Alicante

El presidente del PP en la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, y la líder nacional de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ya han escenificado su intención de sumar fuerzas ante las próximas elecciones autonómicas. Con foto incluida. Independientemente de las relaciones entre ambos partidos en otros territorios y de las cúpulas en Madrid.

El análisis que hacen ambas partes es coincidente. La Comunidad Valenciana es "una burbuja" en el panorama político nacional con problemas propios para los que tienen recetas parecidas y compatibles.

Ambos están preocupados por la deriva "identitaria" del Gobierno Botánico (PSOE-Compromís-Podemos) que lidera el socialista Ximo Puig. También por la infrafinanciación de una región que debería ser motor económico de España, como en otras épocas. Además, coinciden en calificar de "infierno fiscal" la política del tripartito de izquierdas.

Mazón, recuperado para la política en 2019 de la mano de Pablo Casado, muestra además un perfil muy liberal dentro del PP, habiendo desterrado las luchas por el poder orgánico entre democristianos, conservadores y liberales durante los dos últimos años. Eso ha ayudado a afianzar una relación personal más sólida con Arrimadas que la de otros barones populares.

El frente común, no obstante, no es fácil. Los cuadros políticos de ambos partidos recelan de una negociación abierta pensando en listas electorales, por lo que por ahora ese es un "tema tabú". "Se trata de elevar el nivel de la reflexión", explican desde el entorno del popular, "pensar en el votante más que en el dirigente porque la situación de la Comunidad Valenciana es crítica".

Para ello, se han propuesto eliminar el "ruido" interno de cualquier negociación y llevarla a cabo personalmente y a ser posible, cara a cara. Porque todavía hay tiempo y lo más probable es que se agote la legislatura.

Ximo Puig está pensando ya en hacer una crisis de Gobierno para reimpulsar su proyecto, que muestra síntomas de agotamiento tras seis años de pulsos y una pandemia. Pero enfrente tiene a Compromís y Podemos, que no se lo van a poner fácil.

Entre tanto, ni consigue la financiación del Estado que él quiere y que precisa la Comunidad, ni llegan los tan traídos y llevados fondos europeos Next Generation que permitirían la reactivación industrial. Además, hasta que se hagan efectivos en los bolsillos de los votantes de la Comunidad Valenciana pasará mucho tiempo.

Cs vive una profunda crisis desde los resultados de las autonómicas catalanas, pero según las últimas encuestas podrían superar la barrera electoral del 5% y entrar en las Cortes Valencianas. En este contexto, Génova ha dado permiso a Mazón para mantener una estrategia propia y Arrimadas se ha prestado al cortejo. Ambos quieren y pueden sumar, y con ello dar el vuelco electoral.

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