente. 

'El Egipcio'

En su día, Toni Rodríguez solicitó amparo al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña para poder proseguir con las investigaciones que afectaban al Govern de la Generalitat, tal y como adelantó El Periódico de Cataluña.

Fue en 2019 cuando la jefatura del cuerpo le exigió detalles sobre el punto en que se encontraban las pesquisas, particularmente las referentes al conseller Miquel Buch. Tanto Rodríguez como sus hombres se percataron entonces de que no contaban con el apoyo de la cúpula, y por ello solicitaron el amparo de los jueces para evitar que los apartasen de las investigaciones. La Justicia les concedió esa protección. 

En sus días en Badalona, investigando asuntos de narcotráfico y crimen organizado, a Toni Rodríguez comenzaron a conocerle bajo el seudónimo de El Egipcio, debido a su aspecto físico, su piel morena y la barba perfilada. No es un apodo que le resulte molesto. 

El líder de los socialistas en Cataluña, Salvador Illa, asiste con inquietud a los últimos movimientos en las altas esferas policiales del cuerpo autonómico. No esconde ni mucho menos su preocupación: "Todo parece una purga", criticaba, en una entrevista en La 2 y Ràdio 4. El exministro de Sanidad mantiene que las explicaciones que está dando el Gobierno autonómico sobre estos cambios no resultan convincentes. 

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