El Consejo de Ministros ha aprobado esta semana la Ley de Libertad Sexual, también conocida como ley "sólo sí es sí", por el énfasis que pone en proteger a las mujeres de agresiones sexuales.

Sin embargo, la ley se propone otro objetivo igual de ambicioso o más, como es acabar con la explotación sexual y la prostitución en nuestro país.

En concreto, se recuperará la figura de la "tercería locativa", que hace mención al local que se proporciona a la persona prostituida para que mantenga relaciones con sus clientes.

Esta figura jurídica ya estuvo vigente en España, pero fue eliminada por el PSOE en el año 1995. Ahora, si la norma pasa el trámite parlamentario, volvería al Código Penal. La medida va en la línea "claramente abolicionista" que defiende el Ministerio de Igualdad, como advierten a EL ESPAÑOL sus responsables.

Sin embargo, el propio equipo de Irene Montero reconoce no saber muy bien cómo se llevará a la práctica la aplicación de la "tercería locativa" presente en la nueva ley. "Todavía tenemos que ver con el Ministerio de Justicia cómo vamos a ejecutar el plan", aseguran.  

"Este Gobierno va a perseguir toda forma de proselitismo sexual. No vamos a aceptar que exista ningún local dedicado a que alguien someta a mujeres con ánimo de lucro. Jamás vamos a reconocer la prostitución como trabajo, es denigrante", afirmaba esta semana Ángela Rodríguez, secretaria de Derechos LGTBI del Ministerio de Igualdad. 

Ahora bien, la ya conocida como ley Irene, que pretende acabar con la prostitución, genera escepticismo entre las propias asociaciones que luchan contra la trata en nuestro país. Es verdad que los proxenetas que posean locales dedicados a la explotación sexual serán perseguidos, pero la norma no da ningún tipo de alternativa a las mujeres que quieran ejercer la prostitución por cuenta propia.

En este sentido, el sindicato de trabajadoras sexuales OTRAS viene reclamando que se las deje trabajar como autónomas y cotizar a la Seguridad Social.

Miembros de esta asociación prefieren ser reservadas, alegando que la ley aún no ha sido aprobada y que tienen intención de presentar enmiendas. "El problema es qué va a pasar con todas esas mujeres que ahora tenían un marco legal en el que ejercer su trabajo y que se van a ver desamparadas y en la calle sin ninguna protección", dice una de sus asesoras. 

Este sindicato fue legalizado por el Tribunal Supremo hace apenas un mes, después de que la Audiencia Nacional anulase sus estatutos. Sin embargo, el Supremo sólo permite la afiliación de aquellas prostitutas que trabajan por cuenta propia. Aquellas que lo hagan contratadas por un tercero no pueden asociarse, ya que este tipo de prostitución no es legal en nuestro país.

Declaración de las representantes del sindicato OTRAS EFE

Dinero negro y clandestinidad

Se calcula que el negocio de la prostitución mueve cinco millones de euros a diario en nuestro país, la mayoría en dinero negro. El hecho de ser una actividad muchas veces clandestina hace imposible un registro fiable. Además, operan varias mafias, muy a menudo dirigidas desde otros países, especialmente en Latinoamérica y África, lo que complica su desmantelamiento.

Lo mismo pasa con las mujeres que son obligadas a ejercer servicios sexuales. Es imposible saber cuántas son. La nueva ley Irene pretende comenzar un trabajo de datos que recoja información. "Nosotras tenemos el horizonte de ir recabando información sobre toda violencia contra la mujer, al igual que ya se hace con la violencia machista, y así poder componer el mapa de la explotación sexual en nuestro país para atajarla", defienden los técnicos de Igualdad. 

Imagen de archivo EFE

España es el tercer país del mundo y el primero de Europa en demanda de prostitución, según recogió la ONU en 2019. Cuatro de cada diez hombres han pagado alguna vez por sexo dentro de nuestras fronteras.

El 80% de la prostitución es trata de personas, y sólo un grupo minoritario son mujeres que se arriesgan a ejercerla por cuenta propia. "Las que se dedican a la prostitución sin que las obligue un tercero con fines lucrativos lo hacen porque las circunstancias de la vida, económicas y sociales las empujan a ello. Nadie elige prostituirse libremente", apuntan desde el Ministerio de Igualdad

Feminismo a medias

La ministra Montero ha visto en las últimas semanas una parte del movimiento feminista se le echaba encima. La Plataforma Estatal de Organizaciones de Mujeres por la Abolición de la Prostitución le presentó un borrador con una propuesta de ley para desterrar esta práctica. "Ni siquiera se ha dignado a llamarnos, es una vergüenza, no le importamos lo más mínimo", asegura una de sus representantes.  

"Para lo que nos está haciendo a las mujeres es mejor que ni existiese", afirma rotundamente la activista Carme Freixa sobre Irene Montero. "Primero acaba con la mujer biológica con la Ley Trans, y luego se dice abolicionista, cuando no hace nada para impedir la prostitución. No ha hablado en su vida con una superviviente a la trata", añade. 

Freixa, que lleva años luchando contra la trata desde el feminismo, no cree que esta nueva ley vaya a cambiar nada. "Los proxenetas y los puteros saben cómo burlar la ley, y además la Policía no actúa y se hacen los ciegos. Todo el mundo sabe que los puticlubs existen y que son ilegales. Nadie hace nada por acabar con ellos", sentencia. 

Feministas se manifiestan en la Puerta del Sol EUROPA PRESS

Mujeres pobres 

Las asociaciones que luchan contra la trata coinciden en que el centro del problema es económico. "Si tú quieres que una mujer salga de la prostitución lo más importante es que le des un trabajo fijo, seguro y remunerado", afirma la presidenta y fundadora de APRAMP. Esta asociación lleva más de 30 años sacando mujeres del mundo de la noche y los clubs de alterne, que definen como "el infierno con aire acondicionado, pero el infierno al fin y al cabo".

"Nosotras somos abolicionistas, y esta ley pone los medios para que la prostitución acabe en nuestro país. El mejor abolicionismo es dar alternativas a las mujeres pobres y migrantes, mejores oportunidades y salidas al mundo en el que están metidas", defienden desde el equipo de Montero. "Es un falso mito que las mujeres ricas se dedican a la prostitución. En el Ministerio manejamos datos que confirman que la inmensa mayoría son mujeres en situación de exclusión social", añaden.

Irene Montero en un acto de campaña

Desde Igualdad adelantan a este periódico que están preparando un plan junto con el Ministerio de Trabajo para dar solución al problema. "Queremos desarrollar en los próximos meses un plan de inserción socio-laboral para mujeres en contextos de explotación. Es nuestra tarea como Gobierno el tenderles una mano con alternativas a la tortura que se ven obligadas a vivir", concluyen. 

Precisamente esta es una de las demandas de APRAMP. "Las mujeres no quieren ni que las revictimicen, ni que les den cursos de formación, ni charlas pedagógicas. Quieren un hogar seguro y un trabajo. El trabajo remunerado es su libertad y su salvación al mundo de la trata", defiende la portavoz de esta institución.

Por otro lado, asociaciones como OTRAS confían en hacer lobby y poder dar marcha atrás a la ley, que se debatirá en el Congreso en septiembre. Confían en que se reconozca como una actividad laboral más, con su propio marco legal.

Tapaderas legales 

Habrá que ver, en cualquier caso, hasta dónde llegan las nuevas medidas de Igualdad. La mayoría de los clubes actúan como bares de copas en los que su dueño pacta con proxenetas para que lleve mujeres a su local.

Justo contra este tipo de situaciones es contra las que va la nueva ley. "No sabemos cuántos prostíbulos hay en España porque actúan como tapaderas legales y falsos locales de copas", cuentan desde el Ministerio de Igualdad. 

Un conocido prostíbulo de Madrid con el que contactamos dice no ofrecer ningún tipo de servicios sexuales, sólo comida y bebida. No obstante, si uno teclea su nombre en internet encontrará opiniones como: "Hay mujeres de todo tipo, algunas muy elegantes. También las hay de alto nivel. La tarifa que piden es alta, pero vale la pena"; "un referente en chicas de lujo de Madrid"; "¿Las chicas suben contigo a la habitación? ¿A partir de cuánto es el precio?". 

Hablando con su propietario niega que todo eso sea cierto. "Yo sólo sirvo copas. Si dos adultos se conocen en mi local y luego se van a otro sitio ya no me meto. Vienen aquí libremente y yo no sé nada más".

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