La madeja del caso Ghali de la que está tirando el hilo el juez instructor Rafael Lasala amenaza con convertirse en una bola de nieve que engorda con la implicación de ministros, delegados del Gobierno, presidentes autonómicos y diversos cargos del PSOE por la presunta introducción irregular del líder del Frente Polisario en España.

El abogado Juan Carlos Navarro, uno de los dos letrados que ejercen la acusación popular, ha presentado un escrito este martes ante el Juzgado de Instrucción número 7 de Zaragoza para solicitar la comparecencia de la actual ministra de Educación, Pilar Alegría.

En ese documento, consultado por EL ESPAÑOL, exige la declaración de Alegría dado que el pasado 18 de abril ostentaba el cargo de delegada del Gobierno en Aragón. Fue entonces cuando Brahim Ghali entró en España tras aterrizar en un avión argelino en la Base Aérea de Zaragoza.

Allí nadie le identificó, no tuvo que pasar el control de pasaportes, todo ello a petición expresa de Camilo Villarino (tal y como reflejan las diligencias del caso), mano derecha de la exministra de Exteriores, Arancha González Laya, quien ya figura en el caso en calidad de investigada.

PEl letrado Navarro solicita que Alegría comparezca como testigo para explicar al magistrado cómo se orquestó el operativo que escoltó a la ambulancia en la que se transportó al mandatario saharaui hasta el Hospital de Logroño, en el que permaneció ingresado hasta el día 2 de junio. 

Del mismo modo, Navarro y el otro abogado de la acusación, Antonio Urdiales, exigen la declaración de toda una lista de implicados en la operación que permitió introducir a Ghali en España de manera presuntamente subrepticia. Entre ellos, Eliseo Sastre, jefe de la Oficina de Presidencia de La Rioja y mano derecha de la presidenta autonómica Concha Andreu.

Sastre fue, según la declaración del gerente del Hospital San Pedro de Logroño, el encargado de reservar la cama que el mandatario saharaui iba a necesitar en el centro hospitalario. Habría comenzado a realizar esa gestión dos días antes de su llegada a España. Según se desprende de la declaración de Alberto L. J., Sastre le consultó "si era posible ingresar un paciente dentro del ámbito de ayuda humanitaria"

El gerente del Hospital San Pedro de Logroño reveló este detalle ante la Brigada Provincial de Información de la Policía Nacional el pasado 21 de julio. Declaró cómo Sastre le habría confirmado el día y el momento en que el paciente llegaba a la base militar de Zaragoza. 

Declaraciones

Por eso también los abogados de la acusación popular piden la declaración como testigo de la superior directa de Sastre, la presidenta de La Rioja, Concha Andreu, y principal referente del bastión del PSOE en esa comunidad autónoma. 

Sastre ya ha sido citado para testificar, pero todavía sin fecha fijada para la práctica de esa prueba. Entre tanto, el magistrado a cargo de la investigación ha citado a la exministra Laya para el próximo 4 de octubre a las 13 horas por los presuntos delitos de prevaricación, encubrimiento y falsedad en documento privado. Ese mismo día, a las 12:30 está prevista la declaración como testigo de José María Muriel Palomino, ex secretario general técnico del Ministerio de Exteriores. 

Para "un amigo"

En esa cadena ascendente de responsabilidades que se van conociendo conforme el juez cita a testigos y solicita pruebas documentales, la declaración del gerente del hospital fue propiciada a su vez por la de su subordinado, Fernando M. S., coordinador de Trasplantes y Cuidados Críticos del Hospital San Pedro de Logroño. Es decir, la persona que de facto recibió la orden de reservar la cama para Ghali.

En su comparecencia ante el magistrado, aseguró que fue el 16 de abril, dos días antes de la llegada del líder del Polisario, cuando le escribió el gerente del hospital. Este le comentó que "un amigo suyo" le pedía una cama UCI para un paciente Covid procedente del extranjero. 

El día 17, el gerente del hospital le confirmó que esa persona sería ingresada. No le mencionó la fecha. La jornada siguiente, domingo 18 de abril, le llamó al mediodía con el fin de advertirle de que Ghali llegaría esa misma tarde, y que había una ambulancia del Servicio Riojano de Salud que iba a ser enviada para efectuar el traslado.

El mandatario llegó a Logroño acompañado de varias personas. Allí se le inscribió bajo la identidad falsa de Mohamed Benbatouche. Solo se supo que aquel era Brahim Ghali, el líder del Frente Polisario, cuando la noticia saltó a los medios de comunicación. 

Más testificales

Las declaraciones de estos dos testigos han propiciado que los abogados soliciten otras al magistrado. Según ha podido conocer EL ESPAÑOL, le han pedido que comparezcan el responsable del servicio de admisión del recinto sanitario, es decir, la persona que gestionó la admisión de Ghali bajo la identidad falsa de Benbatouche; la reponsable de inscribir en el triaje a Ghali bajo esa identidad falsa, y el coordinador de los equipos de 061 de La Rioja, que fue quien envió la ambulancia a Zaragoza.

La decisión del Gobierno de ocultar estos hechos a Marruecos propició una crisis diplomática mayúscula y la mayor avalancha de inmigrantes que se recuerda sobre Ceuta, ya que unas 10.000 personas cruzaron la frontera en apenas 24 horas ante la inacción de la policía marroquí.

El día 2 de junio, tras declarar ante el juez Santiago Pedraz por las causas de genocidio, torturas y detención ilegal que tenía abiertas en la Audiencia Nacional, Ghali regresó a Argel en otro avión medicalizado desde el aeropuerto de Pamplona. Allí tampoco se le requirió documentación alguna

Otro de los datos que reforzarían esta tesis y que Villarino ofreció en su declaración, revelada por EL ESPAÑOL, fue que la primera noticia que tuvo de lo que iba a pasar la tuvo cuatro días antes de los hechos. El jueves 15 de abril, Isabel Valldecabres, directora de Gabinete de la exvicepresidenta primera del Gobierno Carmen Calvo, le llamó para preguntarle si sabía algo del asunto. "Me preguntó si era cierto que se estaba valorando". Villarino le dijo que no tenía ni idea de a qué se refería. 

A raíz de tales afirmaciones, las acusaciones han pedido incluir en el procedimiento las testificales de la exvicepresidenta primera y su directora de gabinete, así como a Susana Crisóstomo, la jefa de gabinete del ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska. Esta última ya tiene fecha para comparecer ante el juzgado. Ambas han sido citas a declarar en calidad de testigos para la causa.

"Máxima discreción"

En un escrito del pasado lunes, el letrado Antonio Urdiales exigía la citación de Crisóstomo al entender que el departamento dirigido por Marlaska estaba "al tanto" de la llegada del líder polisario. Urdiales sostenía la pertinencia de que se citase a la jefa de Gabinete del ministro del Interior "habida cuenta de que la ambulancia que trasladó a Ghali desde Zaragoza hasta Logroño fue escoltada por fuerzas policiales". 

Camilo Villarino ya reconoció ante el juez que recibió órdenes procedentes de Laya para que gestionase la entrada del líder del Frente Polisario y que lo hiciera "con la máxima discreción". Esa misma jornada el diplomático se puso manos a la obra y escribió al teniente general y segundo jefe del Estado Mayor del Aire Francisco Javier Fernández Sánchez. Le imploró vía whatsapp que no se le realizase a Ghali control alguno. "Quien lo tiene que saber, ya lo sabe".

La investigación del juez se encamina, por tanto, a dilucidar si la decisión fue tomada directamente por la ministra Laya o, como declaró su jefe de Gabinete, la orden podría provenir de más arriba: "Me dijo que se había tomado la decisión. No creo que fuera ella sola por sí y ante sí. El Gobierno no es un reino de taifas".

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